Jorge SAMPAOLI

[Cordi3]

Que bonito es el fútbol.

Hoy, mas o menos, todos son alabanzas esperanzadoras. Hoy vemos riqueza táctica, variedad de sistemas, amoldamiento según lo que se viene, este ya no esta tan loco, etc.

Hagan un ejercicio y piensen que hubiera sido de este hilo si entra el cabezazo en el 91...

Fútbol. Que bonito es...

Ciertamente, el resultado justo hubiera sido un 2-0 para la Juve por lo menos. Pero se empató, que es lo que cuenta  .

Y yo (y creo que muchos más) por lo que estoy contento con Sampa no es por la mierda de partido, sino porque ha variado sus esquemas y por tanto significa que no va a morir por sus ideas. Y esa posibilidad me daba miedito.
Por eso, me alegra saber que tiene los mismos principios que Groucho.

[aommoa]

Sabe adaptarse y sabe reaccionar veremos los próximos partidos que tal lo hace

[Hideo Nakata]

Que bonito es el fútbol.

Hoy, mas o menos, todos son alabanzas esperanzadoras. Hoy vemos riqueza táctica, variedad de sistemas, amoldamiento según lo que se viene, este ya no esta tan loco, etc.

Hagan un ejercicio y piensen que hubiera sido de este hilo si entra el cabezazo en el 91...

Fútbol. Que bonito es...

No entró.

Punto   

[piccolo]

Los fiscales de Sampaoli no se ponen de acuerdo: si sale al ataque, le tachan de suicida; si sale a contener, dicen que está traicionando sus ideas y es un técnico conservador.

Entrenador. Profesión de riesgo. Liderar un proyecto, exigir esfuerzo, motivar plantillas, encontrar herramientas, alcanzar objetivos, convencer a dirigentes y de propina, ganarse a los aficionados. Se cobra mucho, se exige más. Todos son hijos de los resultados, desde los que creen que lo único que importa es ganar hasta los que consideran que también importa gustar. Los de élite, a caballo entre la importancia de un Ministro de Asuntos Exteriores y la fragilidad de un paracaidista violando el espacio aéreo enemigo, suelen estar expuestos al juicio sumarísimo y precipitado de los medios de comunicación, el único vehículo que conecta al profesional del banquillo con los aficionados. En la mayoría de las ocasiones, los perfiles de los entrenadores, lejos de corresponderse con la realidad, son la resultante de una imagen distorsionada por parte de los medios, de una desfiguración progresiva del personaje, a gusto del consumidor. En la victoria, pétalos de rosa; en la derrota, crítica feroz. En la indefinición, el palo. A falta de pedagogía, campaña. Al calor de esa distorsión, favorable o contraria, crece el prejuicio de los aficionados que, influidos por diferentes corrientes mediáticas, aplican filias y fobias. Hay un entrenador dentro de cada hincha, pero no un periodista en cada entrenador.

Al grano. A los periodistas y por extensión, a los aficionados, nos encanta encasillar a los entrenadores en un perfil concreto. No importa si es veraz o falaz, importa la imagen que tenemos de ellos. Más allá del juego, del sistema, la táctica o el gusto del entrenador, se juega a interpretar la filosofía del que ocupa el banquillo, pero sin prestar atención a su método, ni a su discurso, ni a su conocimiento. Unos son ofensivos y otros, defensivos. No importa si los considerados ofensivos se protegen en los partidos importantes o si los etiquetados como defensivos manejan variantes tácticas ultraofensivas cuando la ocasión lo requiere. La industria, el periodismo y el aficionado ilustran las figuras de los entrenadores hasta encasillarles en un perfil rígido, como si el fútbol no fuese complejo y por tanto, flexible. Como si cambiar una idea por otra mejor no fuera condición humana, como si reformular un planteamiento no fuese un signo de inteligencia, como si toda propuesta fuese dogma de fe. Como si el entrenador no tuviera derecho a equivocarse o acertar, porque su trabajo consiste en eso. Dicen la mayoría de los entrenadores que los periodistas no tenemos ni idea de fútbol y no conocemos el juego. Con excepciones a esa regla, es una verdad como un templo.

Me detengo en Jorge Sampaoli. Aterrizó en un club que vive su época dorada, que conquistó títulos, apoyado en un modelo económico digno de estudio, y en una filosofía reconocible: defensa férrea, esfuerzo, verticalidad y contragolpe. Ese fue el legado de Emery. Y aquella fórmula, que ya forma parte del pasado, sigue instalada en el gusto de los medios de comunicación y del aficionado. Sampaoli llegó cargado de ilusiones e ideas, asumiendo el complicado desafío de reinventar un equipo con jugadores absolutamente nuevos. Nada más llegar, al tipo se le etiquetó como un esteta del fútbol, el penúltimo lírico, una suerte de vendedor de crecepelo – existe cierta sospecha sobre el discurso de la escuela latina en nuestro país- y un hombre al que se le consideraba extravagante por identificarse con el fútbol ofensivo, alegre y descarado. Su apuesta, a largo plazo, se está encontrando con demasiados obstáculos. Un periodismo que no comprende lo que sucede y se aferra a lo que había, porque entiende que cambiar consiste en que nada cambie. Y en gran parte, con la resistencia a cambiar de algunos aficionados que se resisten a seguir creciendo porque viven convencidos de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pocos apelan a la confianza y la paciencia para cuajar, pero esa es la realidad. Un equipo de fútbol no es una sopa instantánea.

Los fiscales de Sampaoli no se ponen de acuerdo: si sale al ataque, le tachan de suicida; si sale a contener, dicen que está traicionando sus ideas y es un técnico resultadista y conservador. Cada quien está en su derecho de etiquetar a Sampaoli como prefiera, pero no hay delito alguno en alcanzar los objetivos globales del club permutando jugadores, esquemas y alineaciones. En casa de uno de los mejores del mundo, la Juve, Sampaoli apostó por flexibilizar su estilo, repoblar el centro del campo y neutralizar el potencial de la Juve. Al equipo le faltó profundidad y llegada pero, apoyado en las paradas de Rico, logró su objetivo. Puntuar en un grupo de gran dificultad, en una competición donde el Sevilla, el pasado curso, bordeó el ridículo. Ese fue el pecado de Sampaoli. Quién sabe qué alineará en el próximo compromiso, si dos puntas, uno o ninguno; tres zagueros, dos o cinco. En realidad, no importa. Más allá de los resultados, importa que técnico y jugadores trabajen y crean en la meta que persiguen: consolidarse entre los mejores clubes del continente. Y con permiso de la Europa League, los mejores están en la Champions. Uno no sabe si el método Sampaoli arraigará o no, si los resultados serán buenos o malos, si jugará bien o mal, ni siquiera si el club y sus hinchas están preparados para asumir que la época dorada del club, lejos de ser un sofá, debe ser un trampolín. Se puede criticar a Sampaoli, faltaría más, pero convendría preguntarse si no debería tenerse cierto respeto por su trabajo. Sin duda, se lo ha ganado.

Rubén Uría / Eurosport

[Tonopd]

     Mabruma usté, mi querido Don Tonopd; mabruma y me alaba inmerecidamente, créame.

     Yo de sabio tengo menos que de crédulo y menos aún de pensador, si tenemos en cuenta que pensador o filósofo es todo aquel que mantiene más de dos neuronas conectadas entre si. Lo mismo que escritor es el que sabe hacer la ''o'' con un canuto o quien ''escribe'' sentencias,    -alunas de ellas bastante ingeniosas por cierto*-,    en las paredes y puertas de los retretes.


* -''Si de tu mierda haces pintura y tus deos son pinceles... ¡pinta en el coño tu madre y no pintes las paredes!"
-''Nunca se te olvide, amigo, que hasta la mujer más espiritual tiene tubo digestivo''

Me ha recordado usted al chiste de la Gallega; ese de "me abru más"?

Coñas aparte, señor Don, leer a usted es un placer para mis "entendederas"...
Uno entra aquí para saber o conocer cosas y dudas de su equipo y se encuentra que por opinar le dan una paguita...
Teniendo eso en cuenta, cuando le leo a usted y veo que estamos tan cerca en gustos futbolísticos y sevillísticos ...?
Pues eso, que uno siente la necesidad imperiosa de entablar conversación futbolística y "sevillística" con usted, sin temor a que me endose una paguita. (creo yo ji ji ji )
Leerle y analizar sus textos para pillar la "entendeera" de su fina y satírica ironía es un reto y un rato de relajación...

En fin, he de aclarar que de mariconeo, nada soy padre de dos niños y marido de una soberana jaca(Con perdón por mi prepotencia y exhibición de un machismo denostado)

[espaimal]

Los fiscales de Sampaoli no se ponen de acuerdo: si sale al ataque, le tachan de suicida; si sale a contener, dicen que está traicionando sus ideas y es un técnico conservador.

Entrenador. Profesión de riesgo. Liderar un proyecto, exigir esfuerzo, motivar plantillas, encontrar herramientas, alcanzar objetivos, convencer a dirigentes y de propina, ganarse a los aficionados. Se cobra mucho, se exige más. Todos son hijos de los resultados, desde los que creen que lo único que importa es ganar hasta los que consideran que también importa gustar. Los de élite, a caballo entre la importancia de un Ministro de Asuntos Exteriores y la fragilidad de un paracaidista violando el espacio aéreo enemigo, suelen estar expuestos al juicio sumarísimo y precipitado de los medios de comunicación, el único vehículo que conecta al profesional del banquillo con los aficionados. En la mayoría de las ocasiones, los perfiles de los entrenadores, lejos de corresponderse con la realidad, son la resultante de una imagen distorsionada por parte de los medios, de una desfiguración progresiva del personaje, a gusto del consumidor. En la victoria, pétalos de rosa; en la derrota, crítica feroz. En la indefinición, el palo. A falta de pedagogía, campaña. Al calor de esa distorsión, favorable o contraria, crece el prejuicio de los aficionados que, influidos por diferentes corrientes mediáticas, aplican filias y fobias. Hay un entrenador dentro de cada hincha, pero no un periodista en cada entrenador.

Al grano. A los periodistas y por extensión, a los aficionados, nos encanta encasillar a los entrenadores en un perfil concreto. No importa si es veraz o falaz, importa la imagen que tenemos de ellos. Más allá del juego, del sistema, la táctica o el gusto del entrenador, se juega a interpretar la filosofía del que ocupa el banquillo, pero sin prestar atención a su método, ni a su discurso, ni a su conocimiento. Unos son ofensivos y otros, defensivos. No importa si los considerados ofensivos se protegen en los partidos importantes o si los etiquetados como defensivos manejan variantes tácticas ultraofensivas cuando la ocasión lo requiere. La industria, el periodismo y el aficionado ilustran las figuras de los entrenadores hasta encasillarles en un perfil rígido, como si el fútbol no fuese complejo y por tanto, flexible. Como si cambiar una idea por otra mejor no fuera condición humana, como si reformular un planteamiento no fuese un signo de inteligencia, como si toda propuesta fuese dogma de fe. Como si el entrenador no tuviera derecho a equivocarse o acertar, porque su trabajo consiste en eso. Dicen la mayoría de los entrenadores que los periodistas no tenemos ni idea de fútbol y no conocemos el juego. Con excepciones a esa regla, es una verdad como un templo.

Me detengo en Jorge Sampaoli. Aterrizó en un club que vive su época dorada, que conquistó títulos, apoyado en un modelo económico digno de estudio, y en una filosofía reconocible: defensa férrea, esfuerzo, verticalidad y contragolpe. Ese fue el legado de Emery. Y aquella fórmula, que ya forma parte del pasado, sigue instalada en el gusto de los medios de comunicación y del aficionado. Sampaoli llegó cargado de ilusiones e ideas, asumiendo el complicado desafío de reinventar un equipo con jugadores absolutamente nuevos. Nada más llegar, al tipo se le etiquetó como un esteta del fútbol, el penúltimo lírico, una suerte de vendedor de crecepelo – existe cierta sospecha sobre el discurso de la escuela latina en nuestro país- y un hombre al que se le consideraba extravagante por identificarse con el fútbol ofensivo, alegre y descarado. Su apuesta, a largo plazo, se está encontrando con demasiados obstáculos. Un periodismo que no comprende lo que sucede y se aferra a lo que había, porque entiende que cambiar consiste en que nada cambie. Y en gran parte, con la resistencia a cambiar de algunos aficionados que se resisten a seguir creciendo porque viven convencidos de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pocos apelan a la confianza y la paciencia para cuajar, pero esa es la realidad. Un equipo de fútbol no es una sopa instantánea.

Los fiscales de Sampaoli no se ponen de acuerdo: si sale al ataque, le tachan de suicida; si sale a contener, dicen que está traicionando sus ideas y es un técnico resultadista y conservador. Cada quien está en su derecho de etiquetar a Sampaoli como prefiera, pero no hay delito alguno en alcanzar los objetivos globales del club permutando jugadores, esquemas y alineaciones. En casa de uno de los mejores del mundo, la Juve, Sampaoli apostó por flexibilizar su estilo, repoblar el centro del campo y neutralizar el potencial de la Juve. Al equipo le faltó profundidad y llegada pero, apoyado en las paradas de Rico, logró su objetivo. Puntuar en un grupo de gran dificultad, en una competición donde el Sevilla, el pasado curso, bordeó el ridículo. Ese fue el pecado de Sampaoli. Quién sabe qué alineará en el próximo compromiso, si dos puntas, uno o ninguno; tres zagueros, dos o cinco. En realidad, no importa. Más allá de los resultados, importa que técnico y jugadores trabajen y crean en la meta que persiguen: consolidarse entre los mejores clubes del continente. Y con permiso de la Europa League, los mejores están en la Champions. Uno no sabe si el método Sampaoli arraigará o no, si los resultados serán buenos o malos, si jugará bien o mal, ni siquiera si el club y sus hinchas están preparados para asumir que la época dorada del club, lejos de ser un sofá, debe ser un trampolín. Se puede criticar a Sampaoli, faltaría más, pero convendría preguntarse si no debería tenerse cierto respeto por su trabajo. Sin duda, se lo ha ganado.

Rubén Uría / Eurosport

Amen

[RNII]

Pues yo creo que en torneos del caos tipos Copa, Liga de Campeoneso UEFA sí se tiene que ser más práctico como ayer, pero en liga uno debe jugar con más valentía tal como hizo en la primera jornada, y que le den a los que critiquen que te marcan muchos goles.

[anonimo_sevillista]

El artículo de Uría tiene mucha razón, pero el primero que habló de extremadamente ofensivo fue Sampaoli. A mí me parece genial que sea realista, que busque ante todo ganar y hasta me da igual la forma. En todo caso, puedo pensar que él es incoherente con su discurso, pero esos problema identitarios que los resuelva él mismo con su almohada.

[Corleone]

Me ha recordado usted al chiste de la Gallega; ese de "me abru más"?
Coñas aparte, señor Don, leer a usted es un placer para mis "entendederas"...
Uno entra aquí para saber o conocer cosas y dudas de su equipo y se encuentra que por opinar le dan una paguita...
Teniendo eso en cuenta, cuando le leo a usted y veo que estamos tan cerca en gustos futbolísticos y sevillísticos ...?
Pues eso, que uno siente la necesidad imperiosa de entablar conversación futbolística y "sevillística" con usted, sin temor a que me endose una paguita. (creo yo ji ji ji )
Leerle y analizar sus textos para pillar la "entendeera" de su fina y satírica ironía es un reto y un rato de relajación...
En fin, he de aclarar que de mariconeo, nada soy padre de dos niños y marido de una soberana jaca(Con perdón por mi prepotencia y exhibición de un machismo denostado)

      Le reitero mi agradecimiento por sus consideradas e inmerecidas palabras, Don Tonopd; yo también soy de la opinión de que más vale un buen polvo que un rapapolvo, como suele decir mi amigo el Sabina.

      Se puede (y se debe) hablar de fúrgol sin necesidad de tener un balón por cerebro, pues este deporte devenido en espectáculo es una diversión y no un tormento aunque algunos así lo vean. Seguro que esos a quienes me refiero se merecerían esa paguita más que usté, Don Tonopd; aunque, tal como están las cosas hogaño, una paguita es una bendición si se quiere soplar la cuchara con cierta frecuencia... y llegado el caso pocos serían quienes renunciasen a ella aunque tuviesen que poner el buyarengue en candelero.

       En fin, mi querido Don Tonopd, que como se suele decir ''a palabras sordas, oídos necios''. O algo así.

[Cardo]

El artículo de Uría tiene mucha razón, pero el primero que habló de extremadamente ofensivo fue Sampaoli. A mí me parece genial que sea realista, que busque ante todo ganar y hasta me da igual la forma. En todo caso, puedo pensar que él es incoherente con su discurso, pero esos problema identitarios que los resuelva él mismo con su almohada.

  Pues yo siempre le he escuchado hablar de amateurismo, posesión y presión arriba para recuperar el balón. Eso del ataque exacerbo no. Y la verdad es que lo de la posesión si que lo está cumpliendo, lo de la presión tonto no es y lo hace por oleadas 10 minutos fuertes, recula otros 20, otros 10 presionando bien arriba (ayer se vio claramente).

  Otra cosa es lo que quieren vender los periodistas que parecen estar deseando que este hombre no triunfe no porque Sampaoli caiga mal sino porque no desean el éxito de nuestro Sevilla (lean el artículo con mala baba de hoy de Víctor Fernández en muchodeporte).

 

 

[anonimo_sevillista]

  Pues yo siempre le he escuchado hablar de amateurismo, posesión y presión arriba para recuperar el balón. Eso del ataque exacerbo no. Y la verdad es que lo de la posesión si que lo está cumpliendo, lo de la presión tonto no es y lo hace por oleadas 10 minutos fuertes, recula otros 20, otros 10 presionando bien arriba (ayer se vio claramente).

  Otra cosa es lo que quieren vender los periodistas que parecen estar deseando que este hombre no triunfe no porque Sampaoli caiga mal sino porque no desean el éxito de nuestro Sevilla (lean el artículo con mala baba de hoy de Víctor Fernández en muchodeporte).

 

 

Sus primeras declaraciones en los medios oficiales del club. (lote buscar me he pegado  pero es que sabía que había dicho esas palabras)

http://www.sevillafc.es/actualidad/noticias/sampaoli-nunca-vamos-ceder-el-protagonismo-y-para-eso-hay-que-contagiar-rebeldia

¿Qué promete Sampaoli?

Lo único que le puedo intentar prometer a la gente es que la forma o la transmisión de la idea que nos vincula y nos trajo hasta acá no se va a modificar, después los resultados deportivos nos van a juzgar, pero indudablemente no me perdonaría renunciar a la forma y a ser un equipo extremadamente ofensivo que nos permita proponer y busca el objetivo y no esperarlo y que te encuentre

Pero vamos que yo estoy encantado con que adapte el extremadamente ofensivo por ganador. Solo me refería al texto de Uría, en que bueno, más allá de que haya periodistas con inquina a Sampaoli, la etiqueta se la puso él mismo.

[jocarvia]

Vamos a ver, si el hombre tiene una idea y ve que por lo que sea, es conveniente modificarla, por los jugadores que tiene o que no tiene, por la diferencia de nivel con el rival, por como se juega en Europa,...., lo que sea, yo pienso que es motivo de alago y señal de humildad e inteligencia adecuarse a la realidad.

Coño, que acaba de llegar, más de media plantilla nueva, no tiene un Gameiro o un Bacca que te gane los partidos él sólo, no tiene un Mbia, ni un Krichowyak, ni un Banega, y el equipo está segundo en liga y se ha estrenado con un punto en uno de los campos más difíciles del mundo (ejemplo, el Sassuolo le ha metido tres al Athletic).

Hombre, vamos a guardar un poquito los cuchillos ya. Yo sólo pido que se compense la plantilla en diciembre. Al entrenador no tengo nada malo que decirle, al contrario, estaba acojonado con un paco jemez II y nada de eso.

[Corleone]

Vamos a ver, si el hombre tiene una idea y ve que por lo que sea, es conveniente modificarla, por los jugadores que tiene o que no tiene, por la diferencia de nivel con el rival, por como se juega en Europa,...., lo que sea, yo pienso que es motivo de alago y señal de humildad e inteligencia adecuarse a la realidad.

Coño, que acaba de llegar, más de media plantilla nueva, no tiene un Gameiro o un Bacca que te gane los partidos él sólo, no tiene un Mbia, ni un Krichowyak, ni un Banega, y el equipo está segundo en liga y se ha estrenado con un punto en uno de los campos más difíciles del mundo (ejemplo, el Sassuolo le ha metido tres al Athletic).

Hombre, vamos a guardar un poquito los cuchillos ya. Yo sólo pido que se compense la plantilla en diciembre. Al entrenador no tengo nada malo que decirle, al contrario, estaba acojonado con un paco jemez II y nada de eso.

      No me queda otra que aplaudir,     - a ver si al ué manta se le ocurre incluir ése emoticono-,    su comentario, Don Jocarvia; porque dice usté lo que yo he querido decir (sin lograrlo) de nuestro ''Hombrecito Don Sampa'', que podrá no ser glamouroso ni elegante o parecer el cerillero de un casino de pueblo, pero que denota inteligencia por todos sus poros y no tiene el menor empacho en renunciar a su concepción del juego si con ello logra un mejor rendimiento de los hombres puestos a sus ordenes.

      ''No se gana cuando se quiere sino cuando se puede'', ha dejado dicho Don Joaquín; lapidaria frase que más nos valdría esculpirla en nuestros cerebros con el escoplo de la inteligencia y el arte de la sabiduría. O ''fúrgol es fúrgol'', como dijo otro filósofo del arte de dar patás a un balón de reglamento.

      Darwinismo en estado puro; quien no se adapta perece. Y, por lo visto, nuestro entrenata no está dispuesto a perecer.

[EBOUE]

"Jorgue", tranquilo.

Yo estoy más tranquilo, y encantado con el punto que se ha sacado en Turín y con los 7 puntos que llevamos en liga.

Has demostrado ser un tipo inteligente, adaptándose a la situación.  Por mucho que digan, la actitud del equipo el pasado miércoles en Turín no fue la misma que la del año pasado.

Pero vamos, que nosotros vamos a seguir exigiéndote todo lo que podamos y un poquito más, que para eso estás en el Sevilla ¡¡¡¡¡

Ahora a GANAR al Eibar, que ya toca ¡¡¡¡ ( con 2, con 3, con 1, o con ningún delantero, a mi me da igual).

Y para que se jodan molestén algunos, viva el "Amateurismo"  y la flor en el culo  que tanto joden a algunos ¡¡¡¡

p.d.: Me gustaría llevar 9 puntos en liga y 3 en Champion, pero como somos amateurs hemos perdidos 4 puntos (2 Villarreal y 2 con la Yuver)

[espaimal]

Vamos a ver, si el hombre tiene una idea y ve que por lo que sea, es conveniente modificarla, por los jugadores que tiene o que no tiene, por la diferencia de nivel con el rival, por como se juega en Europa,...., lo que sea, yo pienso que es motivo de alago y señal de humildad e inteligencia adecuarse a la realidad.

Coño, que acaba de llegar, más de media plantilla nueva, no tiene un Gameiro o un Bacca que te gane los partidos él sólo, no tiene un Mbia, ni un Krichowyak, ni un Banega, y el equipo está segundo en liga y se ha estrenado con un punto en uno de los campos más difíciles del mundo (ejemplo, el Sassuolo le ha metido tres al Athletic).

Hombre, vamos a guardar un poquito los cuchillos ya. Yo sólo pido que se compense la plantilla en diciembre. Al entrenador no tengo nada malo que decirle, al contrario, estaba acojonado con un paco jemez II y nada de eso.

Es cierto.

Cualquiera que haya visto equipos de Sampaoli sabrá que adapta su juego al contrario,  que sus sistemas son variados,  y que su obsesión es la presion adelantada,  la posesión de la pelota y con el ello el control del partido.

En casi todos sus partidos con Universisad de chile,  el equipo era extremadamente ofensivo,  pero si a alguien  le apetece ver partidos de la selección de Chile vera que su estilo esta muy dependiente de como hacer daño al rival.

Quien quiera entenderlo que vea como juego Chile contra España  en el mundial y que mire otros partidos para comparar.

Un ejemplo clarísimo es que el partido contra la Juve fue un calco del partido de Chile contra Argentina en la copa América que ganó Chile por penalties a Argentina en Chile.

Su planteamiento se basaba principalmente en esta argumentación:

Argentina es superior a nosotros en ambas áreas,  defensiva y ofensivamente. El Planteamiento entonces es no jugar en las áreas,  que se juegue en el centrocampo y para ello hay que presionar y tener la pelota lo maximo posible.
Así fue el parrido,  durisimo, sin ocasiones y ganandolo en los penalties. Un calco de como se jugo contra la Juve,  nada de jugar ofensivo o locamente (Sampaoli no siempre juega al ataque, a matar o morir)

Saludos.

[Matthew Tuck]

Por mucho que algunos quiera ver contradicción en el discurso de Sampaoli no existe.

El deja calra su filososfia pero como es lógico no todos los rivales nos van a permitir jugar de la misma manera ni siempre te va a salir bien una determinada apuesta.

Su primera premisa es defenderse con el balon. Y hasta la fecha eso es lo que esta haciendo. En todos los partidos hasta el dia de la JUVE hemos tenido mas del 60% de posesión. Con la JUVE solo bajo el porcentaje al final del partido que nos metieron atras.

Logicamente para plasmar su idea al 200% necesitas mucho mas tiempo y lo dejo claro el otro dia antes del partido en rueda de prensa. Todavia queda mucho para jugar como el quiere.

Mientras pues en ciertos partidos como el del ESPAÑOL en casa te puedes permitir salir mas alocado e ir al intercambio de golpes pero no es tonto para saber que si hace lo mismo con la JUVE te cascan 7.

El partido con el EIBAR si puede ser una medida para saber el rendimiento del equipo fuera de casa con rivales a los que el año pasado nos costaba la misma vida ganar y que saliamos demasiado reservones.

Con estos rivales al final es con los que nos jugamos poder estar arriba. Hay que ganar estos partidos y salir a ganar a estos campos desde el minuto 1.

[FRAN PITIS]

Los fiscales de Sampaoli no se ponen de acuerdo: si sale al ataque, le tachan de suicida; si sale a contener, dicen que está traicionando sus ideas y es un técnico conservador.

Entrenador. Profesión de riesgo. Liderar un proyecto, exigir esfuerzo, motivar plantillas, encontrar herramientas, alcanzar objetivos, convencer a dirigentes y de propina, ganarse a los aficionados. Se cobra mucho, se exige más. Todos son hijos de los resultados, desde los que creen que lo único que importa es ganar hasta los que consideran que también importa gustar. Los de élite, a caballo entre la importancia de un Ministro de Asuntos Exteriores y la fragilidad de un paracaidista violando el espacio aéreo enemigo, suelen estar expuestos al juicio sumarísimo y precipitado de los medios de comunicación, el único vehículo que conecta al profesional del banquillo con los aficionados. En la mayoría de las ocasiones, los perfiles de los entrenadores, lejos de corresponderse con la realidad, son la resultante de una imagen distorsionada por parte de los medios, de una desfiguración progresiva del personaje, a gusto del consumidor. En la victoria, pétalos de rosa; en la derrota, crítica feroz. En la indefinición, el palo. A falta de pedagogía, campaña. Al calor de esa distorsión, favorable o contraria, crece el prejuicio de los aficionados que, influidos por diferentes corrientes mediáticas, aplican filias y fobias. Hay un entrenador dentro de cada hincha, pero no un periodista en cada entrenador.

Al grano. A los periodistas y por extensión, a los aficionados, nos encanta encasillar a los entrenadores en un perfil concreto. No importa si es veraz o falaz, importa la imagen que tenemos de ellos. Más allá del juego, del sistema, la táctica o el gusto del entrenador, se juega a interpretar la filosofía del que ocupa el banquillo, pero sin prestar atención a su método, ni a su discurso, ni a su conocimiento. Unos son ofensivos y otros, defensivos. No importa si los considerados ofensivos se protegen en los partidos importantes o si los etiquetados como defensivos manejan variantes tácticas ultraofensivas cuando la ocasión lo requiere. La industria, el periodismo y el aficionado ilustran las figuras de los entrenadores hasta encasillarles en un perfil rígido, como si el fútbol no fuese complejo y por tanto, flexible. Como si cambiar una idea por otra mejor no fuera condición humana, como si reformular un planteamiento no fuese un signo de inteligencia, como si toda propuesta fuese dogma de fe. Como si el entrenador no tuviera derecho a equivocarse o acertar, porque su trabajo consiste en eso. Dicen la mayoría de los entrenadores que los periodistas no tenemos ni idea de fútbol y no conocemos el juego. Con excepciones a esa regla, es una verdad como un templo.

Me detengo en Jorge Sampaoli. Aterrizó en un club que vive su época dorada, que conquistó títulos, apoyado en un modelo económico digno de estudio, y en una filosofía reconocible: defensa férrea, esfuerzo, verticalidad y contragolpe. Ese fue el legado de Emery. Y aquella fórmula, que ya forma parte del pasado, sigue instalada en el gusto de los medios de comunicación y del aficionado. Sampaoli llegó cargado de ilusiones e ideas, asumiendo el complicado desafío de reinventar un equipo con jugadores absolutamente nuevos. Nada más llegar, al tipo se le etiquetó como un esteta del fútbol, el penúltimo lírico, una suerte de vendedor de crecepelo – existe cierta sospecha sobre el discurso de la escuela latina en nuestro país- y un hombre al que se le consideraba extravagante por identificarse con el fútbol ofensivo, alegre y descarado. Su apuesta, a largo plazo, se está encontrando con demasiados obstáculos. Un periodismo que no comprende lo que sucede y se aferra a lo que había, porque entiende que cambiar consiste en que nada cambie. Y en gran parte, con la resistencia a cambiar de algunos aficionados que se resisten a seguir creciendo porque viven convencidos de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pocos apelan a la confianza y la paciencia para cuajar, pero esa es la realidad. Un equipo de fútbol no es una sopa instantánea.

Los fiscales de Sampaoli no se ponen de acuerdo: si sale al ataque, le tachan de suicida; si sale a contener, dicen que está traicionando sus ideas y es un técnico resultadista y conservador. Cada quien está en su derecho de etiquetar a Sampaoli como prefiera, pero no hay delito alguno en alcanzar los objetivos globales del club permutando jugadores, esquemas y alineaciones. En casa de uno de los mejores del mundo, la Juve, Sampaoli apostó por flexibilizar su estilo, repoblar el centro del campo y neutralizar el potencial de la Juve. Al equipo le faltó profundidad y llegada pero, apoyado en las paradas de Rico, logró su objetivo. Puntuar en un grupo de gran dificultad, en una competición donde el Sevilla, el pasado curso, bordeó el ridículo. Ese fue el pecado de Sampaoli. Quién sabe qué alineará en el próximo compromiso, si dos puntas, uno o ninguno; tres zagueros, dos o cinco. En realidad, no importa. Más allá de los resultados, importa que técnico y jugadores trabajen y crean en la meta que persiguen: consolidarse entre los mejores clubes del continente. Y con permiso de la Europa League, los mejores están en la Champions. Uno no sabe si el método Sampaoli arraigará o no, si los resultados serán buenos o malos, si jugará bien o mal, ni siquiera si el club y sus hinchas están preparados para asumir que la época dorada del club, lejos de ser un sofá, debe ser un trampolín. Se puede criticar a Sampaoli, faltaría más, pero convendría preguntarse si no debería tenerse cierto respeto por su trabajo. Sin duda, se lo ha ganado.

Rubén Uría / Eurosport

Creo que hay un Rubenurismo exacerbado un tanto agudo. Yo tampoco he entendido muy bien de dónde parten los aplausos por lo escrito, que a mi entender es poco profundo o, más bien, abundantemente vacío.
 
Estoy más en la línea del de Víctor Fernández pero con una salvedad gigante; y es que yo sí creo en este proyecto. No creo, claro, porque opino que es una gran mentira, en lo que se nos ha vendido (me apunto lo de "la postverdad, que es la forma de decir una mentira que se justifica por los sentimientos, los prejuicios o los deseos del público y que, además, comporta apoyo y popularidad para el que la profiere") pero ¿qué más da eso?
 
Más importante que la verdad es la fe, La fe ilusiona y predispone, carga de positivismo y compromiso para el esfuerzo por darlo todo y ganar. Y qué más da que lo que hayamos visto contra Villareal o UD Las Palmas no sea la llegada del mesías en forma de virtuosismo ofensivo. Tampoco se ha jugado rematadamente mal y como consecuencia tenemos 7 puntos y uno en una plaza imposible como es Turín. Discrepo mucho de Víctor Fernández porque creo que aunque sea mentira la palabrería de este querido vendedor de crecepelos (NUESTRO vendedor de crecepelos) la verdad es casi tan bonita como el discurso. Es un poco el rollo de Podemos. Se han pronunciado discursos para engatusar al pueblo (perdón, al Pueblo) y sí, de acuerdo, la realidad no es tan preciosa... pero es bonita de todos modos, Podemos es útil y hace las cosas tan bien como las haría cualquier buen gestor de lo público. Aunque nos estuviesen mintiendo. Eso es Sampaoli.
 
Y yo, entre cabrearme porque me esté vendiendo la moto y hacer lo contrario me quedo con esto último. Me ilusiono, creo y hasta le rezo a la calva gesticulante. Sé que vamos a estar en semifinales de Liga de Campeones, lo sé. No será con el despliegue de maravillas futbolísticas que se vendieron, y qué, me da lo mismo: será de otra manera muy efectiva y será, que es lo que cuenta.
 
Déjense engañar. La verdad bajo la piel en que ella habita sigue oliendo a victoria.
 
AMATEURISMO HASTA LA HORCA

[ungureanu]

Se están pasando tres pueblos con las faltas de respeto continuadas.
Especialmente cierto portal atomatado.

[julien_escude]

A mi me ha llamado poderosamente la atención un hecho hoy en rueda de prensa.
No lo pongo textualmente porque no recuerdo bien las palabras, y aunque podría copiarlo de alguna web ya no me fió.

La cosa es que le han preguntado mas o menos, o al menos inducido, sobre que le supondría ganar mañana para así coger el liderato.

Pues bien, allí donde sabemos que 99 de 100 dirían que a estas alturas eso es anecdótico y que no le importa eso ahora tres carajos, este ha soltado un (mas o menos): Si, queremos ganar y situarnos ya en la punta de la lanza en esta jornada...

Toma ya...
Es que hay que quererlo cojones...

[sivigliano]

A mi me ha llamado poderosamente la atención un hecho hoy en rueda de prensa.
No lo pongo textualmente porque no recuerdo bien las palabras, y aunque podría copiarlo de alguna web ya no me fió.

La cosa es que le han preguntado mas o menos, o al menos inducido, sobre que le supondría ganar mañana para así coger el liderato.

Pues bien, allí donde sabemos que 99 de 100 dirían que a estas alturas eso es anecdótico y que no le importa eso ahora tres carajos, este ha soltado un (mas o menos): Si, queremos ganar y situarnos ya en la punta de la lanza en esta jornada...

Toma ya...
Es que hay que quererlo cojones...

Creo que no tiene mimbres para el fútbol que quiere plantear. En la resta tenemos un nivel bajo y en la creación dependemos de Ganso que juega andando. Así es muy difícil ponga la alineación que ponga. Le sobran mediapuntas y faltan jugadores de calidad en la media.
Por lo demás se le ve ambicioso y con ganas.