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#Alavés vs. S.F.C.
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No recuerdo si lo reconoció el propio jugador o Guardiola. Lo que sí tengo más o menos claro es que si dicen eso de tí y ni tú ni nadie de tu club rectifica la información, es que algo de verdad hay. Eso no quita para decir que Rubén Uría escribe bastante bien, como tampoco quita para decir que me cansa que se hable tanto del Madrid y del Barcelona, o que se hable del Barcelona como la perfección absoluta, como si no hubiesen cometido errores.
Hwuan, lo tuyo con Rubén Uría se llama amor a la primera leída Con respecto al artículo lo más seguro es que han comprado al bufete por alguna cantidad simbólica tipo, cuando vendamos a Forlan y/o Agüero, del 50% que nos deja la hacienda pública de lo recaudado, os daremos un pellizquito.
Si lo escribiese RNII Mesacamillero también lo postearía aquí si me llamase la atención. Para un tipo mesetario que merece la pena leer.P.D. Fíjate en el creador del hilo, que no fui yo.
SALUDOS CORDIALES"Buenas noches y saludos cordiales". Aquella frase cabalgó las madrugadas de todo un país, manteniendo en estado de insomio a taxistas, camioneros, amas de casa y estudiantes. Prendió fuego a la noche futbolera, destapó la caja de los truenos, hizo temblar los cimientos del deporte patrio y sacudió los dormitorios de media España, porque una legión de esposas tuvo que convivir con la frustración de un 'menage a trois' que fue un fenómeno social: Ellas se acostaban con su marido, pero también se iban a la cama con Supergarcía. Autoproclamado paladín de causas justas, defensor de pleitos pobres, azote de deportistas caprichosos, de dirigentes negligentes, de federativos apoltronados y de políticos acomodados, José María García trepó por las ondas hertzianas como un fenómeno social digno de estudio. Butano, mito radiofónico y Zeus de frecuencia modulada, conectó con la audiencia y puso toda la carne en el asador con el periodismo denuncia. Admirado y odiado, más temido que querido, José María se convirtió en un número uno de sello intransferible. García fue el más García en el país de los Garcías. Madrileño de nacimiento y asturiano de corazón, Supergarcía denunció atropellos, irregularidades, contubernios, traspasos fraudulentos,amistades peligrosas y fraudes olímpicos. Fue una suerte de Atila mediometro, macizo, de lengua afilada y deje inquisidor: "Confieso que estoy asqueado, pero mi compromiso con la verdad, con mis oyentes y después de llevar más de 30 años de santa profesión y de tanto trabajo en este bendito oficio, me impulsan a tener que contar las verdades del barquero". José María era un Moisés radiofónico, capaz de lograr que las aguas del Mar Rojo se abrieran a sus ordenes.Era capaz de lo mejor y de lo peor. De todo. De arreglar una huelga de pilotos, de denunciar las dietas de un federativo, de poner a escuadra a las "trillizas", de llamar "pequeño lehendakari" a Núñez, de denunciar las tropelías arbitrales de Pepe Plaza, de pasar de puntillas sobre los desmanes de Gil, de fustigar a Perico Delgado sin compasión, de poner la Liga patas abajo por los pasaportes falsos, de machacar a algún compañero de profesión o de dedicar tres semanas de programa al presunto amaño de un partido. No había grises para García. Su doctrina era adrenalina en estado puro. No había término medio con García. Sus adictos conocían su código de memoria, no hacía prisioneros: Negro o blanco. No escuchar a García era estar contra García. "Esta noche, el jefe opina". Y opinaba. Largo y tendido, hasta bien entrada la madrugada, hasta alcanzar el punto álgido de aquellos interminables monólogos, a caballo entre Perogrullo y Zarathustra. García era infinito. Sus oyentes sabían cuando comenzaba su programa, pero no cuando acababa. "Nos hemos quedado sin tiempo, pero prometo que mañana retomaremos este asunto". El asunto siempre era gravísimo, según García. Y su discurso, cien por cien imitable por su característica voz aflautada, estaba sazonado de expresiones genuinas, que reflejaban un tremendo poder de fascinación en el propio José María: Unos hacían "de su capa un sayo", otros eran "lametraserillos", "chupópteros", "correveidiles", "bultos sospechosos", "soplapitos", "soplagaitas", "abrazafarolas", "cantamañanas" y recitatardes". El huracán nocturno se desataba, casi siempre, cuando la cólera de García se desataba contra los dirigentes: "Dicen que han venido a servir al club, pero se sirven del club".Curioso era el embeleso que poseía a Supergarcía en asuntos de lenguas foráneas. José María, amigo de marcharse con urgencia hasta cualquier lugar del mundo, era un relámpago de singular fonética: Las pistas de Wimbledon se transformaban en Bimbledon; Magic Johnson era Magik Honsson; El PSV Eindhoven era el Peseuven Eindowen; El Anderlecht era el Adrelech; el Limoges era el Limoes y Greg Lemond era Crig Lemon. Otra costumbre más espinosa de García era su tendencia a ridiculizar a narradores ("¿te gusta la radio? Te gustaba"), reporteros ("¿de qué empresa, Roberto, de qué empresa?") y comentaristas ("es usted muy generoso, pero es un inútil de tomo y lomo"). García siempre se vanaglorió de matar por sus amigos, aunqque su defensa fuera injustificable, y también fue cruel con sus competidores, que sufrieron sus despiadados ataques y su reprobable "Operación Amarre". García, generador de audiencias y conflictos, de noticias y escándalos, de admiraciones y odios, fue el Rey de la Radio. Dijo basta cuando comprobó que la camiseta que le habían prometido, la de Admira, era un camelo. Dejó el micrófono y se retiró a sus cuarteles de invierno. También fue capaz de ganarle la batalla a una grave enfermedad. Muchos festejaron al adiós de Supergarcía; para otros dejó un vacío nocturno. Su regreso, mil veces anunciado y otras mil desarticulado, sigue en al aire. Quizá nunca se fue, porque siempre está volviendo. No choca en estos momentos, donde el periodismo deportivo vive malos tiempos para la lírica. En la tele, el periodismo deportivo se ha precipitado hacia un sucedáneo de "Sálvame de Luxe". En prensa, la nueva era no premia el talento de los Segurola, Sámano o Besa, sino que estimula la barra libre de porquería. En radio ya no se lleva el periodismo denuncia, ni el comentario de opinión, señas de identidad "butaneras". Ahora arrasa la fórmula del periodismo espectáculo, coral y ameno. Una fórmula deliciosa que triunfa durante las tardes, pero que suena a cartón piedra por las madrugadas.En ese contexto, García ha vuelto a hacer ruido. Y ahora es más incómod que antes, porque no pertenece a ninguna cuadra. No tiene hipoteca que pagar, tiene más dinero del que jamás podrá gastar y es ajeno al frío que hace en la calle. Por eso su última aparición ha revolucionado las redes sociales. Supergarcía ha provocado los reproches de sus detractores y también halagos de sus nostálgicos seguidores. De todo lo leído y escuchado a respecto, llama la atención la actitud de algunos periodistas que siempre le han odiado y la de otros que han colaborado con él. Es normal que los primeros sostengan que García es una suerte de momia que no debería salir del sarcófago a estas alturas. Al menos, son coherentes. No le soportaban antes y su posible resurrección les inspira terror. Lo curioso es la actitud de aquellos que tuvieron el honor de labrarse una reputación y hacerse un nombre, sólo por trabajar junto a Supergarcía. Duele ver cómo aquellos que crecieron gracias a José María García, hoy reniegan de su figura. Será que a García le temían mucho más de lo que le querían. El caso es que en Veo7, libre como un pajarillo, recitó sus "verdades del barquero" a quien quiso escucharle, con Pedro Jota Ramírez como testigo. Para García, Eduardo Inda es el jefe de prensa de Florentino Pérez y Marca ha pasado de periódico imparcial a boletín oficial del Real Madrid. Y esto es así, dice JM, porque en este país, los medios de comunicación son de todo, menos libres. Saludos cordiales.Rubén Uría / Eurosport
Se le ha olvidado a Ruben Uría el papel de García en asuntillos como la entrada de A3 en nuestro accionarado y cositas de ese tipo o es que las desconoce?Creo que el Jose María García de los 90 fue un personaje muchísimo más negro de lo que pinta este buen hombre.
Cualquier día este pedazo de profesional tiene un susto, pero mientras disfrutemos de su libertad
Saboreemos todos y cada uno de sus artículos antes de que lo quiten de la circulación------------TODO ES MENTIRAEs falso de toda falsedad que José Mourinho agrediera a Tito Vilanova, porque una imagen vale más que mil palabras y todo el mundo pudo apreciar que fue el ojo de Vilanova (Pito) el que se abalanzó sobre el dedo de "The Special One". Un gesto provocador que viene a confirmar la teoría de la conspiración que hace tiempo viene denunciando el entrenador de lo que queda del Real Madrid. Hay que ser un hipócrita para decir, como Gerard Piqué, que hay un tipo que se está cargando el fútbol español, cuando todos (aficionados, jugadores, entrenadores y directivos) saben que si hay un tipo que apuesta por el "fair play" y por la elegancia en el campo, ese es Mourinho. Hace falta ser muy mezquino para acusar a Mou de aleccionar y abducir a los pesos pesados de su plantilla, de Casillas a Xabi Alonso, cuando todo el mundo sabe que eso no se corresponde con la verdad, porque tienen mucha personalidad, son mayores de edad y llevan años pensando que los jugadores del Barça son tramposos por definición y teatreros por convicción, por obra y gracia de Guardiola, su materia gris y su gurú.Qué flaco favor a la verdad hacen los que critican las dotes de ventrílocuo de Mou, capaz de hablar por boca de Xabi Alonso y de Iker Casillas, los dos últimos embajadores del buen rollito en la selección. Hay que ser muy cínico para pensar que es Mourinho el que se encarga de embrutecer a tipos como Pepe o Marcelo, para convertirlos en máquinas de dar patadas, porque todo el mundo sabe que el portugués es eterno aspirante al Premio Nobel de La Paz y que el brasileño es la viva imagen de Sor Citroen. Mienten como bellacos los que señalan que el Barça sí esperó a aplaudir al Real Madrid cuando se proclamó campeón de Copa del Rey mientras que el Madrid no cumplió el protocolo en la Supercopa, porque la realidad es que José I de Portugal, once millones de euros al año le contemplan, jamás pidió a sus futbolistas que se retiraran del campo para no ver a Xavi levantar el trofeo. Todo es mentira. ¿Por qué? Pues porque en caso de duda, se aplica el principio básico del LQDM. "Lo que Diga Mourinho", no confundir con aquello de "Lo que Darían por Messi".No hay derecho a que algunos periodistas difamen el buen nombre y la intachable reputación de Mou, denunciando que llama traidores a los suyos, que busca un chivato y que hizo explotar una lata de Red-Bull en el vestuario. Todo lo que se escribe en la sección de Deportes de El País es rigurosamente mentira. Ahí están Louro, Faría y Karanka, el cabo furriel ideal, para confirmarlo. Hace falta tener la cara más dura que un caballo para no comprender que cuando Mou se queja del calendario, del estado del césped, de que Valdano sobra y de que existe una operación conspiranioica de los árbitros en su contra, es porque está velando por los intereses del Real Madrid, club con al que Mou entrenaría gratis, como todo el mundo sabe. Y hay que ser un hipócrita para pedirle a Florentino Pérez que prescinda de un personaje que se desvive a la hora de demostrar que cuando pierde, da la mano. Como todo el mundo sabe, Mou encarna los valores tradicionales del Real Madrid y se esfuerza -sin reservas- en la maravillosa tarea de exudar señorío por cada poro de su cuerpo.Posdata: Araneros, mentirosos, embusteros, cuentistas, impostores y falsarios, no pasaréis. Vuestra campaña orquestada (a nivel patrio y mundial) contra Mourinho nunca llegará a buen puerto. Florentino, el otro presidente del Real Madrid, jamás comulgará con manchar el buen nombre del otro presidente del club. Larga vida a Mou.