Rubén URÍA

[Jose Luis Bueno]

Tú aquí mientras yo lo ponía en otro hilo. 

Como si lo viera.

Has entrado en SG, has mirado que lo ha publicado Andy_Chamo, lo has leído. Miras aquí a ver si lo ha puesto alguien y entonces lo copias y lo pegas. ¿Me equivoco? 

[hwuan]

Como si lo viera.

Has entrado en SG, has mirado que lo ha publicado Andy_Chamo, lo has leído. Miras aquí a ver si lo ha puesto alguien y entonces lo copias y lo pegas. ¿Me equivoco? 

Tesquivocas.

Cuando me aburro por las mañanas me dedico a leer las páginas de obligada visita diaria, Columnas, Palanganamecánica y El Hacha. Me llamó la atención el título del artículo de hoy aunque ya ha tratado ese tema en diversas ocasiones y aporta nada o casi nada nuevo a lo escrito en artículos anteriores y de ahí que lo trajese al hilo de Sergio Ramos.

[hwuan]

Un tío que bien podría entrar de pleno derecho en el grupo de los teóricos del vendecolchismo:

PARACAIDISTAS Y ENTRENADORES

lun sep 12 17:30

Este fútbol, travestido en un cochino negocio donde lo irrelevante es jugar bien y lo único que cuenta es ganar, ha dinamitado el ecosistema de los entrenadores. Ahora los técnicos tienen que adaptarse a una atomósfera cruel, donde su estatus se corresponde con el signo final de los partidos. Si ganan, son más importantes que los Ministros de Asuntos Exteriores y sus decisiones están por encima del bien y del mal. Si pierden, son desecho de tienta y están condenados a morir electrocutados, agonizando en un banquillo en forma de silla eléctrica. Paracaidistas de oficio y empleados con dotes de padres, psicólogos y charlatanes, los entrenadores han aceptado, casi sin darse cuenta y por imposición de un sistema corrupto, la obligación de ser hijos del resultado. Es decir, maletas con ruedas. Siempre han estado expuestos a las exigencias del público y a los caprichos de los presidentes, pero su especie corre serio peligro de extinción en los últimos años porque, aceptando esa patraña de que su valía depende en exclusiva de los resultados, han cedido a las urgencias de sus presidentes y a la inmediatez del periodismo, que juguetea con su reputación según el resultado del partido del día anterior.

Marcelo Bielsa es un ejemplo puntual de que los entrenadores de este fútbol tienen prohibido perder. Sus equipos intentan manejar la pelota, ser protagonistas y llevar la iniciativa, pero en sus partidos, mientras su Athletic puso la poesía, vio cómo sus rivales cobraron los derechos de autor. Bielsa también está comprobando que, a pesar del cariño de una afición y de la liturgia de San Mamés, el fútbol de hoy no tiene paciencia para fabricar los equipos del mañana. El fútbol de hoy responde a unas claves de fugacidad que destrozan cualquier currículum. Despreciado el debate sobre qué es jugar bien y cómo se pretende hacerlo, prostituído en aras de las apetencias del periodismo (que vive del contraste entre señalar triunfadores y fracasados) y del dinero en juego, los técnicos están sometidos a un examen diario. Una derrota implica la visita de la Santa Inquisición y un día menos para ingresar en la cola del paro. Un empate otorga bula temporal de siete días, hasta la siguiente oposición. Y una victoria coloca al entrenador en una posición de privilegio, donde todas y cada una de sus decisiones y declaraciones no se discuten, porque están por encima del bien y del mal.

Así es la consecuencia directa del cliché más falso del fútbol, el que atribuye a los entrenadores la meritocracia exclusiva de cada partido. Si se gana, matrícula de honor para el técnico, un fenómeno, jugó con siete centrales pero todo está bien, porque él es el que sabe y sus ventosidades huelen a perfume. Se perdió, culpa del entrenador, es un tarado, el tipo fue un atrevido que salió con tres delanteros dando espectáculo, pero se le escapó la tortuga y todo fue un desastre. Recostado en el marcador, siempre pendiente del bolsillo y no del espectáculo, este fútbol que hoy es negocio se ha vendado los ojos para no ver más allá de sus narices, más allá del resultado. Siempre invicto, el periodismo jalea al vencedor y hace trizas al perdedor (pasando de puntillas sobre el juego desplegado), haciendo bandera de unos mensajes que, gracias a sus enorme caja de resonancia, provocan falsos debates entre la opinión pública, consiguiendo que los directivos que ficharon a sus entrenadores con un propósito, cedan a la presión y terminen olvidando, en sólo dos partidos, para qué los contrataron. De ahí que, cada domingo, se publicite un nuevo estereotipo de entrenador que ha descubierto la penicilina. Un tipo que prescinde del espectáculo, pero que garantiza resultados instantáneos y que ha descubierto una metodología innovadora y un sistema táctico infalible. Aficionados, periodistas y presidentes de los clubes, abducidos por la presunta panacea universal de estos gurús, se han entregado a la teoría del absurdo: Los partidos los ganan y los pierden los entrenadores.

El resultadismo, veletismo al poder, entraña una acitud cainita y precipita un escenario donde cualquier análisis serio queda solapado por si se ganó o si se perdió. A Caparrós, resultados excelentes y fútbol pobre, se le pedían más Muniaínes y menos Kokilis. Bielsa cumple lo que se pedía y ya está en el alambre. Además de tener que soportar repugnantes prejuicios desde que llegó (la palabra "cojones" no aparece en su vocabulario y eso provoca el rechazo del zafio paladar periodístico), Bielsa tiene que ver cómo le basurean el crédito porque dos resultados no correspondieron al mejor juego de su equipo. No es el único. Guardiola, líder espiritual del mejor Barça de la historia, tampoco es inmune a estos efluvios críticos de los profetas del resultado, que le echan en cara sus decisiones, su táctica y su alineación en Anoeta. No importa que durante los dos últimos años haya rotado de manera continua y su equipo haya ganado 12 títulos de 15 posibles con un juego admirable. Los que le señalan, en foro público, censurando "su" mísero empate a la vez que exoneran a sus futbolistas, son los mismos agoreros que profetizaban que el Barça le quedaba muy grande, porque Guardiola era un sub-producto de todo a cien, que procedía de Tercera División. Son los mismos que se sulfuran cuando Guardiola, a través de su magisterio ejemplar, explica que existen entrenadores que aman su profesión. Y que el fútbol, ayer, hoy y siempre, es de los futbolistas.
Rubén Uría / Eurosport

[Jose Luis Bueno]

Un tío que bien podría entrar de pleno derecho en el grupo de los teóricos del vendecolchismo:

PARACAIDISTAS Y ENTRENADORES

 Y que el fútbol, ayer, hoy y siempre, es de los futbolistas.
Rubén Uría / Eurosport

Es de los futbolistas y de los aficionados.

Y también influyen los entrenadores. Como ejemplo tenemos lo del sábado, mientras uno cambia pieza por pieza, el otro descubre debilidad en el rival y con uno menos cambia a un defensa por un delantero. ¿Quién ganó? Los jugadores, pero la decisión de Garrido fue fundamental.

Pd. Con esto no estoy diciendo que me guste Garrido, y que sea el nuevo ídolo de los entrenadores.

[MASTERMIND MORTAJER]

Es de los futbolistas y de los aficionados.

Y también influyen los entrenadores. Como ejemplo tenemos lo del sábado, mientras uno cambia pieza por pieza, el otro descubre debilidad en el rival y con uno menos cambia a un defensa por un delantero. ¿Quién ganó? Los jugadores, pero la decisión de Garrido fue fundamental.

Pd. Con esto no estoy diciendo que me guste Garrido, y que sea el nuevo ídolo de los entrenadores.

+1

No pasa nada. A Rubén ya lo hemos cogido en más de un renuncio/chorrada/ejercicio de relleno. Hoy volvía a venir cortita la cosa, y de vuelta la burra al trigo de los tópicos.

Pero se le perdona. Incluso a pesar del farragoso y fullero estilismo de Larra indignao que se ha marcao para la ocasión.

[juanmy]

Ayer tuvo una charla con los lectores en la página en Eurosport, si podeis leerla es muy pero que muy interesante lo que dice (prensa pro At. Madrid, repartos televisivos, competencia liga...).

[hwuan]

Ayer tuvo una charla con los lectores en la página en Eurosport, si podeis leerla es muy pero que muy interesante lo que dice (prensa pro At. Madrid, repartos televisivos, competencia liga...).

Citado para acordarme en casa de leerla.

[hwuan]

Ayer tuvo una charla con los lectores en la página en Eurosport, si podeis leerla es muy pero que muy interesante lo que dice (prensa pro At. Madrid, repartos televisivos, competencia liga...).

A ver si nos pones el link porque no la encuentro.

[hwuan]

Localizado, por si alguno está interesado:

http://es.yahoo.eurosport.com/futbol/la-liga/chat.shtml?chatid=c9360c3dd9

[Jose Luis Bueno]

Localizado, por si alguno está interesado:

http://es.yahoo.eurosport.com/futbol/la-liga/chat.shtml?chatid=c9360c3dd9

Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético, Madrid, Barça, Atlético...


Lo poco que dice de la lucha por los derechos de TV está bien, pero en lo de Del Nido no tiene nada de razón. Me da la sensación de que en ese caso no está bien informado.

[hwuan]

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Lo poco que dice de la lucha por los derechos de TV está bien, pero en lo de Del Nido no tiene nada de razón. Me da la sensación de que en ese caso no está bien informado.

No lo he leído aun, es demasiado extenso como para hacerlo en el trabajo mientras que, además, le paso el churro por la boca al Morty. Lo haré luego.

[coletas]

Bicicleta, cuchara, manzana

'Bicicleta, cuchara, manzana', película-documental de Carles Bosch, recoge dos años de intensa lucha de Pasqual Maragall contra el alzheimer. En otoño de 2007, al ex Alcalde de Barcelona se le diagnosticó la enfermedad y tuvo que pelear contra la adversidad. A través de este diario íntimo hecho película, la opinión pública descubre la dureza de la enfermedad, centrada en una escena donde los médicos instan, cada día, a Maragall, a que memorice tres palabras, "bicicleta,cuchara, manzana", con el ánimo de estimular su memoria y combatir sus lagunas mentales. La singular pelea de Maragall y su esposa contra la enfermedad es el hilo conductor de una película emotiva, que también se asoma al drama a otros enfermos y el empuje de la medicina y la ciencia para contrarrestar una enfermedad terrorífica. El fútbol también tiene una suerte de alzheimer. En su reino de ritos, tribus y símbolos, su memoria es frágil. O quizá nunca tuvo memoria. No recuerda, ni quiere recordar, nada. Este fútbol donde los operadores mandan, los clubes no pagan a Hacienda y donde la LFP es un caos, el imperio del resultado está por encima de todo. A los futbolistas que fueron héroes, a dos semanas vista, se les entierra si no funcionan al día siguiente. Al entrenador que lo ganó todo y se le exige ganar siempre. So pena de ser fusilado al amanecer, porque en este fútbol- perdón, negocio- está prohibido perder. El fútbol no tiene memoria. Sólo conjuga el verbo ganar y no perdona cualquier fracaso, por efímero que sea. 
Bicicleta, cuchara, manzana, los Prometeos del fútbol somos los periodistas, que siempre mantenemos nuestra condición de invictos y postulamos sobre el fracaso ajeno, cuando no nos convertimos en asesinos de reputaciones. Todo forma parte de una hoguera de vanidades, primicias, exclusivas, resultados y pasiones, donde hay licencia para justificar cualquier cuestión, por grave que sea, que amenace la salud del negocio, sus fuentes o el poder establecido. No importa la verdad, sino la parte de la verdad que se quiere acentuar. No es relevante el fondo de la cuestión, sino las formas que lo adornan. No sirve contar una noticia, ni explorar en sus consecuencias, ni formular sesudos análisis. Aquí prima el periodismo de camiseta. Los gritos sobre la realidad, lo superfluo sobre lo noticioso. Así es este periodismo de la moda. El de falsos profetas y sumos pontífices que viven de señalar quién es un triunfador y quién es un fracasado, quién miente y quién dice la verdad (porque la verdad depende del color de la camiseta), quién vale y quién no (filias y fobias, según te concedan entrevistas o no te las concedan), quién es necesario y quién es prescindible (quién te puede hacer sombra y quién no). Y los periodistas, que nos hemos arrogado la facultad de convertirnos en presuntos altavoces mediáticos de este fútbol y en supuestos exponentes de las aficiones, somos personajes de una realidad paralela, ficticia y virtual, donde el mañana no existe, y donde las urgencias del presente fagocitan cualquier vestigio de memoria y análisis.

Bicicleta, cuchara, manzana, el Real Madrid arranca la Liga con dos partidazos y se vende que batirá el récord de goles de la historia de la Liga. Dos partidos después, bicicleta, cuchara, manzana, el Madrid tiene el peor arranque liguero en los últimos siete años. El periodismo le pide a Caparrós más Munianines y menos Koikilis. Bielsa, llega, cumple con eso y se lo echan en cara. El Athletic de Bielsa acumula uno de los peores arranques de su historia y se le echan encima pidiendo su dimisión, pero, bicicleta, cuchara, manzana, no conviene recordar que Caparrós ganó uno de nueve encuentros en su primera temporada, donde se tuvo paciencia con él. Mourinho, un excepcional entrenador y un maleducado sin fronteras, ha sido loado, mitificado y beatificado por los mismos que ahora, bicicleta, cuchara, manzana, le han puesto a los pies de los caballos por un par de malos resultados. Falcao la rompe y el Atlético también, así que el periodismo aprovecha para el oportuno pesebreo hacia Cerezo que, bicicleta, cuchara, manzana, sigue siendo el mismo condenado por apropiación indebida de un club donde la prensa cree que un par de victorias valen para justificar que un tío se quedara con un club sin poner un euro. El fútbol se cansa del duopolio de Madrid y Barça, de su tiranía y abuso en el reparto de los derechos televisivos, pero bicicleta, cuchara, manzana, como el Betis va líder en estas cuatro jornadas, el ventajismo ilustrado pasa factura a Del Nido y saca su lado más fariseo, como si no fuera una realidad que los contratos de las teles han comvertido esto en una jungla donde sólo juegan dos y sólo pueden ganar dos. Hay quien presume de que esta es la mejor Liga del Mundo, pero bicicleta, cuchara y manzana, son los mismos que protestan por los horarios, que cuando llega Navidad se acuerdan de la Premier y que, cuando hay una huelga por impagos, dicen que Astiazarán debería dimitir.

Hoy les van a contar que esta Liga es modélica, que el Betis aspira a ganarla, que el Atlético es el favorito ante el Barça de largo, que el Valencia es un rodillo, que Guardiola no quiere renovar, que Bielsa es muy malo y que el Madrid es un desastre. Tratan a los espectadores como si tuvieran alzheimer. Bicicleta, cuchara, manzana.

Rubén Uría / Eurosport


http://es.eurosport.yahoo.com/futbol/ruben-uria/article/29056/

[alejandro cadenas]

Bicicleta, cuchara, manzana

'Bicicleta, cuchara, manzana', película-documental de Carles Bosch, recoge dos años de intensa lucha de Pasqual Maragall contra el alzheimer. En otoño de 2007, al ex Alcalde de Barcelona se le diagnosticó la enfermedad y tuvo que pelear contra la adversidad. A través de este diario íntimo hecho película, la opinión pública descubre la dureza de la enfermedad, centrada en una escena donde los médicos instan, cada día, a Maragall, a que memorice tres palabras, "bicicleta,cuchara, manzana", con el ánimo de estimular su memoria y combatir sus lagunas mentales. La singular pelea de Maragall y su esposa contra la enfermedad es el hilo conductor de una película emotiva, que también se asoma al drama a otros enfermos y el empuje de la medicina y la ciencia para contrarrestar una enfermedad terrorífica. El fútbol también tiene una suerte de alzheimer. En su reino de ritos, tribus y símbolos, su memoria es frágil. O quizá nunca tuvo memoria. No recuerda, ni quiere recordar, nada. Este fútbol donde los operadores mandan, los clubes no pagan a Hacienda y donde la LFP es un caos, el imperio del resultado está por encima de todo. A los futbolistas que fueron héroes, a dos semanas vista, se les entierra si no funcionan al día siguiente. Al entrenador que lo ganó todo y se le exige ganar siempre. So pena de ser fusilado al amanecer, porque en este fútbol- perdón, negocio- está prohibido perder. El fútbol no tiene memoria. Sólo conjuga el verbo ganar y no perdona cualquier fracaso, por efímero que sea. 
Bicicleta, cuchara, manzana, los Prometeos del fútbol somos los periodistas, que siempre mantenemos nuestra condición de invictos y postulamos sobre el fracaso ajeno, cuando no nos convertimos en asesinos de reputaciones. Todo forma parte de una hoguera de vanidades, primicias, exclusivas, resultados y pasiones, donde hay licencia para justificar cualquier cuestión, por grave que sea, que amenace la salud del negocio, sus fuentes o el poder establecido. No importa la verdad, sino la parte de la verdad que se quiere acentuar. No es relevante el fondo de la cuestión, sino las formas que lo adornan. No sirve contar una noticia, ni explorar en sus consecuencias, ni formular sesudos análisis. Aquí prima el periodismo de camiseta. Los gritos sobre la realidad, lo superfluo sobre lo noticioso. Así es este periodismo de la moda. El de falsos profetas y sumos pontífices que viven de señalar quién es un triunfador y quién es un fracasado, quién miente y quién dice la verdad (porque la verdad depende del color de la camiseta), quién vale y quién no (filias y fobias, según te concedan entrevistas o no te las concedan), quién es necesario y quién es prescindible (quién te puede hacer sombra y quién no). Y los periodistas, que nos hemos arrogado la facultad de convertirnos en presuntos altavoces mediáticos de este fútbol y en supuestos exponentes de las aficiones, somos personajes de una realidad paralela, ficticia y virtual, donde el mañana no existe, y donde las urgencias del presente fagocitan cualquier vestigio de memoria y análisis.

Bicicleta, cuchara, manzana, el Real Madrid arranca la Liga con dos partidazos y se vende que batirá el récord de goles de la historia de la Liga. Dos partidos después, bicicleta, cuchara, manzana, el Madrid tiene el peor arranque liguero en los últimos siete años. El periodismo le pide a Caparrós más Munianines y menos Koikilis. Bielsa, llega, cumple con eso y se lo echan en cara. El Athletic de Bielsa acumula uno de los peores arranques de su historia y se le echan encima pidiendo su dimisión, pero, bicicleta, cuchara, manzana, no conviene recordar que Caparrós ganó uno de nueve encuentros en su primera temporada, donde se tuvo paciencia con él. Mourinho, un excepcional entrenador y un maleducado sin fronteras, ha sido loado, mitificado y beatificado por los mismos que ahora, bicicleta, cuchara, manzana, le han puesto a los pies de los caballos por un par de malos resultados. Falcao la rompe y el Atlético también, así que el periodismo aprovecha para el oportuno pesebreo hacia Cerezo que, bicicleta, cuchara, manzana, sigue siendo el mismo condenado por apropiación indebida de un club donde la prensa cree que un par de victorias valen para justificar que un tío se quedara con un club sin poner un euro. El fútbol se cansa del duopolio de Madrid y Barça, de su tiranía y abuso en el reparto de los derechos televisivos, pero bicicleta, cuchara, manzana, como el Betis va líder en estas cuatro jornadas, el ventajismo ilustrado pasa factura a Del Nido y saca su lado más fariseo, como si no fuera una realidad que los contratos de las teles han comvertido esto en una jungla donde sólo juegan dos y sólo pueden ganar dos. Hay quien presume de que esta es la mejor Liga del Mundo, pero bicicleta, cuchara y manzana, son los mismos que protestan por los horarios, que cuando llega Navidad se acuerdan de la Premier y que, cuando hay una huelga por impagos, dicen que Astiazarán debería dimitir.

Hoy les van a contar que esta Liga es modélica, que el Betis aspira a ganarla, que el Atlético es el favorito ante el Barça de largo, que el Valencia es un rodillo, que Guardiola no quiere renovar, que Bielsa es muy malo y que el Madrid es un desastre. Tratan a los espectadores como si tuvieran alzheimer. Bicicleta, cuchara, manzana.

Rubén Uría / Eurosport


http://es.eurosport.yahoo.com/futbol/ruben-uria/article/29056/

Qué Asco de periodismo de de Medios de Comunicación.

Solo los chupaculos, ocupan cargos importantes y cobran bien. Los mejores, son ignorados.

[hwuan]

MESSI SIEMPRE LLEVA PUESTO EL TRAJE DE LUCES

dom sep 25 06:51

Leche, Falcao, avellanas y azúcar, Atleti. El gag, copyright Dani Martín, recorrió las redes sociales para vacunar a los aficionados atléticos de sus frustraciones del pasado. Y salto va, salto viene, aferrada a Radamel, la prensa moldeó un efecto placebo, en su peculiar empeño por fabricar alternativas deportivas de peso al portaaviones de Mou y a la orquesta de Guardiola. Después de la exhibición de R9Falcao y del baño de azúcar, el Atlético asumió que llegaba su elección. Se debatía entre ser toros o torero, y nada más aterrizar en el coso culé, tras ser recibido por una tromba de agua, se topó con su realidad. Está a años luz del Barça, como el resto de los mortales. Messi se llevó la faena a los medios, Xavi apareció por chicuelinas y Villa dejó un par de medias verónicas. El Barça no era el toro de Manzano, pero el Atlético sí fue el astado barcelonista. Entregado y descastado cada vez que el equipo de Guardiola agarraba la muleta, el Atlético acabó humillando. Se aculó en tablas y buscó, con desesperación, un segundo aire para frenar su sangría. Pero Messi ni conoce la piedad ni el Barça es de los que la concede.

A ritmo de viva el pasodoble, Villa recibió a portagayola, Xavi desorejó al Atlético y Messi abrió, una vez más, la puerta grande de La Maestranza azulgrana. El único salto del "Tigre" llegó en el minuto 60 y Adrián no fue capaz de maquillar la carnicería cuando el partido agonizaba. El Atlético, admirado por el equipo que quiere llegar a ser y descuartizado por el que todavía es, salió con un rictus frustración en el rostro. Se fue del Camp Nou con su cornada habitual en la femoral, sabiendo que había encajado, en 25 minutos, más goles que en dos meses. Y asumiendo que su historial clínico en Barcelona parece un prefijo telefónico (3-0, 5-2, 6-1, 3-0, 5-0). Normal. Este Barça de Guardiola, que camina hacia la inmortalidad y que aspira a ser el mejor equipo de la historia de este deporte, resulta inalcanzable para cualquiera. Si maltrató al Real Madrid y le pasó la mano por la cara ¿qué no iba a ser capaz de hacer con un Atlético que está en construcción? Fue lo esperado: fiesta culé, funeral rojiblanco.

Tras la vuelta al ruedo de Areolíneas Argentinas Messi, el lapidario periodístico. "Marca" fue explícito: "A Messi le pareció ver un lindo gatito" y "As" fue telegráfico "Mucho Messi, poco Atlético". Un epitafio real para el Atlético, que venía de un baño de azúcar y al que Messi llevó por la calle de la amargura.

Moraleja: Ojo a pestaña, a Del Nido ningún falso profeta le engaña. Al presidente del Sevilla se le pueden cuestionar sus formas y afear sus términos escatológicos, pero esta Liga sigue siendo dual, bipolar y escocesa. Un día se beatificará a este Betis milagrero (mérito, todo), al otro se publicitará un Valencia alternativa (otro con mérito) y puede que al siguiente, Falcao vuelva a disparar la imaginación de la prensa (no, el Atlético no está para ganar la Liga). Todos, según convenga al eje mediático, serán elevados a categoría de pesos pesados, a pesar de su condición de pesos pluma y paja. Pero este campeonato, más allá de esa moda insensata de elevar a categoría una anécdota, sigue siendo coto privado de dos.

Rubén Uría / Eurosport

[Zarok_]

Rubén Uría ‏@rubenuria

Hoy, hace 20 años, Maradona debutó con Sevilla ante B. Münich. 60 televisiones ofrecieron debut del 10 http://bit.ly/TFSLNi

[Community Manager]

La denuncia incómoda de Rafa Nadal

Por Rubén Uría | Rubén Uría – Hace 53 minutos



No existe autoridad moral deportiva más reconocible en España que Rafa Nadal, que regresa a las pistas 223 días después para superarse a sí mismo y volver a conseguir aquello que más le hace disfrutar: jubilar a sus jubiladores. El regreso de Rafa es noticia de alance mundial, pero lo es aún más la entrevista que ha concedido al diario L’Equipe. Una entrevista que apenas ha tenido trascendencia en nuestro país, siempre ocupado de la última ventosidad de Cristiano o del penúltimo sueño húmedo de Messi, pero en la que Nadal alza la voz para hablas de cuestiones más que relevantes. En las páginas de L’Equipe, Nadal no ha esquivado ninguna pregunta sobre el asunto. Sí, ese asunto. Ese que la mayoría de deportistas despachan con cara de empate a cero y con el silencio como política de comunicación. Nadal no. Ha decidido hablar de la ‘Operación Puerto’ y de ese montón de porquería que se acumula, en cantidades industriales, bajo la alfombra.

Primero, saque y volea de Rafa: ‘Lo que está ocurriendo en España no lo entiendo, No entiendo por qué el doctor Fuentes no da los nombres. Y no entiendo por qué la juez no le ha pedido que los dé. Todo ello me ha decepcionado’. Aquí nunca pasa nada. Y si pasa, se le saluda. Nadal cree que algo no encaja. ‘Que este doctor se explique y que los tramposos paguen. No entiendo por qué nunca se va al fondo de las cosas (…) Como consecuencia de gente como Armstrong todos tenemos una imagen dudosa (…) quiero estar seguro de que el que juega enfrente mío está tan limpio como yo’. Nadal exige que los mentirosos paguen por haber estafado al resto de competidores que iban limpios; que las investigaciones lleguen hasta el final para esclarecer los hechos; que los controles sean más eficaces y que, de una vez por todas, los aficionados no tengan que volver a cuestionarse la credibilidad de los campeones. Ya han resistido demasiada mentira. Basta de farsa. Hay que limpiar.

El mensaje de Rafa no tendrá repercusión en España, un país de extrañas costumbres. El periodismo se pone trempante con lo superfluo y esquiva lo mollar. El aficionado se indigna por unos muñecos de plástico pero no se irrita cuando se demuestra que sus campeones están podridos. Y las autoridades viven en estado de inacción, entre bostezo y bostezo, entre entrecot y entrecot. Aquí se abraza el complot, la teoría del contubernio y si la cosa se pone fea, se recurre a la histórica envidia francesa. Barra libre de excusas. Nadal hace preguntas incómodas. Las autoridades callan. No explican por qué no se piden esos nombres. Si todo es porquería y existen preguntas incómodas, silencio y último lugar en la fila de los culpables. Si hay éxitos y medallas que colgarse, entrevistas y primer lugar en la fila de los responsables. Hay que cambiar todo para que nada cambie. Cuando Rafa vuelva a ganar Roland Garros, veremos a muchos tirarse de cabeza a los flashes. Serán los mismos que hoy callan ante la denuncia de Rafa.

Rubén Uría / Eurosport

[piccolo]

Si le gusta el fútbol más allá de su equipo, está usted enfermo. Si está harto de la dualidad mediática constante, tiene fiebre. Si considera que el resto de clubes tienen derecho a una ventana mediática para no ser ninguneados, ha perdido un tornillo. Si siente nostalgia de aquellos tiempos en los que la opinión periodística tenía equidad y pluralidad, está usted para que le encierren. Deje de pensar en términos equivocados. Hoy, como en Network, existe un gran sistema de sistemas, una cadena de empresas cuyo único fin no pasa por informar, sino por ganar dinero, a costa de desinformar. Es la dictadura del sistema internacional monetario que determina la vida de este planeta, el que determina qué periodismo se hace, el que deja en el paro a periodistas sustituidos por una ingente procesión de replicantes de sus jefes, cuando no tienen alma de bufones. Esta es la época del progresivo deterioro del oficio de periodista deportivo, donde todos hemos puesto nuestro granito de arena, por acción u omisión, para lograr que la mayoría de las cosas que les contamos forme parte de una gran mentira. Unos las cuentan (los periodistas) y otros se las tragan (los espectadores). Unos las fabrican y otros las consumen. La constante periodística pasa por ignorar el juego, por desprestigiar al rival, por elevar la anécdota a categoría y por supuesto, en cada informativo, rendir culto a la superficialidad. No importa qué jugada fabricó de la nada Neymar, sino qué cara ponía la asiática de la tercera fila cuando al brasileño se le escapó una ventosidad en plena carrera. Los superfluo por delante de lo mollar. El gesto de Bale y el peinado de Ramos, antes que las medallas de Mireia. Y no un día, sino siempre, de manera constante, como un martillo pilón. Como un rodillo.

El nuevo método, más allá del informativo desinformativo de la mayoría de las cadenas de este país, la tertulia. García siempre sostuvo que era la fórmula del vago. Consiste, de un tiempo a esta parte, en fabricar prótesis a medida del tipo que enchufa el televisor. Diseñar personajes aborrecibles con el objetivo de generar adhesiones inquebrantables y odios recalcitrantes. A mayor odio y desafecto de un lado, mayor apoyo incuestionable del otro. A más ruido, más popularidad. A mayor popularidad, mayor audiencia. Barra libre de hostias y al tostadero, para que los gallos sigan cacareando subidos en lo alto del estercolero. Así es la estructura atómica del periodismo deportivo hoy día. Vender humo de todo a cien reporta fama y beneficios.  La profesión nunca fue un maldito parque de atracciones, un circo con domadores, enanos y una legión de payasos. Ahora lo es. Es campo abonado para monstruos de barraca de feria. Menú del día: ración doble de propaganda, tópicos de cartón piedra y culto al entreguismo servicial hacia el club o su presidente. Así funciona el nuevo catón periodístico que manejan empresas que desprecian la calidad por un porcentaje de share. Hoy todo es show, barro y fuego cruzado a discreción. Mata neuronas y multiplica índices de audiencia. No es periodismo, es su antítesis. Suministro de estramonio.

Los periodistas, a fuerza de tener que sobrevivir, de tener que proteger nuestro lugar en el mundo y justificar nuestra existencia, nos hemos acostumbrado a decirles todo aquello que, en conciencia, nos provoca seria vergüenza de un oficio al que maltratamos cada día más. Por cada uno que hace autocrítica o pide perdón por una información errónea, hay ciento veinte que se ríen de su audiencia y les tratan como si fuesen potenciales borregos enfermos de alzheimer. En el imperio del todo vale, les dirán cualquier cosa que quieran escuchar. Que Messi se va a llevar mal con Neymar porque es un pequeño dictador, que Cristiano y Bale no se soportan porque sus peluqueros se llevan a matar o que Kaká está amortizado gracias a que los chinos se hinchan a ver los partidos del brasileño. Les dirán que Messi sin Iniesta y sin Xavi no es nada y al día siguiente, que el Barça tiene Messidependencia. Les dirán que los hinchas del Atlético tienen la obligación de reírse con los chistes de Cerezo cuando les venden a Falcao. Les dirán una cosa un día y les dirán lo contrario cinco minutos después. Les dirán que les importan mucho los modestos, pero sólo se ocupan de ellos cuando ganan, porque el resto del año les tienen marginados y no les dedican ni veinte segundos en su programa. Les dirán cualquier mierda que quieran oír. Hasta que piensen como ellos, razonen como ellos y descubran que no pueden irse a la cama sin su ración diaria de mierda que, como ustedes saben, también tiene mucha audiencia, porque millones de moscas no pueden estar equivocadas.

 Rubén Uría / Eurosport

     

[RED SKIN]

 Rubén Uría / Eurosport

     

Le había perdido el rastro, magnifico periodista deportivo.

[shebshenko]

Brutal. Más razón que un santo.

[juanfra]

Brutal. Más razón que un santo.

+++100000000
Clarito, muy clarito, para que se enteren todos esos descerebrados.