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Autor Tema: Hablemos de HISTORIAS CURIOSAS  (Leído 56591 veces)

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #20 en: Septiembre 23, 2009, 15:15 Horas »
Para mi, el hilo mas maravilloso de todo el foro.

Gracias Red

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #21 en: Septiembre 23, 2009, 19:27 Horas »
Para mi, el hilo mas maravilloso de todo el foro.

Gracias Red




Un placer por mi parte leer tu comentario, aunque creo que un poco exagerado. ;)

Abrí este hilo, como en el antiguo foro, para que el personal se despejara de los temas eternos como los de M.J, banderas españolas en la camisetas, Vizcaino, etc, etc. ;D ;D ;D ;D

Por cierto si seguías el anterior hilo, si puedes recupera algunas historias del antiguo foro o me las recuerdas para yo recuperarlas y traerlas aquí.

Saludos.

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #22 en: Septiembre 23, 2009, 19:37 Horas »


Poon Lim o la soledad del náufrago que sobrevivió 133 días a la deriva en una balsa

El gigante Asiático devorado por la magnitud en todas sus estadísticas, no adolece de récords mundiales insólitos. Uno con pocas posibilidades de ser batido pertenece con la justicia que dan las desventuras al joven marinero Poon Lim; que en noviembre de 1942 pasó en solitario, tras un naufragio, más de cuatro meses a merced del mar  y del destino en una balsa improvisada y tan llena de carencias como vacía de víveres.  Una increíble historia de supervivencia que ha inspirado cientos de manuales de resistencia del ejército norteamericano y británico.

recreación de la histórica balsa de Poon Lim

Día 0. El hundimiento.

Poon Lim nació en 1917 en la isla de Hainan, al sur de China. Con 25 años y en plena Segunda Guerra Mundial decide trabajar como marinero a destajo en los fastuosos buques mercantes británicos. En noviembre de 1942 se enrola en la tripulación del SS Ben Lomond, un vapor de 6.600 toneladas, como segundo mayordomo en ruta desde Ciudad del Cabo a la Guayana Holandesa. Debido a las condiciones meteorológicas el barco se desvió de su itinerario llamando la atención del comandante alemán Carl Emmermann, oficial en jefe del Submarino alemán U(boot)-172.

A las 14,10 horas del 23 de Noviembre de 1942, y como ‘acción preventiva’, el mercante Benl omond capitaneado por John Maul fue torpedeado y hundido por el U-172 a unas 750 millas al este del río Amazonas, en Brasil. El poder destructor del batiscafo alemán fue tal, que 44 marineros, 8 tripulantes y el mismísimo capitán perecieron pasto del infierno provocado por la calculada injerencia bélica.

Poom Lim se encontraba descansando en uno de los camarotes de servicio en la cubierta superior, justo al lado opuesto al masivo boquete producido por el torpedo. La caprichosa gravedad y el destino que le hizo protagonista de esta historia fueron los culpables de someter al marinero a las crueles leyes de la casualidad; el tiempo justo de agarrar un salvavidas y lanzarse al mar por el último reducto del barco por encima de la linea de flotación. La banda sonora de la huida alternaba los chillidos y chirridos de la estructura metálica y de sus compañeros.

Cuando las frías aguas alcanzaron las hirvientes calderas del mercante el colapso térmico provocó una gran explosión que terminó por hundir el buque. La única obsesión de Poon era nadar centrífugamente para evitar la succión del barco en su deceso. En su huida Poon vio por última vez a los únicos 5 compañeros que lograron abordar uno de los botes salvavidas al otro lado del navío.

Los 5 marineros fueron interceptados por el submarino y hechos prisioneros a la espera de su rescate por  otro navío de apoyo. Mientras Poon, exhausto y alejado de las turbulencias y posibilidades de rescate permanecía aferrado a un salvavidas semiinconsciente por el esfuerzo… al cabo de unas horas, y con la calma y el contraluz  crepuscular, Poon divisó a unos cientos de metros una de las cochambrosas balsas de apoyo del Ben Lomond. Un último esfuerzo que le salvó la vida y le quitó la consciencia le llevó hasta la superficie de la que sería su casa en los próximos 132 días.

El buque Ben Lomond

Día 1. La Intendencia.

Con las primeras luces y calores del alba Poon recuperó la consciencia y despertó a la pesadilla de la realidad. Su balsa, una destartalada embarcación de 3×3 metros a base de listones de madera sobre bidones, contenía un pequeño kit diseñado para la supervivencia de cuatro personas durante un par de jornadas. Bajo una trampilla de la balsa encontró:

-Ocho latas de pequeñas galletas británicas

-Un barril de agua de 30 litros

-Dos tabletas de chocolate

-Algunos terrones de azúcar

-Unas pocas bengalas, dos cuencos de aluminio y una linterna.

No había señales de velas ni remos, lo que provocó la constante deriva de la nave. Poon calculó que las provisiones eran suficientes para unos 20 días, con lo que su ánimo y esperanza de rescate eran bastante optimistas.

Semana 2. La soledad y el avión

Poon Lim pasaba días y noches tratando de encontrar cualquier signo de vida. Un buque o una aeronave que le rescatase, pero sus esfuerzos resultaron vanos e inútiles. Una noche, un avión surcó el cielo destacándose en el firmamento estrellado. Poon Lim disparó una de las bengalas y un punto luminoso quebró la oscuridad del mar, pero luego cayó y se desvaneció. Ningún cambio de trayectoria en el avión. Una vez más, solo en la oscuridad de la noche, Poon apoyó su cara en el tablero de madera y se durmió.

Semana 4. Un regalo del viento

Un atardecer, después de sus rutinarios ejercicios nadando  entre tiburones alrededor de la balsa para no perder la forma, Poon Lim se sentó a meditar en la barca buscando un recuerdo salvador en el horizonte. Su mirada, perdida, regresó a su pasado, su infancia, su familia, sus cuadros, sus lienzos…

…su pensamiento se confundió con la realidad al divisar un lienzo volar a unos veinte escasos metros del barco. Se trataba de una tela de construcción naval. Probablemente, debería ser del buque que se hundió. Sin parpadear, Lim se lanzó al agua y nadó lo más rápido posible para ‘cazar’ la arpillera.

Poon Lim utilizó la tela para improvisar una pequeña tienda de campaña en la balsa y así protegerse del sol que le estaba desgarrando la piel. Pero la suerte fue aún mayor al descubrir atada en uno de los extremos del lienzo, una larga cuerda de cáñamo que utilizó para encadenarse a la balsa los días de tormenta  y evitar su pérdida en las innumerables caídas.

Semana 6. El ingenio del hambre

Con el fin de las provisiones se acentuó la perspicacia. A partir de la séptima semana Poon comenzó a desarrollar el instinto más arcaico del hombre; aquél que le lleva a perpetuarse por encima de cualquier costumbrismo y doctrina.

Desmontó la linterna, inservible y ya gastada, para forjar un anzuelo con una de sus piezas metálicas. Durante dos días estuvo conformándolo con los dientes y su zapato-martillo hasta dar con la forma adecuada. La cuerda de cáñamo hizo de sedal y la última galleta la reservó como cebo para la primera captura: Una pequeña sardina que sirvió de cebo, a su vez, a mayores capturas. Con las tapas de los botes de galletas improvisó afilados cuchillos con los que destripar el pescado y despegar algunos de los pequeños moluscos y lapas que se adherían a la balsa y funcionaban mejor como cebo.

Las capturas no eran constantes y dependían de las corrientes y los bancos de peces. Una tarde la balsa se adentró en un inmenso banco de pescado que provocó que Poon llenase literalmente la barca de capturas  que sirvieron para los días de más carencias.

Puso a secar el pescado una vez limpio, separando tripas, vísceras y sangre que almacenaba en las esquinas de la balsa. Tal fue el cúmulo de capturas y vísceras que empezó a tener un problema de olor y putrefacción impidiendo, incluso, su correcta oxigenación. Cometió entonces uno de los pocos errores de su travesía cuando, al deshacerse de las vísceras y sangre, provocó la llegada de una legión de tiburones que estuvieron rondando durante varios días, espantando cualquier atisbo de pesca y provocando la mayor crisis de hambruna de la peripecia.

Semana 8. David vs Goliat

Los tiburones no se marchaban y Poon no tenia modo alguno de seguir pescando. El hambre le condujo a la única opción que le restaba: tenía que cazar un tiburón.

Para ello volvió a fabricar un nuevo anzuelo, más grande y resistente, con uno de los clavos que unían los listones de madera a su estructura. Con su zapato-martillo y la garrafa moldeó la vasta aguja que anudó, de nuevo, a su cáñamo ( el cual trenzó para aumentar su grosor y resistencia ). La última cabeza de pescado le sirvió como cebo muerto para engañar a su ‘Goliat’.

tiburón Blanco. Foto national geographic

Nada más depositar el cebo, el tiburón elegido (de más de un metro) mordió y agitó la carnada, Poon sabía que su única opción era subir de un tirón seco al escualo para rematarlo a puñetazos en su ‘medio’. A los 10 minutos tenia las tripas del tiburón enlatadas, las aletas a secar y como refresco había preparado la sangre del hígado.

Semana 12. La locura de la sed

Tras el consumo de la garrafa inicial del agua. Poon automatizó la colecta del agua procedente de las lluvias y tormentas utilizando el doble forro de su chaqueta con un peso y practicando un agujero para reconducir al interior de la garrafa. Hasta la 10 semana el ritmo de lluvias debido a la estación había sido suficiente pero después de una gran tormenta que acabó con todas las provisiones sólidas y líquidas y con media balsa se inició una sequía que desencadenó la deshidratación de Poon.

Derrotado por la tormenta, observó como los albatros y gaviotas merodeaban la zona alertados por la podredumbre en cubierta. Poon recopiló todo tipo de algas y plantas marinas del fondo de la balsa y las amontonó a modo de nido de pájaro para atraer a las gaviotas mientras esperaba agazapado y tapado con los restos del lienzo.

Cuando un albatros realizó su picada al nido con restos de pescado, Poon se abalanzó sobre el animal y a dentellazos le sesgó cuello y vida para chupar su sangre y zampar sus carnes. Unos días más tarde la lluvia regresó y Poon recuperó su cuota de agua dulce.

Semana 14. Un Barco a 50 metros

Durante una mañana de su 15ª semana en el Atlántico, Poon fue despertado por un fuerte silbato marino. Creyó haber concluido su pesadilla tras divisar un inmenso carguero americano aproximarse hasta apenas 50 metros de su balsa. Según comentó posteriormente Poon, alguien se percató de su condición de chino justo antes de maniobrar y perderse de nuevo en el horizonte.

Unos días antes Poon habia sufrido la visita de un escuadrón aéreo norteamericano, que le divisó e incluso lanzó una boya-marcador desde el aire.  Una tormenta paralizó el posible rescaté y dispersó la patrulla aérea.

Día 130. El principio del fin

Poon Lim contaba los días con muescas en uno de los lados de la balsa, y las noches con cruces. Posteriormente utilizó pequeños trozos de cuerda para computar el calendario lunar. Sobre el día 130, notó que el agua era de color más verde pálido que de costumbre. Multitud de pájaros volaban entorno a su embarcación y gran cantidad de algas flotaban en superficie. Todos estos son signos alentaron su esperanza de una costa cercana.

Poon Lim a la llegada a Belém tres días después de abandonar la balsa

Día 133. El rescate

En la mañana del día 133, el 5 de Abril de 1943, vio una pequeña vela en el horizonte. No tenía bengalas, por lo que saludó agitando su camiseta en un esfuerzo por atraer la atención de la tripulación. La embarcación cambió de dirección y se dirigió a él.

Los tres hombres del pequeño barco pesquero, que hablaban portugués, lo llevaron a bordo. Le dieron el agua y un gran plato de fríjoles secos y continuaron sus labores de pesca, pues no podían regresar a tierra sin captura. Tres jornadas más tarde pusieron rumbo al oeste de Belem, en la desembocadura del río Amazonas de Brasil. Poon había recorrido 1200 kilómetros.

Los Honores

Poon Lim fue capaz de caminar sin problema recién rescatado. Su pérdida de peso durante la deriva fue de 10 kilogramos y pasó varias semanas recuperándose en un hospital de Brasil antes de viajar a Nueva York.

Recibió numerosos honores. El rey Jorge VI le otorgó personalmente la Medalla del Imperio Británico, el premio civil más alto. La Marina Británica editó folletos impresos y los colocó en todas las balsas salvavidas de sus naves describiendo las técnicas de supervivencia experimentadas por Poon Lim. Mientras, la “Ben Line Shipping Company”, compañía armadora del barco hundido, le obsequió con un reloj de oro.

Poon Lim el día de su Condecoración

Después de la guerra decidió emigrar a Los EE.UU pero la cuota de ciudadanos chinos estaba completa. Sólo la mediación del senador Warren Magnuson mediante un proyecto de ley, que fue aprobado por el Senado de los EE.UU. y la Cámara de Representantes, sirvió para emitir un visado de inmigración a Poon Lim y permitirle su residencia permanente en los EE.UU. Se Instaló en Nueva York con hijos y nietos y murió, septuagenario, en Brooklyn el 4 de Enero de 1991. Lim entró en el Libro Guinness de los Récords como el hombre que más tiempo ha pasado flotando en alta mar.

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #23 en: Septiembre 23, 2009, 19:52 Horas »
La historia del niño que se no paró hasta contruir un pozo de agua potable en Africa me ha encantado. Te enseña lo importante que es tener unos valores, un objetivos, y no parar de luchar hasta hacerlo realidad.

Para algo muchisimo menos importante que eso, como es el futbol (ya que estamos en este foro) deberiamos aplicarnoslo nosotros.

Ya no digo que el Xerez o el Osasuna puedan ganar, hoy dia, la liga. Pero el Sevilla sí.

Yo estoy totalmente convencido, 100%, de que si todos los que formamos parte de este gran club nos lo proponemos, EL SEVILLA GANARÍA ESTA LIGA SEGURO.

Si todos, desde la afición apoyando cada partido a muerte, como ya hemos demostrado en el tan manido partido ante el Shalke,

como los jugadores, entrenando a muerte como profesionales, sin saliditas nocturnas, ni piques estupidos, ni egoísmos (que creo que no hay muchos en este equipo, pero algo habra),

como el entrenador y ayudantes, exigiendo a los jugadores el maximo y muy importante: salir a ganar todos los partidos, pero de verdad,

como los directivos, que sigan manejando el tema igual de bien pero por favor que se dejen de gilipoyeces de controlar a la aficion, banderitas y charlas que no van a ningun lado delante de un microfono, que se guarden el ego que a veces sacan a pasear y que apreten los dientes como los que más.

Si todo eso sucediera, a la vez, este año, sabiendo de nuestro potencial, estoy seguro, sé, que ni madrid ni barsa, ni arbitros, ni federacion, ni marca ni as, ni leches: NADIE NOS PODRÍA PARAR.

Estoy convencido.

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #24 en: Septiembre 28, 2009, 08:26 Horas »
Esto lo puse en el foro antiguo, pero creo que merece la pena recordarlo tambien en este

LA TREGUA DE NAVIDAD

La batalla de Ypres, a finales de 1914, paralizó momentáneamente la guerra. En ella habían muerto un cuarto de millón de personas, en un espacio de terreno bastante pequeño. Se alejaba la idea propagandística de terminar la guerra antes de fin de año.

Llegó así la Noche Buena, que tuvo luna llena, iluminando un campo de batalla de pesadilla. Los soldados ingleses se percataron, extrañados, de que los alemanes no mostraban la actividad febril de todas las noches. Por otra parte, comenzaron a surgir luces, a las cuales ninguno de sus centinelas se dispuso a disparar. Rápidamente se dieron cuenta de que se trataban de árboles de navidad.

Repentinamente, los alemanes comenzaron a cantar Stille Nacht, Heilige Nacht (Noche de paz ,noche de amor), a escasos 50 metros de las trincheras enemigas. En cualquier otro momento, esto hubiera sido impensable y hubiera atraído el fuego inglés. Pero no esa noche. En cambio, los ingleses comenzaron a replicar con sus propios cantos de navidad. Durante una hora continuó esto; cada trinchera alentó a los enemigos a salir, pero ninguno se animó a hacerlo en la noche.

Había comenzado la Tregua de Navidad de 1914.

Más adelante un soldado alemán se atrevió a cantar Noche de paz de pie, convirtiéndose en un blanco perfecto. Para horror de muchos, al poco tiempo un grupo de soldados alemanes comenzó a caminar por la TIerra de Nadie con las manos en los bolsillos, desarmados. Nadie les disparó.

Por el contrario, algunos efectivos ingleses los imitaron, encontrándose al poco tiempo en el territorio por el cual antes habían matado y muerto.

Estas pequeñas muestras de cordialidad se fueron repitiendo por todas partes en la zona de Ypres. En algunas partes, los soldados británicos dispararon al aire para asustar a los alemanes que salían de sus trincheras, pero aparentemente en ninguna parte hubo muertos. Sin embargo, en la mayoría de los casos los alemanes y británicos se encontraban en medio de la tierra de nadie, se daban la mano y acordaban una tregua informal para el día siguiente.

El luego comandante Leslie Walkington, entonces un fusilero de 17 años, recuerda que "todo ocurrió espontáneamente, en forma muy misteriosa. Un espíritu más fuerte que el de la guerra prevaleció aquella noche."

Al día siguiente, la tregua se respetó a rajatabla. Pero lejos de permanecer en sus trincheras a descansar, ambos bandos se acercaron y continuaron confraternizando. Se sacaban fotos y conversaban. Rápidamente se organizaron partidos de fútbol con latas en lugar de pelotas, y cascos como arcos. Un soldado escocés sacó a relucir un verdadero balón y se organizó un partido más oficial, que aparentemente los alemanes ganaron por 3 a 2. Ni siquiera en estos encuentros relucía la agresividad previa, y se dice que se jugó con mucha caballerosidad; si había algún caído por una jugada fuerte, los adversarios lo ayudaban a levantarse.

Hubo intercambio de botones, cascos y otras cosas como recuerdo. Cada soldado trataban de llamar la atención de los soldados antes enemigos, haciendo uso de alguna de sus capacidades. Se compartieron comida e incluso regalos de Navidad.

Otra labor, esta más desagradable pero igualmente necesaria, fue el enterrar los cadáveres. En esta furiosa contienda, solía suceder con regularidad que los muertos caían en la Tierra de Nadie, y quedaban allí sin recibir sepultura, descomponiéndose al aire libre. Rápidamente los antiguos contendientes se organizaron para rendir honores a sus camaradas caídos. Se celebraron ceremonias religiosas; hasta los capellanes desobedecieron las órdenes de sus superiores cuando trataban de evitar que los soldados rasos salieran de las trincheras.

En los sectores con soldados franceses, cuya patria estaba siendo invadida, no todo fue tan bien. Algunas ofertas de tregua fueron denegadas a tiros por los franceses. Sin embargo, un capitán de este origen se dedicó, durante la tarde de Navidad, a dar un pequeña concierto con trompetas, violines y otros instrumentos. Terminada la obra, un oficial alemán hizo una reverencia apreciando el gesto navideño, mientras todos aplaudían.

Obviamente, en ambos bandos los soldados se dieron cuenta de que sus superiores no debían saber nada de dicha tregua. Los oficiales que estaban en el campo o la apoyaban o tenían una desconfiada indiferencia; no sucedería lo mismo con los oficiales que vinieran de fuera.

Por eso, cuando los soldados ingleses se enteraron de que un brigadier llegaba para hacer una inspección ante los rumores, aprestaron todo para simular que seguían en guerra. Avisados, los alemanes también se escondieron en sus trincheras. El brigadier encontró todo como debía: los hombres en sus puestos detrás de las ametralladoras, centinelas... pero había un alemán asomando de una trinchera y nadie le disparaba. Ordenó hacer fuego contra él; el tirador, no queriendo romper la tregua, erró deliberadamente tres veces: primero por mucho, luego por menos y finalmente por muy poco. El alemán se dio cuenta y se arrojó al suelo haciendo gesto de haber sido herido. El brigadier se fue complacido.

Todo había vuelto a la normalidad por ese día. Incluso las aves se escuchaban de nuevo, y se narran escenas de soldados alimentándolas. Pero todo estaba por terminar. Los oficiales en el campo dejaban hacer, pero las noticias corrieron de manera tal que era imposible ignorarlas. No podía disfrazarse de casualidad que un 25 de diciembre la guerra furiosa se detuviera así como si nada. El Alto Mando inglés se enteró y sus representantes montaron en cólera. Posiblemente lo mismo pasó del lado alemán. Semejante falta de disciplina les resultaba intolerable. No es de extrañarse; al menos los ingleses habían gastado enormes esfuerzos de propaganda para hacer parecer a los alemanes como salvajes, calificándolos de "hunos" y desperdigando cuentos sobre atrocidades que no habían cometido (ni nunca cometerían). El verlos como personas normales desbarataba esos esfuerzos.

Sin embargo, la tregua duró unos días más. Aunque en algunas partes el combate se reinició el 26, en otros sectores se esperó hasta el 29. En ese día, sencillamente, desde ambas partes se comenzaron a llamar a sus soldados, estos volvieron a las trincheras y volvieron a disparar. Nunca más existió una tregua similar durante la Gran Guerra.

Hay quienes quieren creer que, de continuar unos días más, la tregua hubiera puesto fin a la guerra. Lamentablemente, nunca se sabrá.

Desconectado RED SKIN

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #25 en: Octubre 06, 2009, 14:40 Horas »









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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #26 en: Octubre 06, 2009, 14:46 Horas »
Impresionante, pero es que incluso no parece que esos montones de basura generen esas sombras.

 :o :o

Desconectado markhan

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #27 en: Octubre 07, 2009, 01:43 Horas »
Esta historia, es bastante larga, pongo un poco de ella y si os gusta continuar en el enlace de la fuente.

Los globos de fuego con los que Japón golpeó el corazón de América

A finales del 1944 comenzaron a registrarse una serie de incendios y extrañas explosiones a lo largo de la costa oeste norteamericana. Los avistamientos de unos extraños globos habían despertado las alarmas del ejército americano. Supuestamente, eran japoneses, pero nadie sabía desde donde eran lanzados. Unos creían que los soltaban desde submarinos y otros que eran la obra de algún norteamericano de origen japonés renegado.


Globo derribado y reinflado por los americanos

Los americanos encontraron el primer globo el 4 de noviembre de 1944, en el mar, cerca de San Pedro, California. Al día siguiente algo parecido a un paracaídas fue visto descender en Themopolis, Wyoming, más de 1.000km tierra adentro. Días después, otro globo fue derribado por un caza en Santa Rosa, California, y otro más, visto en Santa Mónica.

Para comienzos de 1945 no había duda, algo raro estaba sucediendo. Los avistamientos de globos se extendían ya por toda la costa oeste norteamericana, desde la frontera mejicana hasta Alaska, y lo peor es que su amenaza no sólo se limitaba a la costa, sino que algunos de ellos se habían adentrado tierra adentro. Uno de ellos se quedó a tan sólo 15km de Detroit.

La primera reacción de las autoridades fue silenciar los ataques. Primero, para no extender el pánico entre la población y, segundo, para no dar ningún tipo de pista al enemigo sobre la efectividad de los globos y animarlo a enviar más. En un principio, nadie creía que los globos pudieran venir directamente desde el Japón. Se creía que lo más probable era que los globos fueran lanzados desde playas americanas, por agentes transportados en submarinos. Algunos incluso especulaban sobre la posibilidad de que hubiera podido ser algún alemán prisionero en Estados Unidos, o que se hubieran lanzado desde algún centro de internamiento para los americanos de origen japonés.

Fue después de analizar la arena que había dentro de los sacos de lastre de los globos que los militares norteamericanos empezaron a tener las cosas claras. La mayoría de los sacos se perdían durante el trayecto por el Pacífico, pero varios globos se estrellaron sin explotar y se pudieron recuperar algunos de sus sacos. En todos los sacos recuperados se encontró la misma arena obscura. La Unidad de Geología del ejército la analizó y descubrió que contenía un centenar de especies diferentes, entre fósiles y vivientes, de diatomeas, un tipo de alga unicelular . Inmediatamente, quedó claro que la arena de los sacos procedía de alguna playa, pero ¿de cuál?


Lugares atacados por los globos

En la década de 1920, los japoneses habían descubierto la existencia de una fuerte corriente de aire que circulaba a gran velocidad y altitud sobre su país. La corriente soplaba a 9.150m de altura y era capaz de transportar grandes globos a través del Pacífico, unos 8.000km en tan sólo 3 días. Posteriormente, se descubrió que existían otras corrientes de este tipo y se usaría el término corriente en chorro para referirse a ellas. Sin embargo, en un primer momento, el descubrimiento japonés pasó inadvertido en el extranjero.

Varias décadas después, el general Sueyoshi Kusaba llevaba tiempo trabajando con sus colegas del Laboratorio Técnico del Noveno Ejército Japonés en unas bombas globo (fusen bakudan, en japonés). Su idea era construir unos globos capaces de aprovechar esa corriente en chorro para llevar bombas incendiarias y explosivas hasta los Estados Unidos. Una vez en territorio norteamericano, las bombas podrían destruir edificios, causar muertes y provocar incendios. Por un lado, se pretendía crear un clima de psicosis y pánico entre la población civil y, por otro, obligar a los americanos a traer tropas y recursos desde el frente para luchar contra los grandes incendios forestales que los globos pudieran provocar.

El plan era, en cierta manera, la respuesta japonesa a los bombardeos americanos sobre Japón de la Operación Doolittle. Los ataques no causaron daños graves, pero encendieron los ánimos de venganza entre los nipones.

Antes de poner en marcha el plan, sin embargo, quedaban muchos problemas técnicos por resolver. Un globo de hidrógeno se expande a causa de la luz y calor solar, y se contrae cuando se enfría durante la noche. Los ingenieros idearon un sistema de control que en función de un altímetro dejaba ir lastre. Cuando el globo descendía por debajo de los 9km, el sistema dejaba caer mediante una señal eléctrica un par de sacos de las tres docenas que llevaba. De manera similar, cuando el globo se elevaba por encima de los 11.6km, el altímetro accionaba una válvula que dejaba escapar hidrógeno.

Continua en:  http://www.cabovolo.com/2009/08/globo-bomba-japoneses-guerra-mundial.html

Es que es muy larga, pero curiosa :D

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #28 en: Octubre 08, 2009, 22:12 Horas »
Cabovolo es la mejor con muuuuuuuuuuucha diferencia, está muy conseguida.

Luego hay muchas como kurioso, soviet russia, un barco más grande, historias de la historia, historias con historia o curistoria.

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #29 en: Octubre 09, 2009, 12:20 Horas »
Hace ya un tiempo me lei La fiesta del chivo (Mario Vargas Llosa),novela que se desarrolla en la Republica Dominicana y que narra el asesinato del dictador Trujillo.

Aparecian unos personajes que se oponian al regimen y contra el cual lucharon activamente,me llamaron poderosamente la atencion: las hermanas Mirabal.

Dejo el enlace de la wikipedia donde hablan de ellas,ya buscare alguna cosa mejor.

Por cierto,que el Dia Internacional de No Violencia contra la Mujer sea el 25 de noviembre se debe a que fue este el dia que fueron asesinadas.


http://es.wikipedia.org/wiki/Hermanas_Mirabal
« Última modificación: Octubre 09, 2009, 15:41 Horas por Nemesis »

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #30 en: Octubre 11, 2009, 12:35 Horas »


18 pinchazos no mataron a Romell Broom
Declaración del hombre que sobrevivió a su propia ejecución

          
Yo, Romell Broom, preso en el corredor de la muerte de Lucasville (Ohio), fui llevado a mi ejecución por inyección letal el pasado 15 de septiembre. Tras sufrir 18 pinchazos fallidos a lo largo de tres horas, la ejecución fue suspendida. Ésta es mi declaración jurada de aquellos hechos

Un equipo de aplicación de la pena capital en el Estado de Ohio fracasó en el intento de matar con una inyección letal a Romell Broom, de 53 años, el 15 de septiembre pasado. La ejecución fue suspendida por el gobernador, Ted Strickland, después de que el condenado hubiera recibido 18 pinchazos en diversas partes del cuerpo. Lo que sigue es la traducción de la declaración presentada por el superviviente de este ajusticiamiento fallido.

Electrocutado dos veces en un año



»EN EL TRIBUNAL DE DISTRITO DE ESTADOS UNIDOS

»DISTRITO SUR DE OHIO

»ROMELL BROOM contra

TED STRICKLAND

»CONDADO DE SCIOTO. ESTADO DE OHIO

»DECLARACIÓN JURADA DE ROMELL BROOM:


Por la presente, yo, Romell Broom, declaro y doy fe de lo siguiente:

1. Estoy interno en el corredor de la muerte en el Estado de Ohio.

2. Mi ejecución estaba prevista para el martes 15 de septiembre de 2009. La ejecución debía llevarse a cabo en la Prisión Sur (Southern Correctional Facility, SOCF), en Lucasville, Ohio.

3. Los funcionarios de prisiones me llevaron de la Penitenciaría del Estado de Ohio a la SOCF, el 14 de septiembre de 2009.

4. Tras mi llegada, vino una enfermera al lugar en el que estaba albergado, la celda J-1. La enfermera llegó, encontró dos venas en mi brazo derecho y mi brazo izquierdo, me ató el brazo y tomó nota de lo que había encontrado.

5. Después de que viniera la enfermera, los funcionarios de prisiones estuvieron ofreciéndome líquidos todo el tiempo. Yo acepté. Durante ese día bebí café, Kool-Aid y agua. Tomé siete tazas de café, cinco tazas de agua y tres tazas de Kool-Aid.

6. El 15 de septiembre de 2009, me desperté, me duché y hablé con mi hermano por teléfono. En un momento dado, el jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me contó que uno de los tribunales estaba revisando mi caso y que la ejecución se había retrasado mientras tanto. Debido a la longitud del retraso, creí que el tribunal iba a aceptar mis argumentos en favor de un recurso.

7. Sin embargo, alrededor de las 14.00, mi abogada me informó de que el tribunal había rechazado mi apelación y que no quedaban más vías de acción. El Estado iba a seguir adelante con mi ejecución.

8. Cuando estaba en la celda, el funcionario jefe Phillip Kerns entró con varios guardias y me leyó la orden de ejecución. Después entraron dos enfermeros que me dijeron que me tumbase. Uno de los enfermeros era un hombre blanco y la otra una mujer blanca.

9. Había tres guardias presentes en la habitación. Un guardia estaba a mi derecha, otro a mi izquierda y otro junto a mis pies.

10. Los enfermeros intentaron acceder simultáneamente a las venas de mis brazos. La enfermera intentó en tres ocasiones acceder a las venas en el centro de mi brazo izquierdo. El enfermero intentó en tres ocasiones acceder a las venas en el centro de mi brazo derecho.

11. Después de esos seis intentos, los enfermeros me dijeron que descansara un poco. Seguí tendido en la cama durante dos minutos y medio, aproximadamente.

12. Después de la pausa, la enfermera intentó dos veces acceder a las venas de mi brazo izquierdo. Debió de pinchar un músculo porque el dolor me hizo gritar. El enfermero intentó tres veces acceder a las venas de mi brazo derecho. La primera vez, el enfermero consiguió acceder a una vena en mi brazo derecho. Intentó insertar la vía intravenosa, pero la perdió y empezó a correrme la sangre por el brazo. La enfermera salió de la habitación. El funcionario de prisiones le preguntó si se encontraba bien. Ella respondió: "No", y se fue.

13. Los funcionarios encargados de la ejecución declararon que aquello era difícil para todos y sugirieron hacer otra pausa. Entonces se fue el enfermero. El funcionario que estaba a mi derecha me tocó en el hombro derecho y me dijo que me relajara mientras descansábamos un momento. A esas alturas, estaba muy dolorido. Las heridas de los pinchazos me dolían y hacían que me fuera difícil estirar o mover los brazos.

14. El enfermero regresó con unas toallas calientes que colocó en su brazo izquierdo. Colocó las toallas sobre mis brazos y masajeó mi brazo izquierdo. Me dijo que las toallas les ayudarían a acceder a las venas.

15. Después de aplicar las toallas, el enfermero intentó acceder a mis venas, una vez en el centro de mi brazo izquierdo y tres veces más en la mano izquierda. Después del tercer intento de acceder a las venas en las manos, el enfermero comentó que el consumo de heroína me había dañado las venas. Ese comentario me disgustó porque nunca he consumido heroína ni ninguna otra droga intravenosa. Le repliqué al enfermero que nunca le había dicho que hubiera consumido heroína.

16. El enfermero siguió diciendo que la vena estaba allí pero que no podían cogerla. Intenté colaborar ayudando a atar mi propio brazo. Un funcionario de prisiones se acercó, dio un golpecito en mi mano para indicar que él también veía la vena e intentó ayudar al enfermero a localizarla.

17. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me dijo que iban a hacer otra pausa y volvió a decirme que me relajara.

18. Entonces me descompuse. Empecé a llorar porque me dolía todo y mis brazos estaban inflamándose. Los enfermeros estaban pinchando agujas en zonas que ya estaban inflamadas y con hematomas. Pedí que interrumpieran el proceso y pedí hablar con mi abogada.

19. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me pidió que me sentara para que la sangre circulase mejor. Entonces entró en la habitación la enfermera jefe, una mujer asiática.

20. La enfermera jefe intentó acceder a las venas en mi tobillo derecho. Pidió que alguien le diera "un veinte" y alguien le entregó una aguja. Durante ese intento, la aguja me pinchó en el hueso y fue muy doloroso. Grité. Al mismo tiempo que la enfermera jefe intentaba acceder a una vena en la parte inferior de mi pierna izquierda, el enfermero intentó acceder a una vena en mi tobillo derecho. Después de esos intentos fallidos, la enfermera jefe cogió la aguja y salió de la habitación.

21. El enfermero hizo otros dos intentos de acceder a las venas en mi mano derecha. Parecía que habían desistido ya del brazo izquierdo porque estaba hinchado y lleno de hematomas. El nivel de dolor estaba en el máximo. Me habían pinchado al menos 18 veces en múltiples zonas, todo con la intención de inyectarme unas drogas que iban a quitarme la vida.

22. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución volvió a decirme que me relajara. Hubo conversación entre los funcionarios sobre el hecho de que podían ver las venas.

23. Al cabo de un rato, el director, Terry Collins, entró en la habitación y me dijo que iban a interrumpir la ejecución. Collins indicó que valoraba mi cooperación y que tomaba nota de mis intentos de ayudar al equipo. También expresó su confianza en su equipo de ejecución y su profesionalidad. El director Collins me dijo que iban a llamar al gobernador Strickland para informarle de la situación.

24. Cuando se fueron los enfermeros y el director Collins, los funcionarios me preguntaron si me apetecía un café y un cigarrillo. Yo seguía en la cama con las luces atenuadas.

25. Aproximadamente media hora después, mi abogada, Adele Shank, vino y me dijo que el gobernador había dictado la orden de aplazar la ejecución una semana. Le hablé a la abogada Shank de mi dolor y le enseñé las zonas que tenían hematomas.

26. Después de que se fuera la abogada Shank, los funcionarios de prisiones me trasladaron al hospital.

27. A la mañana siguiente, mis brazos empezaron a dar más señales de hematomas e inflamación. Cada sitio del brazo en el que se había hecho un intento mostraba hematomas e inflamación visibles. Algunos de los hematomas de las manos y el tobillo han desaparecido y parte de la inflamación desapareció a lo largo de la tarde siguiente.

28. Todavía hoy, mis brazos tienen grandes hematomas visibles, y siguen estando inflamados. Los múltiples sitios en los que los enfermeros trataron de acceder a mis venas siguen doliéndome.

29. Los funcionarios de prisiones decidieron mantenerme en la SOCF durante la semana de aplazamiento. Durante este tiempo, estoy constantemente bajo observación del equipo encargado de la ejecución y los guardianes.

30. Esperar a ser ejecutado es angustioso. Me produce mucha tensión pensar en que el Estado de Ohio tiene la intención de causarme el mismo dolor físico la próxima semana.

31. Me veo obligado a recordar constantemente el hecho de que la semana próxima tendré que sufrir la misma tortura que el Estado de Ohio me infligió el martes 15 de septiembre de 2009 , porque no ha habido ningún cambio en el protocolo de ejecución de Ohio y no ha habido ningún cambio en mis venas. El declarante no tiene nada más que decir.

Rommel Broom

Jurado, afirmado y suscrito en mi presencia el 17 de septiembre de 2009.

Marcia Dukes, notaria pública.

(Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia)

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #31 en: Octubre 11, 2009, 17:43 Horas »


18 pinchazos no mataron a Romell Broom
Declaración del hombre que sobrevivió a su propia ejecución

          
Yo, Romell Broom, preso en el corredor de la muerte de Lucasville (Ohio), fui llevado a mi ejecución por inyección letal el pasado 15 de septiembre. Tras sufrir 18 pinchazos fallidos a lo largo de tres horas, la ejecución fue suspendida. Ésta es mi declaración jurada de aquellos hechos

Un equipo de aplicación de la pena capital en el Estado de Ohio fracasó en el intento de matar con una inyección letal a Romell Broom, de 53 años, el 15 de septiembre pasado. La ejecución fue suspendida por el gobernador, Ted Strickland, después de que el condenado hubiera recibido 18 pinchazos en diversas partes del cuerpo. Lo que sigue es la traducción de la declaración presentada por el superviviente de este ajusticiamiento fallido.

Electrocutado dos veces en un año



»EN EL TRIBUNAL DE DISTRITO DE ESTADOS UNIDOS

»DISTRITO SUR DE OHIO

»ROMELL BROOM contra

TED STRICKLAND

»CONDADO DE SCIOTO. ESTADO DE OHIO

»DECLARACIÓN JURADA DE ROMELL BROOM:


Por la presente, yo, Romell Broom, declaro y doy fe de lo siguiente:

1. Estoy interno en el corredor de la muerte en el Estado de Ohio.

2. Mi ejecución estaba prevista para el martes 15 de septiembre de 2009. La ejecución debía llevarse a cabo en la Prisión Sur (Southern Correctional Facility, SOCF), en Lucasville, Ohio.

3. Los funcionarios de prisiones me llevaron de la Penitenciaría del Estado de Ohio a la SOCF, el 14 de septiembre de 2009.

4. Tras mi llegada, vino una enfermera al lugar en el que estaba albergado, la celda J-1. La enfermera llegó, encontró dos venas en mi brazo derecho y mi brazo izquierdo, me ató el brazo y tomó nota de lo que había encontrado.

5. Después de que viniera la enfermera, los funcionarios de prisiones estuvieron ofreciéndome líquidos todo el tiempo. Yo acepté. Durante ese día bebí café, Kool-Aid y agua. Tomé siete tazas de café, cinco tazas de agua y tres tazas de Kool-Aid.

6. El 15 de septiembre de 2009, me desperté, me duché y hablé con mi hermano por teléfono. En un momento dado, el jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me contó que uno de los tribunales estaba revisando mi caso y que la ejecución se había retrasado mientras tanto. Debido a la longitud del retraso, creí que el tribunal iba a aceptar mis argumentos en favor de un recurso.

7. Sin embargo, alrededor de las 14.00, mi abogada me informó de que el tribunal había rechazado mi apelación y que no quedaban más vías de acción. El Estado iba a seguir adelante con mi ejecución.

8. Cuando estaba en la celda, el funcionario jefe Phillip Kerns entró con varios guardias y me leyó la orden de ejecución. Después entraron dos enfermeros que me dijeron que me tumbase. Uno de los enfermeros era un hombre blanco y la otra una mujer blanca.

9. Había tres guardias presentes en la habitación. Un guardia estaba a mi derecha, otro a mi izquierda y otro junto a mis pies.

10. Los enfermeros intentaron acceder simultáneamente a las venas de mis brazos. La enfermera intentó en tres ocasiones acceder a las venas en el centro de mi brazo izquierdo. El enfermero intentó en tres ocasiones acceder a las venas en el centro de mi brazo derecho.

11. Después de esos seis intentos, los enfermeros me dijeron que descansara un poco. Seguí tendido en la cama durante dos minutos y medio, aproximadamente.

12. Después de la pausa, la enfermera intentó dos veces acceder a las venas de mi brazo izquierdo. Debió de pinchar un músculo porque el dolor me hizo gritar. El enfermero intentó tres veces acceder a las venas de mi brazo derecho. La primera vez, el enfermero consiguió acceder a una vena en mi brazo derecho. Intentó insertar la vía intravenosa, pero la perdió y empezó a correrme la sangre por el brazo. La enfermera salió de la habitación. El funcionario de prisiones le preguntó si se encontraba bien. Ella respondió: "No", y se fue.

13. Los funcionarios encargados de la ejecución declararon que aquello era difícil para todos y sugirieron hacer otra pausa. Entonces se fue el enfermero. El funcionario que estaba a mi derecha me tocó en el hombro derecho y me dijo que me relajara mientras descansábamos un momento. A esas alturas, estaba muy dolorido. Las heridas de los pinchazos me dolían y hacían que me fuera difícil estirar o mover los brazos.

14. El enfermero regresó con unas toallas calientes que colocó en su brazo izquierdo. Colocó las toallas sobre mis brazos y masajeó mi brazo izquierdo. Me dijo que las toallas les ayudarían a acceder a las venas.

15. Después de aplicar las toallas, el enfermero intentó acceder a mis venas, una vez en el centro de mi brazo izquierdo y tres veces más en la mano izquierda. Después del tercer intento de acceder a las venas en las manos, el enfermero comentó que el consumo de heroína me había dañado las venas. Ese comentario me disgustó porque nunca he consumido heroína ni ninguna otra droga intravenosa. Le repliqué al enfermero que nunca le había dicho que hubiera consumido heroína.

16. El enfermero siguió diciendo que la vena estaba allí pero que no podían cogerla. Intenté colaborar ayudando a atar mi propio brazo. Un funcionario de prisiones se acercó, dio un golpecito en mi mano para indicar que él también veía la vena e intentó ayudar al enfermero a localizarla.

17. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me dijo que iban a hacer otra pausa y volvió a decirme que me relajara.

18. Entonces me descompuse. Empecé a llorar porque me dolía todo y mis brazos estaban inflamándose. Los enfermeros estaban pinchando agujas en zonas que ya estaban inflamadas y con hematomas. Pedí que interrumpieran el proceso y pedí hablar con mi abogada.

19. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me pidió que me sentara para que la sangre circulase mejor. Entonces entró en la habitación la enfermera jefe, una mujer asiática.

20. La enfermera jefe intentó acceder a las venas en mi tobillo derecho. Pidió que alguien le diera "un veinte" y alguien le entregó una aguja. Durante ese intento, la aguja me pinchó en el hueso y fue muy doloroso. Grité. Al mismo tiempo que la enfermera jefe intentaba acceder a una vena en la parte inferior de mi pierna izquierda, el enfermero intentó acceder a una vena en mi tobillo derecho. Después de esos intentos fallidos, la enfermera jefe cogió la aguja y salió de la habitación.

21. El enfermero hizo otros dos intentos de acceder a las venas en mi mano derecha. Parecía que habían desistido ya del brazo izquierdo porque estaba hinchado y lleno de hematomas. El nivel de dolor estaba en el máximo. Me habían pinchado al menos 18 veces en múltiples zonas, todo con la intención de inyectarme unas drogas que iban a quitarme la vida.

22. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución volvió a decirme que me relajara. Hubo conversación entre los funcionarios sobre el hecho de que podían ver las venas.

23. Al cabo de un rato, el director, Terry Collins, entró en la habitación y me dijo que iban a interrumpir la ejecución. Collins indicó que valoraba mi cooperación y que tomaba nota de mis intentos de ayudar al equipo. También expresó su confianza en su equipo de ejecución y su profesionalidad. El director Collins me dijo que iban a llamar al gobernador Strickland para informarle de la situación.

24. Cuando se fueron los enfermeros y el director Collins, los funcionarios me preguntaron si me apetecía un café y un cigarrillo. Yo seguía en la cama con las luces atenuadas.

25. Aproximadamente media hora después, mi abogada, Adele Shank, vino y me dijo que el gobernador había dictado la orden de aplazar la ejecución una semana. Le hablé a la abogada Shank de mi dolor y le enseñé las zonas que tenían hematomas.

26. Después de que se fuera la abogada Shank, los funcionarios de prisiones me trasladaron al hospital.

27. A la mañana siguiente, mis brazos empezaron a dar más señales de hematomas e inflamación. Cada sitio del brazo en el que se había hecho un intento mostraba hematomas e inflamación visibles. Algunos de los hematomas de las manos y el tobillo han desaparecido y parte de la inflamación desapareció a lo largo de la tarde siguiente.

28. Todavía hoy, mis brazos tienen grandes hematomas visibles, y siguen estando inflamados. Los múltiples sitios en los que los enfermeros trataron de acceder a mis venas siguen doliéndome.

29. Los funcionarios de prisiones decidieron mantenerme en la SOCF durante la semana de aplazamiento. Durante este tiempo, estoy constantemente bajo observación del equipo encargado de la ejecución y los guardianes.

30. Esperar a ser ejecutado es angustioso. Me produce mucha tensión pensar en que el Estado de Ohio tiene la intención de causarme el mismo dolor físico la próxima semana.

31. Me veo obligado a recordar constantemente el hecho de que la semana próxima tendré que sufrir la misma tortura que el Estado de Ohio me infligió el martes 15 de septiembre de 2009 , porque no ha habido ningún cambio en el protocolo de ejecución de Ohio y no ha habido ningún cambio en mis venas. El declarante no tiene nada más que decir.

Rommel Broom

Jurado, afirmado y suscrito en mi presencia el 17 de septiembre de 2009.

Marcia Dukes, notaria pública.

(Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia)

EL PAIS

Una persona que lea esta declaración puede quizas sentir pena, lo mismo hasta pensar que "lo mismo debiera de salir del corredor de la muerte" y que continue en la carcel...

Yo solo digo esto...

"....Finalmente, alguien se atrevió a llamar al gobernador Ted Stickland, que decidió suspender el macabro ritual por razones humanitarias. Romell Broom, 53 años, condenado por la violación y muerte de una niña de 14, tiene programada una nueva cita con la muerte el martes que viene......"

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/09/19/internacional/1253316340.html

Si hubiera violado y asesinado a vuestra hija de 14 años un tio ¿qué le deseariais? digo esto sabiendo que hay muchos por aquí no a favor de la pena de muerte, yo en ese sentido tengo casos particulares para los que si que la administraría, uno de esos casos sería para este, otro caso sería los de terrorismo...

La cuestión es que este hombre que da tanta penita con su declaración y que pobrecito el calvario que ha pasado es un....


Por cierto, a mi no me van a dar el premio nobel de la paz con mensajes como el que acabo de poner, o no se me debería de dar, vamos a ser claros, pero visto lo visto quien sabe...

".....Un total de 38 presos han sido ejecutados en Estados Unidos desde la llegada de Obama a la Casa Blanca. La pena de muerte está en vigor en 36 de los 50 estados. Esta misma semana, en Kenia, el presidente Mwai Kibaki anunció que conmutará la pena de muerte por la cadena perpetura a los 4.000 presos que contaban los días para su ejecución."

(Este es un extracto del mismo enlace que he puesto un poco más arriba)

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #32 en: Octubre 16, 2009, 11:48 Horas »


El 4 de agosto de 1945, los niños de una escuela soviética regalaron al entonces embajador norteamericano en Rusia una talla en madera del Gran Sello de los Estados Unidos, como “gesto de amistad” entre las dos naciones.



El embajador, seguramente emocionado y agradecido por el bonito gesto de aquellos inocentes escolares, colgó el sello en la pared de su propio despacho en Spaso House (residencia de la Embajada norteamericana en Moscú) y allí permaneció durante años...

Ya en 1952, un operario de radio británico escuchó accidentalmente conversaciones que provenían de la Embajada norteamericana y alertó de este hecho al MI5 (Servicios Secretos Británicos).

Y comenzó la búsqueda.

Pronto descubrieron una señal que provenía del despacho del embajador, y se sospechó que existía un transmisor en la pared, detrás del sello tallado en madera, así que lo desprendieron del clavo del que colgaba y comenzaron a examinar la pared...

Pero nada, no encontraron cables ni evidencias de ninguna instalación.

Se examinó todo el despacho palmo a palmo hasta que al final descubrieron (con Rayos X, según citan algunas fuentes) que el dispositivo se encontraba dentro del propio sello.






El Gran Sello representa un águila, bajo cuyo pico los soviéticos habían perforado unos agujeros para permitir que el sonido alcanzara el dispositivo. Dentro se alojaba un objeto cilíndrico de metal.

El dispositivo fue conocido durante mucho tiempo como “La cosa” (The Thing) puesto que los expertos occidentales se encontraban confundidos acerca de su funcionamiento, ya que aquello no tenía pilas ni circuitos eléctricos.


En realidad, “La cosa” utilizaba la inducción electromagnética para transmitir una señal de audio, siendo activada a voluntad por las ondas electromagnéticas (microondas) de una fuente externa al edificio (una furgoneta aparcada frente a la embajada), lo que hacía que fuese casi imposible de detectar cuando no estaba activada.

Suponiendo que el dispositivo no hubiera sido descubierto, se estima que podría haber continuado en funcionamiento cerca de 50 años más.

En 1960, el embajador de EEUU en la ONU, Henry Cabot Lodge Jr., denunció ante el Consejo de Seguridad la existencia y funcionamiento de este dispositivo (imagen superior). El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por 7 votos a 2 censurar a la Unión Soviética por este hecho...

... aunque, en mi humilde opinión, creo que a quien tenían que haber reprobado era a aquel embajador norteamericano en Moscú que aceptó sin más, y sin ninguna comprobación, el regalo de aquella talla de madera por parte de unos tiernos infantes soviéticos...

.

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #33 en: Octubre 16, 2009, 12:02 Horas »


El 4 de agosto de 1945, los niños de una escuela soviética regalaron al entonces embajador norteamericano en Rusia una talla en madera del Gran Sello de los Estados Unidos, como “gesto de amistad” entre las dos naciones.



El embajador, seguramente emocionado y agradecido por el bonito gesto de aquellos inocentes escolares, colgó el sello en la pared de su propio despacho en Spaso House (residencia de la Embajada norteamericana en Moscú) y allí permaneció durante años...

Ya en 1952, un operario de radio británico escuchó accidentalmente conversaciones que provenían de la Embajada norteamericana y alertó de este hecho al MI5 (Servicios Secretos Británicos).

Y comenzó la búsqueda.

Pronto descubrieron una señal que provenía del despacho del embajador, y se sospechó que existía un transmisor en la pared, detrás del sello tallado en madera, así que lo desprendieron del clavo del que colgaba y comenzaron a examinar la pared...

Pero nada, no encontraron cables ni evidencias de ninguna instalación.

Se examinó todo el despacho palmo a palmo hasta que al final descubrieron (con Rayos X, según citan algunas fuentes) que el dispositivo se encontraba dentro del propio sello.






El Gran Sello representa un águila, bajo cuyo pico los soviéticos habían perforado unos agujeros para permitir que el sonido alcanzara el dispositivo. Dentro se alojaba un objeto cilíndrico de metal.

El dispositivo fue conocido durante mucho tiempo como “La cosa” (The Thing) puesto que los expertos occidentales se encontraban confundidos acerca de su funcionamiento, ya que aquello no tenía pilas ni circuitos eléctricos.


En realidad, “La cosa” utilizaba la inducción electromagnética para transmitir una señal de audio, siendo activada a voluntad por las ondas electromagnéticas (microondas) de una fuente externa al edificio (una furgoneta aparcada frente a la embajada), lo que hacía que fuese casi imposible de detectar cuando no estaba activada.

Suponiendo que el dispositivo no hubiera sido descubierto, se estima que podría haber continuado en funcionamiento cerca de 50 años más.

En 1960, el embajador de EEUU en la ONU, Henry Cabot Lodge Jr., denunció ante el Consejo de Seguridad la existencia y funcionamiento de este dispositivo (imagen superior). El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por 7 votos a 2 censurar a la Unión Soviética por este hecho...

... aunque, en mi humilde opinión, creo que a quien tenían que haber reprobado era a aquel embajador norteamericano en Moscú que aceptó sin más, y sin ninguna comprobación, el regalo de aquella talla de madera por parte de unos tiernos infantes soviéticos...

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¡Qué genios los camaradas soviéticos!

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #34 en: Octubre 23, 2009, 18:46 Horas »


La niña que ridiculizó al Apartheid

Nacida de padres blancos, ultraconservadores y prosélitos del Apartheid, Sandra Laing heredó por la gracia de Mendel y de unos lejanos antepasados, la piel negra de una raza por siempre agraviada. El pigmento silente de un ancestro desconocido había despertado en el peor sitio y momento. Sandra nació negra, pero la ofuscación y presión familiar la convirtieron en una blanca ‘postiza’ hasta que la mentira reventó. Esta es la fantástica y ridícula historia de la búsqueda de una identidad perdida dentro de un régimen tan absurdo como irracional.
Sandra Laing posa junto a sus padres Abraham y Sannie.



Sandra Laing tiene ahora más de 50 años. En el gesto recio de su retrato se adivina un pasado difícil. Medio siglo luchando por encontrar un hueco en la misma sociedad que por la mañana, en el seno de una familia de fieles ‘afrikaners‘, le daba de comer; mientras que por la tarde, con el carné de su piel por toda documentación, le impedía circular libremente por la calle. Una infancia con dos identidades de derechos opuestos que minaron su confianza en el sistema y ridiculizaron las bases ideológicas del oscuro régimen.

“Mi padre siempre me decía que era blanca. Él pensaba en mí como ’su niña blanca’ “. Sandra Laing

Sandra nació en 1955 en Piet Retief, epicentro del integrismo ‘negrero’ y afortunado paraje de bosques perennes y minas doradas. Cuentan las fuentes familiares que la cara de sus padres al recibirla en este mundo fue épica. Dos árboles genealógicos más blancos que el pulido marfil africano ahijaban, por la gracia de su Dios blanco, el castigo de una niña ‘manchada’ de piel pero con sangre de su misma sangre. Paradójicamente el mismo ‘principio de segregación’ que profesaban en comunión con la doctrina ‘afrikaner’ es el que determinó el color de la piel de su discípula:
Segunda Ley de Mendel o Principio de la segregación “ [...] Ciertos individuos son capaces de transmitir un carácter aunque en ellos no se manifieste”.

Sus progenitores (Abraham y Sannie) defendían a muerte la pureza de sus ancestros; catalogación muy común, por entonces, para atestiguar ‘alto pedigree’ y el abolengo de los pulcros linajes afines al movimiento. Pero un gen recesivo de alguna generación muy lejana y descatalogada -seguro por vergüenza- pasó a manifestarse como ‘dalla justiciera’ en manos del inocente. Los ojos mostraban una certeza que la razón anulaba por deshonra de la impureza de su casta. Una prueba de ADN posterior confirmó la paternidad de Abraham y Sannie. En 1967 el gobierno sudafricano, a instancias del padre de Sandra, aprobó una ley que declaraba ‘blancos’ en derecho a todos los hijos de padres blancos. Sandra Laing blanca y la incoherencia al servicio del racismo.
.Los primeros años de la infancia de Sandra fueron tan blancos como el expediente de sus progenitores en el ritual burgués ultraconservador. Colegio y costumbres de blancos salpicados con adoctrinamiento antisubversivo en la Iglesia Reformista Holandesa. El color de la piel y los rizos del pelo eran obviados con disimulo ignorante por su progenitor, no así por los extraños. Siempre que podía, su madre la apartaba del sol para impedir remarcar su pigmento natural mientras peinaba sus rizos diariamente con potingues oleosos en una lucha alisadora imposible. Sandra no entendía nada. Más adelante su padre abusaría de las cremas despigmentantes que abrasarían varias veces la cara de Sandra.

Después de 5 años en la ortodoxa escuela infantil Deborah Retief y tras la marginación ejercida por toda la comunidad infantil al grito de “cafre” o “negra sucia” fue expulsada, con 10 años, por la dirección, que informó convenientemente a las autoridades. Dos policías la escoltaron, entre lágrimas, a su casa. Sólo el test de ADN y la potestad de su padre al frente del Partido Nacional-racista salvaron a Sandra de una segura deportación al ‘gueto negro’ de la ciudad, abandonando el domicilio familiar.

Pero la niña fue rechazada por la iglesia tradicionalista y repudiada por todo su comunidad. No podía relacionarse con ningún blanco y hasta nueve colegios negaron su nueva escolarización. El padre apeló a la recalificación de 1967 pero la ley fabricada por él mismo no cambiaba el color de su piel para evitar los prejuicios ajenos.

 


Sandra empezó a frecuentar entonces amistades de color. A los 16 años se fugó a Swazilandia con un frutero zulú llamado Petrus Zwane con el que más tarde se casó y tuvo dos hijos. Su padre no se lo perdonó nunca por traicionar los ‘ambiguos’ principios que le había inculcado. Le retiró el saludo, acusó a su marido de secuestro y prometío recibirla con disparos, primero a ella y luego a Petrus si pisaban de nuevo sus tierras. Murió antes de volver a hablar con ella.

A la vuelta a su tierra natal, Sandra tuvo que asentarse en el gueto, sin agua ni electricidad y sometidos a la dureza del Apartheid. Le retiraron la custodia de sus propios hijos por la misma ley que modeló su padre y que impedía la convivencia de dos razas bajo un mismo techo: ella era todavía legalmente blanca. Sobrevivió hasta la caída del Apartheid en 1990 y a otro matrimonio, para, después de 30 años, volver a ver a su madre y reconciliarse.

« Última modificación: Octubre 23, 2009, 23:50 Horas por RED SKIN »

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #35 en: Octubre 26, 2009, 08:45 Horas »


La niña que ridiculizó al Apartheid

Nacida de padres blancos, ultraconservadores y prosélitos del Apartheid, Sandra Laing heredó por la gracia de Mendel y de unos lejanos antepasados, la piel negra de una raza por siempre agraviada. El pigmento silente de un ancestro desconocido había despertado en el peor sitio y momento. Sandra nació negra, pero la ofuscación y presión familiar la convirtieron en una blanca ‘postiza’ hasta que la mentira reventó. Esta es la fantástica y ridícula historia de la búsqueda de una identidad perdida dentro de un régimen tan absurdo como irracional.
Sandra Laing posa junto a sus padres Abraham y Sannie.



Sandra Laing tiene ahora más de 50 años. En el gesto recio de su retrato se adivina un pasado difícil. Medio siglo luchando por encontrar un hueco en la misma sociedad que por la mañana, en el seno de una familia de fieles ‘afrikaners‘, le daba de comer; mientras que por la tarde, con el carné de su piel por toda documentación, le impedía circular libremente por la calle. Una infancia con dos identidades de derechos opuestos que minaron su confianza en el sistema y ridiculizaron las bases ideológicas del oscuro régimen.

“Mi padre siempre me decía que era blanca. Él pensaba en mí como ’su niña blanca’ “. Sandra Laing

Sandra nació en 1955 en Piet Retief, epicentro del integrismo ‘negrero’ y afortunado paraje de bosques perennes y minas doradas. Cuentan las fuentes familiares que la cara de sus padres al recibirla en este mundo fue épica. Dos árboles genealógicos más blancos que el pulido marfil africano ahijaban, por la gracia de su Dios blanco, el castigo de una niña ‘manchada’ de piel pero con sangre de su misma sangre. Paradójicamente el mismo ‘principio de segregación’ que profesaban en comunión con la doctrina ‘afrikaner’ es el que determinó el color de la piel de su discípula:
Segunda Ley de Mendel o Principio de la segregación “ [...] Ciertos individuos son capaces de transmitir un carácter aunque en ellos no se manifieste”.

Sus progenitores (Abraham y Sannie) defendían a muerte la pureza de sus ancestros; catalogación muy común, por entonces, para atestiguar ‘alto pedigree’ y el abolengo de los pulcros linajes afines al movimiento. Pero un gen recesivo de alguna generación muy lejana y descatalogada -seguro por vergüenza- pasó a manifestarse como ‘dalla justiciera’ en manos del inocente. Los ojos mostraban una certeza que la razón anulaba por deshonra de la impureza de su casta. Una prueba de ADN posterior confirmó la paternidad de Abraham y Sannie. En 1967 el gobierno sudafricano, a instancias del padre de Sandra, aprobó una ley que declaraba ‘blancos’ en derecho a todos los hijos de padres blancos. Sandra Laing blanca y la incoherencia al servicio del racismo.
.Los primeros años de la infancia de Sandra fueron tan blancos como el expediente de sus progenitores en el ritual burgués ultraconservador. Colegio y costumbres de blancos salpicados con adoctrinamiento antisubversivo en la Iglesia Reformista Holandesa. El color de la piel y los rizos del pelo eran obviados con disimulo ignorante por su progenitor, no así por los extraños. Siempre que podía, su madre la apartaba del sol para impedir remarcar su pigmento natural mientras peinaba sus rizos diariamente con potingues oleosos en una lucha alisadora imposible. Sandra no entendía nada. Más adelante su padre abusaría de las cremas despigmentantes que abrasarían varias veces la cara de Sandra.

Después de 5 años en la ortodoxa escuela infantil Deborah Retief y tras la marginación ejercida por toda la comunidad infantil al grito de “cafre” o “negra sucia” fue expulsada, con 10 años, por la dirección, que informó convenientemente a las autoridades. Dos policías la escoltaron, entre lágrimas, a su casa. Sólo el test de ADN y la potestad de su padre al frente del Partido Nacional-racista salvaron a Sandra de una segura deportación al ‘gueto negro’ de la ciudad, abandonando el domicilio familiar.

Pero la niña fue rechazada por la iglesia tradicionalista y repudiada por todo su comunidad. No podía relacionarse con ningún blanco y hasta nueve colegios negaron su nueva escolarización. El padre apeló a la recalificación de 1967 pero la ley fabricada por él mismo no cambiaba el color de su piel para evitar los prejuicios ajenos.

 


Sandra empezó a frecuentar entonces amistades de color. A los 16 años se fugó a Swazilandia con un frutero zulú llamado Petrus Zwane con el que más tarde se casó y tuvo dos hijos. Su padre no se lo perdonó nunca por traicionar los ‘ambiguos’ principios que le había inculcado. Le retiró el saludo, acusó a su marido de secuestro y prometío recibirla con disparos, primero a ella y luego a Petrus si pisaban de nuevo sus tierras. Murió antes de volver a hablar con ella.

A la vuelta a su tierra natal, Sandra tuvo que asentarse en el gueto, sin agua ni electricidad y sometidos a la dureza del Apartheid. Le retiraron la custodia de sus propios hijos por la misma ley que modeló su padre y que impedía la convivencia de dos razas bajo un mismo techo: ella era todavía legalmente blanca. Sobrevivió hasta la caída del Apartheid en 1990 y a otro matrimonio, para, después de 30 años, volver a ver a su madre y reconciliarse.


Desde luego la cara de los padres lo dice todo
Menuda verguenza de apartheid

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #36 en: Octubre 27, 2009, 08:58 Horas »


Rescato mi primera historia del antiguo foro.

Descenso al infierno de Leningrado

El historiador británico Michael Jones aporta datos sobre el brutal asedio nazi - El canibalismo alcanzó entre la población cotas hasta ahora insospechadas
JACINTO ANTÓN


Valentina Rothmann, de 12 años, descubrió horrorizada que a muchos de los cadáveres que acarreaba les habían cortado las nalgas. Eso no fue nada comparado con la experiencia de otra joven, Vera Rogova, a la que persiguió un caníbal con ojos extraviados de hambre y un hacha. Maria Ivanovna se sorprendió al ver que, en medio de la carestía, unos inquilinos cocinaban carne; le dijeron que era cordero pero al levantar la tapa de la olla entre el caldo asomó una mano humana.

En enero de 1942 distritos enteros fueron invadidos por antropófagos

Los alemanes querían exterminar a la población con el arma del hambre
Parecen cuentos de terror. Sin embargo, son experiencias reales vividas durante el sitio de Leningrado, conocido como el de los 900 días (en puridad 872), uno de los peores asedios que recuerda la historia y en el que el frío -hasta 40 grados bajo cero- y el hambre se sumaron a la guerra y la oscuridad para configurar un cuadro de penalidad y espanto apocalíptico. Nadie sabe cuánta gente murió. Las autoridades reconocieron más de 600.000 ciudadanos muertos, pero otras cifras superan 1.200.000. En un libro recién aparecido que constituye un verdadero descenso a los infiernos (El sitio de Leningrado, 1941-1944, Crítica), aunque también un asombroso testimonio de la capacidad de supervivencia del ser humano y un conmovedor canto a la esperanza, el historiador británico Michael Jones, de la Universidad de Bristol, revive extraordinariamente aquel asedio -en buena parte a través del relato directo de los supervivientes y sus diarios- y ofrece datos nuevos que revelan toda la crudeza de un episodio de la II Guerra Mundial que fue manipulado por la historia oficial soviética y que desde hace tiempo sufría el olvido historiográfico.

Jones ha revisado al alza, por ejemplo, la escala en que se practicó el canibalismo. "La Unión Soviética suprimió deliberadamente toda la información sobre el particular. Archivos de la policía secreta que han salido recientemente a la luz muestran que más de 1.400 personas fueron arrestadas acusadas de canibalismo y más de 300 ejecutadas", explicó Jones a este diario. "Las cifras reales son sin duda mucho más altas. Durante el peor periodo del asedio, a finales de enero del 42 y principios de febrero, distritos enteros de Leningrado fueron invadidos por caníbales". El autor señala que había bandas organizadas, que un grupo de 20 caníbales se dedicaba a interceptar a los correos militares (para comérselos) y que en un lugar de la calle de Zelenaya donde se vendían patatas se pedía al comprador que mirara donde se guardaban y cuando éste se agachaba le golpeaban con el hacha en la nuca: una escena macabra que combina a Raskolnikov con Hannibal Lecter. La NKVD advirtió de que en los mercados se vendía carne humana. "Cruzar la ciudad era peligroso, y costaba confiar en los demás", recordaba una superviviente, que señalaba que se veían cadáveres mutilados por todas partes. A las mujeres les cortaban especialmente los pechos.

La extensión del canibalismo da la medida de la desesperación que provocó la carestía de alimentos. La gente se desmoronaba de hambre. La vida se redujo a tratar de encontrar comida. "El horror de lo que se vivió en Leningrado es casi inimaginable", dice Jones. La gente comía hierba, cola de carpintero, hervía el papel de las paredes, los cinturones de cuero, ¡los libros...! La "cocina de asedio" reveló una imaginación que ríete tú de El Bulli. "Se cambia gato por pegamento", rezaba un cartel. Llegó un momento en que morían 3.000 personas al día de inanición, luego 15.000, 25.000... Nadie tenía fuerzas para enterrarlos. Una madre sólo pudo arrastrar a su hijo muerto hasta el alféizar y allí lo dejó. Faltaba tanta gente que una obra de teatro sobre los tres mosqueteros se montó sólo con dos, y no es broma. Hubo epidemias de disentería, de tifus.

Los alemanes, y ésta es otra de las aportaciones de Jones, no querían meramente tomar la ciudad -Petersburgo, como la llamaba Hitler-. "El objetivo de los nazis era sellar la ciudad y matar de inanición a toda la población civil, dos millones y medio de personas. Incluidos medio millón de niños", recalca el historiador. "Esta decisión estaba motivada por el odio ideológico y racial. Y a ella se aplicaron con rigor casi científico. Los alemanes no hubieran aceptado ni siquiera la rendición incondicional de Leningrado".

El libro analiza meticulosamente la vertiente militar del asedio -la llegada de los ejércitos alemanes con la punta de lanza de los panzer de Manstein; la incompetencia criminal de los mandos soviéticos hasta el nombramiento de Govorov, el héroe de la ciudad sitiada; los intentos desesperados de romper el cerco; la lucha en la cabeza de puente Nevsky, en las orillas del Neva, donde cientos de miles de soldados rusos murieron peleando y donde aún hoy, apunta Jones, afloran sus restos-. Pero es mucho más que un libro de guerra.

"A diferencia de Stalingrado, batalla en toda regla, Leningrado, asedio estático, es en su corazón una tragedia sobre civiles, en buena parte mujeres y niños", recuerda el historiador. "Y por eso la historia resulta a menudo insoportablemente dolorosa. Escenas como la de los bracitos desmembrados colgando de los cables telegráficos cuando los cazas alemanes ametrallaron despiadadamente el convoy de niños evacuados... Es más que un estudio de guerra, es una narración de sadismo, de deliberada crueldad a escala de masas, y eso lo hace muy duro".

La gente sacó su lado peor, pero también el mejor. Pasaron cosas extraordinarias: se interpretó durante el asedio, tras lanzar la partitura desde un avión, la Séptima sinfonía de Shostakóvich, que había empezado a componerla en la ciudad antes de que lo evacuaran. Los músicos apenas podían tocar, por la debilidad, pero lograron unir a los ciudadanos en una retransmisión épica, de desafío a los nazis y al destino.

El espíritu indómito y la voluntad de seguir siendo humanos de los ciudadanos de Leningrado resultan, dice Jones, profundamente conmovedores. "La supervivencia del amor, del sacrificio y el altruismo en esas condiciones de horror es un hecho asombroso. La bondad, como el espanto y la abyección, también prosperó".

Otra evidencia nueva es que Stalin desconfiaba profundamente de la ciudad, por la tradición librepensadora de Leningrado y su independencia intelectual. Durante el asedio, la población tuvo que sufrir también un incremento de la represión.

Cómo pudo aguantar la gente todo aquello es un misterio. "Subestimaron nuestra voraz hambre de vivir", escribió una superviviente. "En circunstancias desesperadas, algunos degeneraron", observa Jones, "pero otros encontraron la fuerza para alzarse e incluso ayudar a sus semejantes. Ése es el mensaje de esperanza de Leningrado".

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #37 en: Noviembre 01, 2009, 13:40 Horas »


El día que los comunistas salvaron el tesoro de los Alba

Un miliciano, con el fusil al hombro, mira detenidamente uno de los lienzos expuestos en el claustro del Colegio del Patriarca de Valencia.

En él, una joven vestida con mantos de ricos brocados de oro, Artemisa, mira hacia lo alto implorando la piedad de los dioses, al mismo tiempo que un paje vierte las cenizas de su esposo Mausolo en la copa que sostiene su mano derecha. Las manos de ambos hablan por sí solas del dramático desenlace. Los guerreros y los nobles acusan la consternación del hecho.

La fotografía en cuestión ilustra el folleto editado por el Ministerio de Instrucción Pública con motivo de la exposición de las obras de arte del Palacio de Liria en Valencia, capital de la España republicana. Junto a imágenes que contraponían el estado ruinoso de la residencia madrileña del duque de Alba a las obras cuidadosamente expuestas, se podían leer textos muy elocuentes: «Exposición de obras de arte salvadas de la barbarie fascista por el Partido Comunista, y entregadas por éste al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes».

Las bombas taladraron el tejado y el fuego consumió el inmueble
«La barbarie fascista destruye el tesoro artístico nacional incendiado en Liria» o «Las milicias del 5º Regimiento rescatan de las llamas las mejores obras de arte de este célebre Museo y el Ministerio de Instrucción Pública expone ante el mundo civilizado el testimonio vivo de la cultura salvada por el pueblo antifascista» son los otros lemas que aparecen en el folleto de la exposición que se celebró del 26 al 28 de diciembre de 1936, y cuyo éxito obligó a prorrogarla en enero de 1937.

Este episodio –un capítulo más de la epopeya vivida por el patrimonio artístico español durante la Guerra Civil, pero significativo y de gran repercusión por el número y calidad de las obras propiedad de la Casa de Alba– aparece ampliamente descrito en ‘La historia recuperada. Vicisitudes del Palacio de Liria durante la Guerra Civil española’, estudio realizado con motivo de la exposición Colección Casa de Alba por Valme Muñoz, comisaria junto a Ignacio Hermoso de la muestra que acoge estos días el Bellas Artes de Sevilla.

Así, en el citado estudio, se apunta cómo sólo unos días después de la rebelión militar contra el Gobierno de la República, «el Palacio de Liria fue incautado por las milicias del Partido Comunista, que lo mantuvieron abierto al público conservando sus colecciones tal como las encontraron».


Pese a los bombardeos sobre Madrid, se decidió que la colección permaneciera en el Palacio de Liria, entre otras razones porque, dada la identidad del propietario, se creía que el bando sublevado nunca atentaría contra el inmueble. «Se extremaron las medidas de seguridad, hasta el punto que no se permitía fumar en el interior del edificio y las pinturas se salvaguardaron con pasamanos para evitar los posibles daños ocasionados por los visitantes», explica Valme Muñoz.


Desde agosto del 36 se organizaron las visitas de grupos de milicianos dos veces por semana, y las charlas de prestigiosos conferenciantes, como Rafael Alberti o Teresa León, convirtieron al Palacio de Liria en uno de los centros culturales más activos del Madrid de la contienda. Sin embargo, toda esta actividad fue interrumpida cuando, contra todo pronóstico, el 17 de noviembre el palacio era devastado por 18 bombas incendiarias.

'Obras salvadas de la barbarie fascista por el Partido Comunista', rezaba un lema
Variados testimonios dan cuenta de los daños del bombardeo. Una persona del servicio de la Casa de Alba llamada Remigio hace en unas notas manuscritas un breve relato de los hechos. Él cuenta cómo a las cuatro de la tarde del 17 de noviembre de 1936 la servidumbre se apresuró junto a los milicianos en llegar a las cubiertas para sofocar las llamas, pero fue insuficiente, pues las bombas incendiarias habían taladrado el zinc del tejado y el fuego se había adueñado de toda la armadura de madera.

Los milicianos decidieron entonces intentar salvar cuanto se pudiese. Los cuadros, embalados ante la eventualidad de un bombardeo, se guardaban en un cuarto seguro –el del teléfono, en concreto–. Se descolgaron las cortinas, los tapices y, junto a las alfombras, se sacó todo al jardín. Allí se trasladaron también los muebles, los libros, las porcelanas y la plata. Posteriormente, todo se llevó a dos céntricos edificios madrileños –en las calles Serrano y Antonio Maura–, ocupados por el Partido Comunista.

Los cuadros se expusieron en Valencia, luego viajaron a Cataluña y recalaron en Ginebra
Ya por entonces, con el Gobierno republicano instalado en Valencia ante el avance de las tropas nacionales, se decidió el traslado del tesoro artístico nacional -unas 18.000 piezas, incluidas las del Museo del Prado y, lógicamente, las de la Casa de Alba- a la capital levantina.

De allí viajarían a Cataluña para, posteriormente, recalar en la Sociedad de Naciones en Ginebra hasta su retorno a Madrid casi tres años después en uno de los episodios más apasionantes de la historia reciente de España. La odisea del tesoro nacional en la Guerra Civil ha centrado algunas importantes exposiciones como Arte Protegido (Museo del Prado, 2003) y Biblioteca en guerra (Biblioteca Nacional, 2006).


Durante los casi tres años de este azaroso viaje, el restaurador Manuel Arpe Retamino acompañó las obras y escribió luego un diario con fecha 1 de agosto de 1949, que resulta de gran interés para conocer los detalles de lo sucedido. Arpe relata el gran éxito de la exposición del tesoro de la Casa de Alba en Valencia.

Finalmente, los lienzos se expondrían en Ginebra antes de su retorno a Madrid, donde quedaron inicialmente bajo la custodia del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, creado por decreto por el primer gobierno de Franco en 1938.

El duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, tardaría algunos años en reagrupar toda la colección, a través de diversas entregas entre el verano de 1939 y los meses finales de 1944. Él moriría tres años antes de que concluyeran las obras de construcción del renovado Palacio de Liria, inaugurado en junio de 1956.

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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #38 en: Noviembre 16, 2009, 17:08 Horas »

La oreja de Van Gogh la cortó Gauguin

El pintor de los girasoles resultó mutilado durante una pelea con su colega francés

La historia es conocida. Van Gogh, genial pintor holandés y mentalmente inestable, se cortó una oreja con una cuchilla en 1888, en Arles (sur de Francia), después de un rifirrafe con su colega francés Paul Gauguin. Pero según un nuevo libro, que se basa en la investigación policial sobre el caso, fue el volcánico Gauguin el que, en plena disputa, le seccionó la oreja a su compañero con una espada, según informa la cadena britànica BBC.

Esta es la principal inconsistencia de la versión oficial, aunque no la única, según los académicos alemanes Hans Kaufmann y Rita Wildegans, autores del libro Van Gogh's ear: Paul Gauguin and the pact of silence. Tras diez años de investigación, han cotejado declaraciones de testigos y la correspondencia entre los dos artistas y han concluido que la trifulca acabó cuando Gauguin, un experto espadachín, le cortó una oreja a su amigo. Al parecer, después Van Gogh envolvió la oreja en una tela y se la entregó a una prostituta llamada Raquel.

¿Un accidente o algo más?

No está claro si fue un accidente o si de verdad Gauguin quería herir a su amigo, según incide Kaufmann, pero después del incidente ambos acordaron contar a la policía la versión de la autolesión para proteger a Gauguin. Además, señala el investigador, la versión tradicional se basa en pruebas contradictorias e improbables, y no existe ninguna declaración de ningún testigo independiente. "Gauguin no estuvo presente en la supuesta automutilación", ha señalado Kaufmann en el periódico francés La Figaro.

"Por su parte, Van Gogh nunca confirmó nada. El comportamiento posterior de ambos y varias sugerencias de los protagonistas indican que ambos ocultaban la verdad". Poco después, Gauguin se trasladó a Tahití, donde pintó algunas de sus obras más famosas. Van Gogh murió en 1890 tras dispararse en el pecho.


Gauguin "le cortó la oreja a Van Gogh"

Vincent van Gogh no se cortó su propia oreja sino que la perdió en una pelea con su colega Paul Gauguin tras una trifulca frente a un burdel, dicen ahora investigadores en Alemania.

Siempre se aceptó que el artista holandés, que sufría de desequilibrio mental, se había auto mutilado con una cuchilla después de una discusión en Arles, en el sur de Francia, en 1888.

Pero un nuevo libro, basado en la investigación policial original, asegura que la oreja de Van Gogh fue rebanada con una espada.

Los autores de la publicación sostienen que la versión oficial contiene demasiadas inconsistencias.

Testimonios

El libro, titulado "En la oreja de Van Gogh: Paul Gauguin y el pacto del silencio", es el producto de 10 años de investigación realizado por los académicos alemanes Hans Kaufmann y Rita Wildegans.

Los autores examinaron los testimonios de los presentes y la correspondencia de ambos artistas, concluyendo que la pelea terminó cuando Gauguin - un maestro esgrimista - cortó la oreja de su amigo.

Aparentemente, Van Gogh luego la envolvió en un pañuelo y se la entregó a una prostituta llamada Raquel.

Kaufman dice que no estaba claro si se trató de un accidente o un acto intencionado de herir a Van Gogh, pero ambos artistas acordaron dar la versión de la auto mutilación a la policía para proteger a Gauguin.

El autor continúa diciendo que la versión tradicional de los eventos está basada en evidencia contradictoria e improbable, y que no hay testimonios independientes.

"El comportamiento de ambos después y varias alusiones hechas por los protagonistas indican que escondían la verdad", dijo Kaufman en una entrevista con el diario francés Le Figaro.
Efecto dramático

En la correspondencia con su hermano Theo, Van Gogh escribió: "Por suerte Gauguin... no está armado con metralletas u otras armas peligrosas".

El corresponsal de la BBC en Berlín, Steve Rosenberg, dice que no todos los expertos aceptan los argumentos del libro.

Muchos prefieren quedarse con la versión tradicional de los hechos.

Cualquiera que sea la verdad, dice Rosenberg, el incidente tuvo un efecto dramático en la vida del genio holandés. Un año y medio después, en 1890, Van Gogh moría después de dispararse un tiro en el pecho.

Para entonces Gauguin se había mudado a Tahití, en el Pacífico Sur, donde produjo la mayoría de sus cuadros famosos.


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Re: HABLEMOS DE HISTORIAS CURIOSAS
« Respuesta #39 en: Diciembre 15, 2009, 18:11 Horas »


LOS NAZIS TAMBIÉN TUVIERON SU "GRAN EVASIÓN" (1944)

Imagino que todos conocemos, en mayor o menor medida, las fugas realizadas por los aliados de los campos de prisioneros nazis. Históricamente están bien documentadas, muchas incluso tienen su propia película, y además por la Aldea ha pasado alguna de ellas, como el post que Guillermo le dedicó a los verderos protagonistas de la gran evasión.

Sin embargo, existe una peculiar fuga de la que apenas se sabe nada. Ha permanecido perdida en la bruma de los años, olvidada o ignorada y en la que sus arriesgados personajes no han disfrutado de las mismas glorias cinematográficas que sus homólogos aliados. Se trata de la increíble fuga del "Papago Prisioners Camp" en Phoenix, Arizona.


Pero... ¿Qué ocurrió con los prisioneros de guerra alemanes capturados por el enemigo? Al igual que los soldados aliados, muchos fueron conducidos a campos de prisioneros (hubo unos 500 campos repartidos por Estados Unidos) y al igual que los prisioneros ingleses o alemanes, también se encontraron privados de libertad y en territorio hostil.

Hoy nos vamos a adentrar en una historia alucinante que, al igual que la de Steve McQueen, también tuvo su protagonista: El capitán alemán del Uboat 162... su nombre: Jürgen Wattenberg.


Wattenberg era un oficial de carrera de la marina alemana, capitán de submarinos, que se había distinguido por su valentía y arrojo en combate. En uno de los enfrentamientos en alta mar, su submarino resultó dañado y fue capturado.

Junto con su tripulación, Wattenberg fue encerrado en un campo de prisioneros en Sudáfrica pero, anticipando lo que sería su gran aventura en América, logró escapar de allí y volvió a reincorporarse a filas, al mando del submarino U-162.

Aquella fuga de Sudáfrica tan sólo fue su primer aviso.

En la tarde del 03 de Septiembre de 1942, mientras patrullaba en las aguas del Mar Caribe, el submarino alemán se topó con el destructor inglés HMS Quentin. La batalla se presentaba frente a nuestro capitán y cuando se disponía para entrar en combate comprobó con sorpresa que no se trataba de un sólo barco enemigo...

En realidad, al HMS Quentin, le seguían otros dos destructores: el HMS Vimy y el HMS Pathfinder... éste último, sería el que finalmente le derrotara después de más de seis horas de caza y cargas submarinas.

El U162 intentó sumergirse para escapar de las cargas de profundidad lanzadas desde los tres destructores, pero varios impactos le obligaron a quedarse con el submarino lleno de fugas de agua y durante un largo tiempo, a medio camino entre la superficie y su hundimiento...

La decisión fue dura pero, después de que varias cámaras se inundaran llevándose consigo a dos hombres de su tripulación, el Capitán Wattenberg emergió y para entregarse antes de que el submarino, tocado de muerte, se hundiera bajo las aguas caribeñas.


La tripulación del U162, Jürgen Wattenberg y sus 49 hombres, después de estar durante toda aquella noche nadando con los salvavidas como único sosten para aguantar a flote, fueron rescatados por los destructores enemigos.

El paso siguiente, ya lo conocía Wattenberg... volvía a estar prisionero.

Su primer destino fue la isla de Trinidad, donde fueron interrogados uno por uno... Más tarde, fueron separados y distribuidos entre varios de los campos de prisioneros que se habían preparado en Estados Unidos.

Desde aquella noche del frío octubre de 1942, el alemán fue conferido a diversos campos en Estados Unidos. El capitán del U162 se encontraba prisionero por segunda vez, y en su cabeza, comenzaron a aparecer de nuevo las ganas y las ideas de una fuga.

De todos los campos a los que fue trasladado intentó al menos un par de fugas. Cansados, los americanos lo terminaron enviando a su "prisión estrella", aquella que tenía el menor índice de huída por encontrarse en medio de un desierto.

Así fue como el 27 de enero de 1944, Jürgen Wattenberg fue recluido en el campo de Papago, en Phoenix, Arizona.

También tengo que decir que una de las razones por las que hubo tan pocas fugas en el bando alemán, era que los campos americanos eran muy diferentes a los campos nazis... Allí, los soldados nazis eran bien tratados, la alimentación era buena e incluso se les remuneraba por su trabajo.

La idea de los americanos era "reconducir" al enemigo, mostrándole el "american way of life", la democracia y las bondades de su sistema... Para ello, siempre fueron considerados y bastante benévolos con sus prisioneros, les mostraban documentales de la forma de vida americana, les ofrecían limpieza y buena higiene en el campo, multitud de actividades... a muchos incluso les dejaban salir a pasear fuera del campo con una vigilancia más bien escasa.

Siendo realistas, hay que reconocer que había pocas opciones de fuga... Fuera de aquel campo, tan sólo se extendía el vasto y desolador desierto de Arizona... Y sobre todo, estaban en América.

Aunque lograran huir de aquella prisión, tendrían que atravesar aquel enorme país, cruzar un océano para volver a Europa o como mucho, recorrer miles y miles de kilómetros hasta llegar a Suramérica... La sóla idea de huir era considerada por muchos soldados alemanes como una locura y la mayoría prefirieron pasar el resto de la guerra en aquel país que tan bien les estaba tratando...

Sin embargo, la Convención de Ginebra establecía que era derecho, y también obligación, de todo soldado prisionero el intentar escapar... y Jürgen Wattenberg, no pensaba pasar el resto de la guerra encerrado en aquellos barracones.

Al igual que la fuga de "la Gran Evasión" Jürgen comenzó toda una organización dedicada día y noche a planear su propia huída... Se diseñaron mapas, brújulas, disfraces y ropas adecuadas para el trayecto fuera del campo... Wattenberg se puso al mando y dispuso que en la noche de Navidad le iban a dar una sorpresa a sus captores, realizando una fuga con 25 prisioneros más.

Después de varias reuniones se decidió que la mejor forma de escapar de allí era, igual que en la gran película, realizando un tunel bajo los barracones del campo que les llevaría junto a un canal de agua, a las afueras de Papago.


Hueco de entrada al Tunel escavado por Wattenberg en Papago Park | 1944 | Dominio Público

En su plan de fuga y sobre todo en la construcción del tunel, los alemanes se encontraron con varias diferencias respecto a la huída del gran Steve McQueen... algunas les beneficiaban y otras les perjudicaron seriamente.

La contrariedad más importante con la que se toparon los hombres de Wattenberg fue la dureza del terreno... El tunel debía tener al menos dos metros de profundidad, sin embargo, en varios tramos, se encontraron con un suelo de roca al que se enfrentaron durante casi un año, hasta conseguir 1,80 metros.

A favor de su plan contaron con que la tierra y los escombros que iban extrayendo, eran de la misma tonalidad que la que había desperdigada por el campo, así que, no tuvieron que ingeniárselas mucho para ocultarla.


Junto con las labores agrícolas que los prisioneros fueron desarrollando en Papago, a Wattenberg se le ocurrió la idea de construir un campo de Voleyball y utilizarlo para ocultar los escombros extraídos del tunel.

Pidió permiso a las autoridades del campo y se lo concedieron.

El tunel avanzaba a una media de 90 centímetros por día...

Los alemanes construyeron raíles para sacar los escombros y desde los baños del campo sacaron electricidad para iluminar el tunel y así poder trabajar también por las noches.

En total fueron 54 metros de tunel, excavados en muchas ocasiones en roca pura, que estaban listos para el gran día... El 25 de Diciembre de 1944.

Aquel día de Navidad, aprovechando que la guardia del campo era menos numerosa que en otras fechas, los soldados alemanes con Jürgen Wattenberg a la cabeza, comenzaron a deslizarse por aquel oscuro tunel, camino a la libertad...

El resto de soldados que quedaron en el campo se pusieron de acuerdo para comenzar una pelea ficticia con el objetivo de despistar a la guardia, mientras sus compañeros atravesaban el tunel...

En menos de dos horas, los 26 alemanes que componían aquel destacamento de fuga, se encontraban fuera de la vista de las torres de vigilancia... habían conseguido huir.

Pero lo que vendría a partir de ahí, fue todo un descalabro... Los mapas que tenían, señalaban una linea azul, que ellos pensaron un gran río... Incluso, llegaron a construir una especie de balsa que utilizarían en la huída... Sin embargo, todo el mundo en Arizona (menos ellos) sabía que aquel río estaba seco desde hace décadas, y al llegar, tan sólo se encontraron un cauce vacío con algunos charcos...

Después de ese desengaño, los soldados alemanes decidieron separarse... Se desearon suerte y cada uno llegó lo más lejos que pudo. El desierto pudo con ellos en tan sólo unos días, y la mayoría decidió entregarse por su propia voluntad.

Pero Jürgen y unos cuantos resistieron... Wattenberg ayudado tan sólo por algunas provisiones y una brújula consiguió atravesar el desierto y llegar a Phoenix, donde fue capturado en un intento de llegar hasta la estación de trenes.

A su regreso al campo, quince días después de aquella noche de fuga, Jürgen Wattenberg fue recibido entre vítores y salvas por todos sus compañeros. Tras ser alimentado por los guardias, Jürgen fue incomunicado durante una semana como castigo...

Lo metieron en la nevera... aunque, en esta ocasión, no creo que le dieran una pelota de baseball para entretenerse en la larga espera entre aquellas paredes...


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