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#Alavés vs. S.F.C.
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Debería existir el infierno. Un infierno especial para todos los asesinos. En ese infierno de mi invención (no soy teólogo, pero también sé inventarme cuentos) estos hideputas estarían eternamente jodiéndose mutuamente de la forma más dolorosa posible. Tal vez así los hideputas asesinos se lo pensarían dos veces antes de apretar el gatillo o de promulgar leyes que matan a las personas. Del infierno de los corruptos que también son responsables de no pocas muertes tan crueles como las otras, me lo iré pensando. Lo consultaré con el espíritu del Dante. O del Tomante.
Don Corleone, ¿quien dice que el Infierno no existe?. Yo creo que si que existe. Otra cosa es ¿ como ?, ¿ donde ?, ¿ cuando?, ... Y el cielo exactamente igual. Yo creo que también existe. pero no se como, donde o cuando. Tengo una idea, que puede ser una "parida", pero a mi me vale. Tanto el cielo como el infierno, se lo lleva uno puesto cuando muero, y que se está creado, formado, y que se construye durante nuestra vida con nuestros actos. Todo eso es muy complicado, y mas aun para una mente como la mía, de un cristiano de formación, carente del don divino de la fe, que soluciona todas las creencias, agnóstico de convicción, y en trance de entregar la cuchara, pero algo hay en la química de las estrellas, origen del mundo, y del substrato neurofisiológico del pensamiento humano, el ámbito espiritual del hombre, la espiritualidad, que es donde residen las ideas, los sentimientos, como el amor o el odio, las creencias, y entiendo que es también donde realmente esta el cielo y el infierno particular de cada uno de nosotros.El cielo o el infierno particular, lo crea cada uno en vida, día tras día con sus propios actos. Y el Dios que te juzga para decidir donde terminas, es tu propia conciencia, a la que nunca podrás callar o engañar.
¡Claro que existen, Don Infante!. Pero están aquí abajo. También está claro que ambos los fabrica uno mismo. O se encargan de fabricarlo en nuestro nombre. Sobre la conciencia tengo mis dudas de que los hideputas asesinos la tengan; porque no podrían vivir en paz con las manos manchadas de sangre o los bolsillos llenos de dinero procedente de la corrupción. Y viven tan ricamente en su paraíso privado y fiscal, como es de costumbre. O 'como dios manda' que diría Don marihuano. Para tener conciencia es necesario tener 'consciencia' y ahí es ande entran las convicciones. Las religiosas, las políticas o las de clase social. Seguro que usté conoce ejemplares variados de esto que digo. ¡Ah!, y eso de entregar la cuchara 'nasty de plasti'. La vida podrán arrebatármela, pero opondré toa la resistencia que pueda. ¡Antes muerto que perder la vida!.
Don Corleone. le aclaro un par de cosas. Lo de entregar la cuchara, sera cuando me toque, pero ni un minuto antes. Lo que pasa es que con 72 tacos de almanaque, tenga ya mucha vida en las espaldas y muy poca por la cara, por delante quiero decir. Y conste que no hare nada por adelantarla ni por retrasarla. Que la Parca, Doña Mumi, como cariñosamente la llamo, es amiga y vieja conocida, aunque le he discutido muchas veces sus decisiones, y retrasado su colecta, dejando por un tiempo a parte de su "cosecha" A- PARCADOS aquí en el mundo, pues ese era mi trabajo. Por ahí tranquilo. En cuanto a la conciencia, aunque algunos parezca que no les afecta, no es verdad. La conciencia reside en la parte espiritual del hombre, y es juez inapelable. El código por el que se rige está grabado de manera genética y en una pequeña parte cultural, y aunque se puede aparentar que no nos afecta, y que se puede violar impunemente su articulado, no es posible. No se puede uno hacer trampas en el solitario. Podemos hablar de desviaciones de conciencia, de conciencias laxas, o inexistentes, peor no hay tal, solo son vanos intentos para superarla. Podemos con ello hacer trampa a la sociedad, incluso salir sin castigo legal o social, , pero ¿ a nosotros?... En fin, que aunque lo parezca, todos durante nuestra vida, estamos sometidos a los principios inviolables de Bien y del Mal, y aunque en ocasiones escamoteamos su cumplimiento, al final de nuestra vida, rendiremos cuentas de nuestros actos. Mire usted por donde amigo Don Corleone, estamos divagando sobre lo divino y lo humanos, mientras BOLINAGA, estará permanentemente sometido al Juicio eterno del Tribunal Supremo de sus propia conciencia, y en ESE JUICIO FINAL, el no hay escape ni excarcelación posible.