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#Alavés vs. S.F.C.
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Nacer en Sevilla conlleva una serie de peculiaridaes que sólo entendemos los que hemos tenido la fortuna de venir al mundo en esta gran Ciudad. Desde ese preciso momento, heredamos el sentimiento hacia uno de los equipos de la ciudad y hacia una hermandad.Dejando lo religioso al margen, a mí me tocó nacer Sevillista de lo que me enorgullezco desde hace más de 40 años. En nuestra querida Ciudad el fútbol lo acaparan sólo dos equipos y eso se vive desde la niñez, aquí no importa “el clásico” sino “El Desafío”, Sevilla-Betis, durante el recreo de patio de colegio.Cuando los que se contratan para defender los colores de nuestro Club son incapaces de entender y respetar esto y tampoco existe nadie que se preocupe de exigirlo, simplemente ocurre lo que ocurrió durante la final de Copa: te encuentras a una irrespetuosa banda de mercenarios sin orgullo ni clase alguna que te rompen el alma de Sevillista de nacimiento.Ojalá hubiera podido presenciar esta vergonzante escena junto a los más de 25.000 Sevillistas que estuvieron en Madrid como testigos de tanta humillación, al menos me hubiera quedado el consuelo de matar la pena junto a ellos. En lugar de tener que tragar bilis solo y a más de 2000 km de mi Ciudad rodeado y humillado por un gran número de aficionados barcelonistas. Está claro que en el extranjero es más fácil encontrar aficionados de ese club que del nuestro y así lo tuve que vivir.Lamentablemente, no tengo la suerte que tienen los mercenarios carentes de orgullo que pretenden representar a nuestros colores y que tienen un muy buen puesto de trabajo en la Ciudad que yo tuve que abandonar para buscarme la vida fuera de España y lejos de mi familia, porque no hay sitio para mí. Pero yo, a diferencia de ustedes, señores mercenarios, nunca me rindo ni me rendiré para defender a los míos.No, no tengo la suerte que tienen estos señores mercenarios de llevar a mi familia a mi puesto de trabajo para que me vean y se sientan orgullosos de mi esfuerzo, por si fuera poco, rechacé trabajar horas extras la noche del partido y lo último que esperaba era tener que arrepentirme de ello.Creo que nuestro Club carece de personas que sientan verdaderamente nuestros colores y valores. Necesitamos SEVILLISMO y no mercenarios, a éstos últimos mi más respetuoso desprecio por lo que nos habéis hecho.