Eso se me quedó en el antiguo Foro Oficial del Sevilla FC. Y ahora vagará errático por esos mundos virtuales, castigado hasta la eternidad por malo, por díscolo, quizás para algunos por antisevillista.
En aquel Foro, durante más de cinco años, intenté en las medidas de mis posibilidades hacer sevillismo. Unas veces erraría, otras atinaría, pero el espíritu fue siempre el mismo, un espíritu sevillista, apasionado, quizás algunas veces en exceso, por ello quizás –más bien seguro- pequé en ocasiones con calentones que algún que otro forero pagó. Aunque creo que nunca empecé ninguna guerra porque a aquel Foro, como hoy a éste, fui a poner mi granito de arena para que el Sevilla FC fuera cada vez más grande.
Porque en aquel tórrido julio de 2004 llegué a un lugar donde se pensaba demasiado en pequeño. Donde se polemizaba y se anatemizaba otorgándole rango de categoría suprema a las pugnas del Sevilla con Alavés u Osasuna –con todos los respetos- pretendiendo convertirlos en unos rivales clásicos de nuestro club sin querer o sin poder ver que eran una mera circunstancia en el camino del Sevilla hacia la ascensión a la que estaba llamado.
Se leían más lloros que orgullo y casi siempre más penas que alegrías, pero sin vindicar éstas, como sumidos en un aletargamiento sin final, en una espera pasiva.
Revertir eso fue mi guerra, y nada más. Quienes hayan podido leerme desde hace cinco años espero que hayan podido formarse una idea del Sevilla que siempre he querido transmitir porque siempre lo he soñado así, parecido a lo que hoy es pero que sin duda alguna podrá ser aún más, por lo que tampoco dudo de que lo mejor está por llegar.
Y han sido cinco años de verter letra tras letra para que en esas pantallas anónimas brotara sevillismo en cada uno de sus píxeles, al menos fue lo que intenté, no sé si lo conseguí.
En ese tiempo nació en los foros sevillistas un espíritu nuevo que apartó a patadas un pesimismo histórico, fue el espíritu que se hizo más patente a partir del 14 de octubre de 2005 y que sirvió para darle alas a este club como una de las patas en que se apoyó éste además de en sus profesionales y también en sus directivos.
Yo no vine para llorar, vine queriendo vender otra idea, en la que un paso más siempre era posible y además a cada mañana, y para que las tuercas de la presión no se aflojaran nunca.
Eso conllevó muchas letras, mucha ira y mucho orgullo. Hoy, esas palabras, ese espíritu vagabundea por el espacio cibernético porque algunos han considerado que todo cuanto había en aquel Foro Oficial del Sevilla Fútbol Club tenía que perderse en aras a no sé qué muy bien, sin que hubiera otras alternativas posibles.
Hoy, el resto de mi alma sevillista, mutilada pero libre aterriza aquí para lo de siempre, para seguir apretando las tuercas, a los de arriba y a los de abajo, con mis errores y con mis aciertos. A partir de hoy, aquí, en un reducto donde me gustaría que la libertad esté garantizada para todos, porque de donde no hay libertad, NODO SFC 1905 huirá, como trozo de alma que lleva el diablo, porque el otro trozo quedó castigado para siempre y sus palabras y sentimientos condenados hasta la eternidad.