http://www.abcdesevilla.es/informacion/futbolsevilla/sevilla/glorias/juanarza.aspJuan Arza Íñigo nació el doce de junio de 1923 en Estella (Navarra). Empezó a jugar en el Izarra, de donde pasa al Deportivo Alavés. Pronto sus evoluciones hacen que un club más grande, el Málaga, donde juega hasta que en 1943, año en el que recala en el Sevilla con solo 20 años. Su gran calida le hace merecedor del apodo del Niño de oro.
El jugador permaneció en Nervión a lo largo de dieciseis temporadas siendo para todos los entrenadores con los que trabajó, un jugador insustituible. Su trayectoria profesional no sólo estuvo plagada de éxitos en el sentido de que todos los entrenadores contaran con él, sino que también alcanzó todos los títulos del fútbol español.
En la temporada 1945-46, Arza se proclama campeón de Liga con la escuadra sevillista, a la vez que es una pieza clave en la consecución del título, pues actúa en todos los partidos y consigue trece goles, que a la postre serían una ayuda fundamental para que el Sevilla conquiste el título.
En la Copa, Arza también vivió su momento de gloria, al levantar el preciado trofeo en 1948, en la que el Sevilla derrotó en la final al Celta de Vigo por 4-1. Arza abrió el camino del título al conseguir el primer gol. También estuvo en otra final, en el año 1955, pero no pudo lograr que el Sevilla se hiciese con el título, ya que los sevillistas perdieron en la final por 1-0 frente al Athletic de Bilbao.
Además, y por si fuera poco, también alcanzó el «Pichichi» en la temporada 1944-45, en la que consiguió un total de 28 goles a pesar de no ser un delantero nato. Su puesto era concretamente el de interior, aunque su proyección claramente ofensiva le convertía practicamente en un punta.
Arza era un portento físico, a lo que unía un gran regate tanto en corto como en largo y un excepcional disparo con ambas piernas.
También, y como no podía ser de otra manera, el jugador se vistió con la elástica de la selección española en dos ocasiones, durante partidos que la selección disputó frente a Turquía e Irlanda.
Después de concluir su prolífica carrera, Arza se dedicó a entrenar y consiguió llevar al Celta de Vigo a algunas de las mejores posiciones de su historia en la tabla clasificatoria. También fue un entrenador al que el Sevilla recurrió en varias ocasiones en momentos de apuro, ante lo cual él, siempres supo responder.
http://www.as.com/futbol/articulo/sevilla-futuro/daiftb/20041017dasdaiftb_30/Tes ENTREVISTA | Juan Arza
"¡El Sevilla es el futuro!"
Está el Sevilla en la cuenta atrás del año de su Centenario y era obligado acercarse al gran Juanito Arza(Estella, Navarra, 1923), santo y seña del sevillismo: él es para los de Nervión lo que fue Kubala para el barcelonismo y es Di Stéfano para los merengues: el no va más. Lean y pásmense..Tomás Guasch | 17/10/2004
¿Cómo es eso de que abre usted cada mañana el Pizjuán?Pues que llego a eso de las nueve, me doy quince vueltas al campo combinando carrera y gimnasia, horita y cuarto de ejercicio, y luego me voy a mis cosas.
A meterse en la cama otra vez, digo.¡Ja, ja! No, ni hablar. Ahora estoy en la comisión del Centenario y procuro colaborar. ¡No sabe cómo trabaja esa gente! Por la tarde camino una hora, sin correr, ¿eh?, y me voy para casa.
Bueno, es una ventaja saber a quién entrevistará AS en el bicentenario del Sevilla¡Dios no le quiera! ¡Cien años más, qué barbaridad!
Usted, ni un constipado, imagino.Antes me constipaba más que ahora, cuando fumaba. De jugador
¿Y eso?Yo he sido toda mi vida muy nervioso, y cuando jugaba fumaba tres o cuatro pitillos al día, era algo superior a mis fuerzas. Es curioso: lo dejé cuando me retiré y volví a fumar cuando me hice entrenador. Fue dejar el fútbol definitivamente y olvidar el tabaco. No me explico cómo mis hijos me dicen que no pueden dejarlo. A mí no me costó nada Pero, sí, enfermo he estado poquísimo. Una vez me dio un mareo y me ingresaron en el hospital. A la mañana siguiente me metieron en un tubo de esos y cuando salí, el chico que me llevaba en la camilla me preguntó: ¿y usted de qué dice que está enfermo? Al rato estaba en la calle, y hasta ahora.
Juan Arza, un navarro, ídolo del sevillismo. Lo que es el fútbol, ¿eh?Todavía me pregunto qué vio en mí la gente de Sevilla para quererme tanto. Creo que les conmovía verme tan poca cosa como era: llegué aquí procedente del Málaga en 1943, con 19 años y 65 kilos ¡y hoy tengo 81 y peso 67! Vamos, que casi soy el mismo, ¡ja, ja! La verdad es que hubo un tiempo en que no podía ir por la calle, de lo que me paraba la gente. Me veían como si fuera un niño y les hacía gracia. Pero por lo que no paso es por ser el ídolo del sevillismo.
A mi padre, un buen barcelonista, le oí decir siempre que Sevilla era cosa de Arza. Si lo decía un neutral...No, no. Aquí ha habido gente buenísima. No vamos a hacer una lista, apunte dos: Campanal y Domenech fueron extraordinarios. A mí ya me ha dado bastante
el Sevilla, ¡todo me lo ha dado! Pero ese título no puedo aceptarlo.
Usted marcó 186 goles para el Sevilla en 350 partidos y fue máximo goleador de nuestra Liga el curso 1954-55; el día que venga uno y supere esto hablamos.Hombre, goles sí metía. Pero en el fútbol no todo es eso... ¡Que no, que no he sido el mejor sevillista de la historia!
Llega usted con 19 años y ya no se mueve. ¿Por qué?Pues porque aquí tenía más campo que en Estella y porque don Ramón Sánchez Pizjuán no escuchó ninguna de las ofertas que recibió por mí.
Decía don Ramón que Arza era para sacarle gusto en el campo del Sevilla, no en otro campo. Tuvo ofertas de Madrid, Barcelona y de Argentina, pues San Lorenzo de Almagro y River Plate me quisieron llevar. El River llegó a ofrecerme 800.000 pesetas de finales de los 1940 y cuatro pasajes Buenos Aires-Madrid. ¡Un dineral! Pero Sánchez Pizjuán decía que no, y yo me alegraba muchísimo. Yo lo que quería era no moverme de aquí y lo conseguí. Mi padre me decía: ¡A ti te ha enchulado el Sevilla!. Y es posible que así fuera: cada vez que se frustraba mi traspaso lo celebraba.
¿Por qué iba a irme, si lo tenía todo?Hasta un negocio que funcionó, cosa rara en un futbolista.Puse mi tienda de deportes y dice Joaquín Caparrós, nuestro entrenador, que se compró las primeras botas en mi casa, fíjese qué casualidad. A mí sólo me faltó nacer en Nervión. Sevilla es mi casa, y eso que mi mujer no es de aquí, sino de mi pueblo; quiero decirle con ello que lo nuestro con Sevilla estaba escrito. Aquí nacieron cuatro de mis cinco hijos, aquí hice montones de amigos
Y aquí ganó Liga y Copa.En unos momentos en que era dificilísimo ser campeón. Y jugar en la Selección, no le digo. Mi época estuvo llena de fenómenos: Panizo, el del Athletic, ¡ése era un galáctico! Y Molowny. Pero el mejor de todos fue Di Stéfano, que hacía de todo y además metía goles.
Su Sevilla ganó la Liga de la temporada 1945-46 y la Copa en la 1947-48, tiempos pre Kubala y Di Stéfano. ¿Aquel fútbol era mejor que éste?No sabría decirle. A mí me gustaba más, porque se jugaba mejor. Yo dudé muchísimo a la hora de firmar por el Sevilla. Había jugado en Izarra, Alavés y Málaga, siempre de titular. El club venía de la época de Los Stukas, aquella delantera célebre que formaban López, Torróntegui (también Pepillo), Campanal, Raimundo y Berrocal, y me asustaba cambiar de club para estar en el banquillo. Antonio Calderón, que fue quien aconsejó mi fichaje, me dijo: Tranquilo, Juan, que vas a jugar, seguro. Y ganamos la Liga y la Copa, cosa que ya toca repetir, por cierto. De Los Stukas sólo quedaba López; el resto de la delantera la formábamos Araújo, Herrera, Campos y yo, con el ocho. Y sí, se jugaba mejor y se metían más goles. Ahora, lo primero, lo que más preocupa, es no dejar jugar al contrario; antes primaba el jugar, todos queríamos jugar mejor que el rival, y nos esforzábamos del primero al último.
De los de ahora, ¿quién hubiera sido titular en su época?Me gusta Reyes, pero no está hecho.
¿Le parece?Pues sí. Tiene todas las condiciones para ser un jugador extraordinario, pero le falta todavía. En el fútbol de hoy pasan cosas graciosísimas, una de ellas en el Madrid: nunca antes había visto a un tío que no se mueve meter dos o tres goles en un partido, Ronaldo me refiero. ¡Mira que es difícil lo que hace este hombre!
¿Qué le parece lo que hace Jesús Navas, un flaco al estilo de usted?Con la poca carne que tiene y ¡qué bien juega! Si gana unos kilos será tremendo. También tenemos mucha fe en Sergio Ramos y en otros
Así, de botepronto: ¿qué es el Betis para usted?A mí, el Betis no me dice nada, no le tengo ninguna manía: a mí me interesa que gane el Sevilla; los demás que hagan lo que quieran No se lo creerá, pero yo sólo me enfrenté una vez al Betis, fue el primer derby en Nervión, y perdimos por 2-4. No forma parte de mi paisaje.
O sea, que pasa de broncas.Totalmente. Y no me gustaban esos tiempos en los que los directivos no se hablaban y vivíamos en una bronca continua. Hay que educar a los jóvenes en la corrección, en los buenos modales, en el juego limpio. Yo soy sevillista hasta la médula, yo he llorado por el Sevilla y lo digo con emoción. ¿Que ese señor es del Betis? Pues muy bien, allá él y sus gustos.
¡Ay, Juan! Debería volver usted al fútbol y dar ejemplo.No, ni a tiros volvía. Me fui tras entrenar al Depor, al Celta, al Cádiz y a mi Sevilla. Lo pasaba muy mal; me exigía demasiado. Un día me di cuenta de que no lo iba a resistir porque no dependía de lo que yo hiciera en el campo, sino de lo que hicieran otros. Y me fui a mi casa.
Sorprende al hablar con usted que no se le ha pegado el acento de Sevilla. Recuerda a Di Stéfano, que se diría que llegó ayer desde Buenos Aires.Es verdad y mi caso, algo curioso: a los cuatro días de vivir en Sevilla hablaba como un andaluz, pero al venirse mis hermanos, uno de ellos fue socio conmigo en el negocio, y al convivir juntos recuperé ese acento navarro y hasta hoy. Sí, sí, la verdad es que también parece que lleve cuatro días por aquí, cuando lo cierto es que por donde apenas aparezco ya es por Estella: se fueron mis padres, mis raíces Ya todo lo tengo en Sevilla.
Le falta ganar un título en el año del Centenario.No le soltaré la bravuconada de decirle que lo haremos, pero sí estoy seguro de que vamos a dar guerra y que por ilusión no va a quedar. Ese Caparrós sabe lo que hace: es un magnífico entrenador; para el Sevilla, una bendición. Como Del Nido, el presidente. Lo conozco desde crío, de mi amistad con su padre. Incluso hemos veraneado juntos Es arriesgado, a veces demasiado. Pero sabe lo que hace y lo que necesita el Sevilla. ¡En tres años hemos hecho un equipo nuevo!
¿Pero la clave no es Monchi?Ficha bien, ¿eh? Sobre todo el año pasado; ese Baptista, ese Alves
El presente del Sevilla es muy bueno y el futuro es del Sevilla. Se lo digo yo, que de su historia me lo sé todo.Felicidades, don Juan. Por ese centenariazo y por esos 81 años magníficos.Muchas gracias. En el estadio me encuentra usted por lo que pueda necesitar.
A las nueve de cada mañana.A las nueve.
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