LOS SEIS MIL DE VALENCIA

[NODO SFC 1905]

No me como el tarro.

Otra vez la marea roja, por tierra, mar y aire. Sendas con traviesas de hierro, grises pistas de asfalto, cielos expeditos de nubes y mares en calma conducirán a partir de hoy a casi 6.000 biris desde todas partes de España, Europa y el mundo por coche, bus, trenes, aviones e incluso ferrys hasta Valencia para que la hagamos nuestra y para que mañana, hoy mismo en los relojes, un Nervión aglutinado en las gradas de Mestalla... Estalle con los nuestros.

Con el escudo en forma de corazón sobre los corazones, con un cerebro que ya no piensa y sólo siente porque es nada más que corazón, con los pulmones en pleno irrigados por el mismo, el Nervión de Mestalla late ya y su percusión comienza a enseñorearse de todos los caminos que conducen a Valencia.

A 700 kilómetros del centro del mundo, ávido, hambriento, con sed de gloria, batiendo palmas con arte sin par, cantando como sólo él sabe hacerlo, al ritmo que marquen nuestros tambores, todo el sevillismo hecho uno, gigantesco, temible, invencible, un corazón enorme forjado por la unión del suyo propio de los más de 5.000 biris que estarán en Valencia.

Así latirá de nuevo el corazón de Nervión: a jierro, a marchamartillo, a pilón; sembrando terror y admiración en los ajenos, orgullo en los propios. Cuando lata a la próxima anochecida, dará absolutamente igual que enfrente haya 50.000, como si hubiera 500.000. Nadie puede detener su poderoso e incansable ritmo, nadie puede igualarlo, nadie superarlo.

Cincelado en más de un siglo de lealtad, en toda una vida llevando el nombre de Sevilla por el mundo con prestancia sin igual. Mañana en todos los corazones sólo una pasión; en todos sólo una voz; sólo un amor: SEVILLA FC.

Mañana, desde hoy ya, a la hora de la verdad, los más de 5.000 biris de Barcelona levantaremos nuestra montaña de arena, nuestro mar de dunas para callar otras voces y para que en toda Europa tan solo se escuche el eco del corazón de Nervión, al compás del y Sevilla, Sevilla, Sevilla, AQUÍ ESTAMOS CONTIGO, SEVILLA.

Vamos, vamos todos, vamos con el Sevilla, vamos palante chicos de Nervión.

VIVA EL SEVILLA VIVA EL SEVILLA VIVA EL SEVILLA

[Matthew Tuck]

No me como el tarro.

Otra vez la marea roja, por tierra, mar y aire. Sendas con traviesas de hierro, grises pistas de asfalto, cielos expeditos de nubes y mares en calma conducirán a partir de hoy a casi 6.000 biris desde todas partes de España, Europa y el mundo por coche, bus, trenes, aviones e incluso ferrys hasta Valencia para que la hagamos nuestra y para que mañana, hoy mismo en los relojes, un Nervión aglutinado en las gradas de Mestalla... Estalle con los nuestros.

Con el escudo en forma de corazón sobre los corazones, con un cerebro que ya no piensa y sólo siente porque es nada más que corazón, con los pulmones en pleno irrigados por el mismo, el Nervión de Mestalla late ya y su percusión comienza a enseñorearse de todos los caminos que conducen a Valencia.

A 700 kilómetros del centro del mundo, ávido, hambriento, con sed de gloria, batiendo palmas con arte sin par, cantando como sólo él sabe hacerlo, al ritmo que marquen nuestros tambores, todo el sevillismo hecho uno, gigantesco, temible, invencible, un corazón enorme forjado por la unión del suyo propio de los más de 5.000 biris que estarán en Valencia.

Así latirá de nuevo el corazón de Nervión: a jierro, a marchamartillo, a pilón; sembrando terror y admiración en los ajenos, orgullo en los propios. Cuando lata a la próxima anochecida, dará absolutamente igual que enfrente haya 50.000, como si hubiera 500.000. Nadie puede detener su poderoso e incansable ritmo, nadie puede igualarlo, nadie superarlo.

Cincelado en más de un siglo de lealtad, en toda una vida llevando el nombre de Sevilla por el mundo con prestancia sin igual. Mañana en todos los corazones sólo una pasión; en todos sólo una voz; sólo un amor: SEVILLA FC.

Mañana, desde hoy ya, a la hora de la verdad, los más de 5.000 biris de Barcelona levantaremos nuestra montaña de arena, nuestro mar de dunas para callar otras voces y para que en toda Europa tan solo se escuche el eco del corazón de Nervión, al compás del y Sevilla, Sevilla, Sevilla, AQUÍ ESTAMOS CONTIGO, SEVILLA.

Vamos, vamos todos, vamos con el Sevilla, vamos palante chicos de Nervión.

VIVA EL SEVILLA VIVA EL SEVILLA VIVA EL SEVILLA

HONOR Y GLORIA

¡¡VAMOS SEVILLA!!

[jmpn]

Nunca ha habido y nunca habrá un Club que acarree esta pasión. Sí, compañeros, EL GRANDE DE ANDALUCÍA VA A POR SU TERCERA FINAL DE LA UEFA.

FORZA SEVILLA!!

VAMOS MI SEVILLA, VAMOS CAMPEÓN!!

[juanfra]

Es la mejor AFición del mundo, no hay una igual.
Ganaremos.

[moncsevi_ikechi]

Lo pongo aquí, aunque podría ir en otros muchos post.



Este Raulalo es un crack, pedazos de videos graba. Todos mis respetos.

[asturgabriel]

Hoy hace 10 años esto, Coke------Fazio--------y------M´Biaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaalazo

https://twitter.com/i/status/1256314354233991176

[jmpn]

Cómo disfrutarían esos 6.000 en Valencia aquel día!

Como hubieran disfrutado la mitad de lo que yo disfruté... no te digo ná... y te lo digo tó... Creo que ese gol lo canté 3-4 minutos, y no creo que durmiese mucho esa noche...

Cuando desde la cúpula del club hay veneno pueden pasar estas cosas: afición enganchada al equipo, que si no cortan desde Valencia la venta de entradas no hubieran sido 6.000 sino 8-9 mil; equipo jugando mal sí, pero comprometido con ganar y luchar por otro título; equipo técnico viviendo el partido al máximo; etc.

Pero cuando desde la cúpula se piensa más en no perder la nómina ante el ataque que viene desde fuera que te la quiere quitar, y en enchufar a tus amiguitos (aunque éstos sean béticos...), pues pasa lo que está pasando ahora:

MEDIOCRIDAD ABSOLUTA Y VENDER PARA PODER COBRAR LA NÓMINA

[asturgabriel]

Tengo orgullo de estar en Mestalla ese día, todos los Sevillistas qué nos encontrábamos, me parece que ninguno en el último minuto que fue cuándo vino el gol de M´Bia podíamos tener la fe de conseguirlo. Lo qué pasó después, muchas veces se ha narrado, fue increíble, abrazándote con personas qué no los conocías de nada, pegando saltos cómo si hubiesen panales de abejas.