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La Arenga de la Colina
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Zarok_:
Desde nuestra más tierna infancia, algunos lasalianos incluyendo familia, y con un sentimiento en común, nuestro Sevilla Fútbol Club, compartimos algo más que Sevilla, y algo más que amistad. Un sentimiento en común que arengados por nuestro Director Espiritual, nuestro Capilla Legendario del alma (@buenopararseahi), trepamos la cima del imposible, aferrados a un escudo y unos colores, que vivimos con fervor.
Hace un tiempo que, más allá de compartir juntos cada partido épico de nuestro Sevilla, y nuestras paridas varias en nuestro chat grupal de whatsapp de la Arenga de la Colina, decimos crear un blog de opinión para compartir nuestro sentir en clave blanquirroja, con todos los sevillistas.
Como aquí compartimos este Foro, santo lugar donde se han forjado amistades que perduran tras años de vivencias y gloria de nuestro Sevilla, en nuestro blog, le damos la vuelta, forjando nuestras opiniones de quienes desde hace mucho tiempo ya, llevamos nuestro escudo ligado a nuestro sentir de hermandad sevillista.
Os esperamos!.
La Arenga de la Colina
@ArengaColina
#ArengaColina
Zarok_:
ALL IN
(Foto: Juan I. Lechuga, vavel.com)
Es el momento. La hora de los valientes. Ese instante en el que levantas levemente la mirada, de soslayo, y observas que el otro jugador, ese que lo gana todo, que siempre lleva las mejores cartas, que tan seguro de sí mismo se muestra siempre, y que tan demoledor resulta con adversarios menores, te mira distinto. Con desconfianza. Con cierto aire de sospecha porque a pesar de haberte ganado una buena mano, no acaba de fiarse. Rumia entre dientes cierto recelo cuando clava sus ojos en los tuyos, intentando escudriñar tus pensamientos más profundos porque ve atisbos de ese brillo felino y asesino que se intuye de nuevo en tu mirada. Y sabe que, aun siendo mejor jugador que tú, no puede bajar la guardia. Porque incluso sin llevar las mejores cartas que se barajan, eres capaz de hacerle el lío y arrebatarle parte del botín en juego.
Es el momento. Antes del inicio del juego, se cambió la forma de jugar nuestras cartas, la manera de entenderlas y buscar las combinaciones que nos hicieran ganar nuevas manos. Parecía que nos llevaría tiempo el asumir esta nueva manera de poner en juego nuestros naipes, pero el aprendizaje ha sido más rápido de lo esperado, la evolución está lanzada y se ha cogido velocidad de crucero tras algunos lógicos baches iniciales. Se hizo un cambio de cartas profundo y hubo que soltar comodines que se antojaban vitales para poder competir en las distintas mesas de juego en las que estábamos inmersos. Pero el cambio de naipes ha sido, una vez más, muy acertado, siendo la dosis de riesgo más alta que nunca. Pero tras analizar y estudiar concienzudamente las nuevas opciones que nos brindaba la baraja, se ha construido una jugada fuerte, sólida, con algún 10 que no parecía que nos fuese a dar demasiado juego pero que se ha convertido en un auténtico comodín, haciendo que más de un oponente se haya quedado sin blanca cuando le ha tocado poner sus cartas boca arriba.
Es el momento. Cierto es que en una de las mesas donde estamos compitiendo la cosa pinta fea. De buenas a primeras nos han clavado un trío de ases que va a resultar casi imposible de levantar. Sabiendo además que tan gigantesco adversario posiblemente guarde alguno más en la manga con el que asestarnos el golpe definitivo. Solo queda marcarse un buen farol, que el contrario se lo trague, confiado, y hacerle al menos dudar.
Pero en las otras dos mesas, las de mayor enjundia y donde están los botes de mayor premio, los más ansiados, en esas dos mesas andamos bien, muy bien colocados con una mano de cartas que nos puede llevar muy lejos, dejando oponentes en la cuneta y, a pesar de haber rivales temibles y de un nivel casi inalcanzable, nuestras principales figuras nos otorgan alguna posibilidad de ganarles la partida si sabemos exprimir al máximo nuestras cartas.
Es el momento. La hora de jugarnos el resto. De tener la valentía de soltar un par de cartas, o tres, y pedirle a nuestro mágico crupier que, una vez más, vuelva a hacerlo, y nos dé cartas. Que saque de su extensa baraja esos dos diamantes más que necesitamos, esos que para los demás apenas tienen valor, pero que a nosotros, al juntarlos con el resto de naipes, nos permitan completar esa anhelada escalera de color (rojo, siempre rojo) y poder dar entonces un puñetazo encima de la mesa mirando de tú a tú a los más grandes rivales y decirles que a pesar de sus colecciones estelares de reyes, de ases, de comodines y de los que más de una vez y de cien les regalan por debajo de la mesa, que el bote es nuestro.
Es el momento. Y no importará que la jugada no salga bien y nos quedemos con algunas migajas, incluso la nada como recompensa. Porque la gloria espera y solo la alcanzan los valientes.
Es el momento. ALL IN, SFC.
By @buenopararseahi
Si o Si:
PLAS PLAS PLAS
Y poco más se puede decir, ALL IN SEVILLA!!
PD: Muy grato es ver que Don Zarok ha llegado con más fuerza que nunca...Un Saludo ;)
Corleone:
Magnífica la metáfora del burlanga que nos trae Don Zarok, -por cierto, que ya era hora de que reapareciese por aquí una de las almas máteres del bló; de toas maneras sea usté bien revuelto de la vorágine ''feisburera-guasapera-tuitera''-, de la mano de Don @Güenopararseahí.
Magnífica y algo tramposilla; porque si estamos en una mesa de gente pretendidamente honesta y somos honrados burlangas fieles seguidores de los códigos de honor no escritos del burle y, además, sabemos que nosotros no hacemos trampas a pesar de nuestra escalera real máxima así podría indicarlo, y nos viene nuestro antagonista con un póquer de ases, ha llegado la horas de tirar de albaceteñas y empezar a abrir yugulares y safenas.
Porque, si bien la honestidad no admite pagos que no sean con la misma y honesta moneda, las trampas y las insidias de nuestros rivales nos incitan a pegarle un patá a la mesa y tirar de fusko o de las ya mencionadas albaceteñas y mochar parejo. Lo digo porque mañana nos devuelve visita un rival con peores malas mañas que picapleitos cortesano y que ya nos ha hecho trampas muchas más veces de las que unos honestos burlangas como nosotros podemos soportar sin revolvernos y pegar tornillazos mortales de necesidad*.
Hablando en plata; que si mañana nuestro rival nos vuelve a sacar otro póquer de ases y nosotros tenemos dos ases en nuestras manos, habrá llegado el momento de ajustar las cuentas con él. Y esas cuentas no admiten otra moneda que el cobro en carne a razón de cuarto y mitá de muslo de vikingo por cada as de más que nos han sacado.
No sé si mabrésplicao. 8)
* Es también metáfora.
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