Jesús ALVARADO

[NODO SFC 1905]

No he leído a Alvarado en toda la semana.

Pero al igual que defendí hará cuestión de dos años que la mestallización no existía en el sevillismo, mi opinión ha variado radicalmente.

Existe una mestallización creciente, una titulitis acendrada y es muy probable, que si por un muy significativo sector de la afición fuera, terminemos trayendo dos o tres entrenadores por temporada y echándolos aunque nos tuvieran como tercer o cuarto clasficados.

Perdón, a Alvarado no lo he leído esta semana ni he leído el periódico oficial desde hace más de dos, ni escucho la radio ni veo nuestra tele desde hace unas tres semanas.

Y mi opinión, por lo que veo y oigo en el estadio y por lo que leo aquí, es que avanzamos a pasos agigantados hacia la mestallización.

Tal como lo pienso lo digo.

Saludos

Pues a ver si nos mestallizamos pronto y nos traemos dos ligas y dos finales de Champions pronto.

jajajajaja.

No pidas ligas y finales de champions que te acusan de tener titulitis.

Si tienes ese virus, ya sabes, automedícate con la escucha durante 12 horas diaria de programas de Alvarado y un par de horas de Manolo Ruiz.

 

Yo a mi club sé lo que puedo exigirle, sé lo que puede darme. Precisamente por eso, intento no caer en la titulitis, en el pedir desesperadamente y enervado ser el mejor, el más grande y el más guapo ya, y hacerlo mejor que todos los demás, sin yerros.

No amigo, definitivamente ese virus no lo tengo y por lo tanto no me hace falta medicación ninguna

Un abrazo

[Jose Luis Bueno]

NODO, no somos iguales. Seguro que vosotros lo podéis percibir mejor ya que estáis domingo sí y otro también en el Pizjuán, pero tengo claro que somos una afición con más de cien años de historia. Digo yo que algo de personalidad tendremos. Vamos, que seremos de una manera determinada y diferentes por nuestra propia historia al resto de las aficiones, y sobre todo a una que no ha cumplido ni 75 años de historia.

Vamos, de mestallización nada de nada. Nuestra situación tanto deportiva como social y económica no se parece en nada a la de Valencia. Me gustaría ver cómo reaccionan determinadas aficiones con jugadores como algunos con los que NOSOTROS hemos tenido una paciencia infinita (Luisfa, Drago, Koné, Romaric, Konko, Alves, etc). Vamos, ni de coña nos estamos mestallizando. Ejemplos hay miles.

[RED SKIN]

No he leído a Alvarado en toda la semana.

Pero al igual que defendí hará cuestión de dos años que la mestallización no existía en el sevillismo, mi opinión ha variado radicalmente.

Existe una mestallización creciente, una titulitis acendrada y es muy probable, que si por un muy significativo sector de la afición fuera, terminemos trayendo dos o tres entrenadores por temporada y echándolos aunque nos tuvieran como tercer o cuarto clasficados.

Perdón, a Alvarado no lo he leído esta semana ni he leído el periódico oficial desde hace más de dos, ni escucho la radio ni veo nuestra tele desde hace unas tres semanas.

Y mi opinión, por lo que veo y oigo en el estadio y por lo que leo aquí, es que avanzamos a pasos agigantados hacia la mestallización.

Tal como lo pienso lo digo.

Saludos

¿ Que nos hemos convertido en una afición que padece titulitis ?.

A todo al que pregunto si prefiere un titulo o un tercer puesto, gana apabullantemente la Champions.

El mensaje del Presidente cala hondo en el aficionado, lo mismo que evita, desde su posición que el club y la afición se "mestallice. Ejemplo lo tienes en el banquillo actual del Sevilla FC.

Lo que si estamos es más exigente, más ambicioso, porque podemos serlo. No hay mejor momento para demostrarlo que este.

[sergrande]

  A ver, que lo he dicho de coña, yo no quiero toda esa gentuza que ha dicho Kuerborojo por aquí ni loco...ni esa, ni nadie como esa.

  Pero por otro lado hay que reconocer que prefiero una afición que exija a otra que le ría las gracias a su amo y con ganarle a un Córdoba fuera y ponerse a cuatro puntos del ascenso ya está todo hecho.

   Sé que son dos extremos de afición, pero si veis a unos y a otros prefiero un modelo más que el otro. Ojo, lo importante es tener una entidad propia y punto.

  Y por cierto, siempre he exigido un cambio de rumbo en este club, y se puede leer desde el foro aquel que teníamos muy muy muy al principio. Creo que este club lo estaba pidiendo a gritos.

  Saludos y buenas noches ya.

[alejandro cadenas]

Yo no se si hay Metallizacion , Alvaradizacion, y algunas de las otras mil cion. Pero la que es más que segura es la RADICALIZACION, y esa si es muy, muy, muy peligrosa. La UNION lleva al éxito, la Radicalizacion o desunión, al FRACASO. La temporada proxima, debería ser el gran Objetivo. LA UNION DE TODO EL SEVILLA FC

[kalamar]

No he leído a Alvarado en toda la semana.

Pero al igual que defendí hará cuestión de dos años que la mestallización no existía en el sevillismo, mi opinión ha variado radicalmente.

Existe una mestallización creciente, una titulitis acendrada y es muy probable, que si por un muy significativo sector de la afición fuera, terminemos trayendo dos o tres entrenadores por temporada y echándolos aunque nos tuvieran como tercer o cuarto clasficados.

Perdón, a Alvarado no lo he leído esta semana ni he leído el periódico oficial desde hace más de dos, ni escucho la radio ni veo nuestra tele desde hace unas tres semanas.

Y mi opinión, por lo que veo y oigo en el estadio y por lo que leo aquí, es que avanzamos a pasos agigantados hacia la mestallización.

Tal como lo pienso lo digo.

Saludos

Pues a ver si nos mestallizamos pronto y nos traemos dos ligas y dos finales de Champions pronto.

jajajajaja.

No pidas ligas y finales de champions que te acusan de tener titulitis.

Si tienes ese virus, ya sabes, automedícate con la escucha durante 12 horas diaria de programas de Alvarado y un par de horas de Manolo Ruiz.

 

Yo a mi club sé lo que puedo exigirle, sé lo que puede darme. Precisamente por eso, intento no caer en la titulitis, en el pedir desesperadamente y enervado ser el mejor, el más grande y el más guapo ya, y hacerlo mejor que todos los demás, sin yerros.

No amigo, definitivamente ese virus no lo tengo y por lo tanto no me hace falta medicación ninguna

Un abrazo

Creo que el pensamiento de la afición en general no dista mucho del tuyo. No creo que nadie exija títulos. Las protestas del pasado miércoles estaban -a mi entender- motivadas por un fútbol que no divierte, que no apasiona.

Sí es verdad que un título a todos nos ilusiona, no creo que tú o cualquier otro sevillista no esté ilusionado con la posibilidad de alcanzar una nueva copa. La afición del Sevilla es exigente, sí, pero como tú bien comentas sabiendo exigir, y entiende que este equipo puede jugar mejor.

El termino mestallización creo que no es acertado para definirla. No es muy común oír a un aficionado exigir que el club gaste 20 millones de euros en un jugador, es más, observo que muchos añoramos los fichajes "tipo Monchi" de antaño. Nadie se ha opuesto al "vender para crecer". Estoy convencido, amigo, que no es una cuestión de mestallización sino que el sevillismo tiene el convencimiento que por presupuesto e inversión nuestro equipo debería jugar mejor al fútbol porque piensa que puede más de si.

Un fuerte abrazo amigo.

[NODO SFC 1905]

No he leído a Alvarado en toda la semana.

Pero al igual que defendí hará cuestión de dos años que la mestallización no existía en el sevillismo, mi opinión ha variado radicalmente.

Existe una mestallización creciente, una titulitis acendrada y es muy probable, que si por un muy significativo sector de la afición fuera, terminemos trayendo dos o tres entrenadores por temporada y echándolos aunque nos tuvieran como tercer o cuarto clasficados.

Perdón, a Alvarado no lo he leído esta semana ni he leído el periódico oficial desde hace más de dos, ni escucho la radio ni veo nuestra tele desde hace unas tres semanas.

Y mi opinión, por lo que veo y oigo en el estadio y por lo que leo aquí, es que avanzamos a pasos agigantados hacia la mestallización.

Tal como lo pienso lo digo.

Saludos

¿ Que nos hemos convertido en una afición que padece titulitis ?.¹

A todo al que pregunto si prefiere un titulo o un tercer puesto, gana apabullantemente la Champions.²

El mensaje del Presidente cala hondo en el aficionado, lo mismo que evita, desde su posición que el club y la afición se "mestallice. Ejemplo lo tienes en el banquillo actual del Sevilla FC.

Lo que si estamos es más exigente, más ambicioso, porque podemos serlo. No hay mejor momento para demostrarlo que este.

¹ Si me lees bien, digo que es un proceso creciente. Para mí la mestallización progresiva es la titulitis creciente.

No estamos mestallizados ni titulitizados, pero sí es cierto que esos síntomas los padecen cada vez mayor número de sevillistas.

² Sé que es así, todavía es así y espero que siga siéndolo durante mucho tiempo, pero... desgraciadamente, quienes más ruido arman son los aficionadacos histéricos, los foreracos gritones, los antitodacos histrónicos. Lo tengo clarísimo.

[SevillaFC1890]

Corría el año 1948, un poderoso Sevilla FC estaba jugando sus últimas bazas para meterse en la pelea por el título liguero, mostrándose intratable en casa pero irregular a domicilio. Por contra, un desconocido y lamentable Real Madrid se arrastraba por la categoría no habiendo logrado ni una sola victoria fuera de su feudo. Iba camino de segunda sin remisión por primera vez en su historia.

Llegó el momento del enfrentamiento de ambos equipos en el viejo campo de Nervión y diversos hechos hicieron sospechar al sevillismo de que algo se cocía. Hubo algún buen jugador sevillista que en esa ocasión, tras muchos años haciéndolo no jugó,  la actitud del equipo hispalense no fue precisamente la demostrada en casa durante la temporada y los pitidos comenzaron a sonar cada vez con más fuerza. Hasta 14 balones fueron inutilizados, siendo pinchados conforme llegaban a la grada en los lances del juego. Para colmo el árbitro fue descaradamente afín al equipo madrileño, los pañuelos comenzaron a airearse y la bronca fue monumental porque el Sevilla FC perdió antes el Real Madrid que se salvó de bajar por este hecho.

Cuentan las malas lenguas que incluso hubo un asalto al palco y los paraguas en aquella lluviosa tarde de febrero volaban como lanzas y que algún coche acabó destrozado.

Cual abuelo Cebolleta podría pasar toda una tarde contando historias de los avatares de la afición sevillista a lo largo de más de cien años, terminando por el episodio de 1995 cuando se echó a la calle en defensa de su club al grito de “Hasta la muerte”. Una afición rebelde, inconformista, dura con su equipo, con su propio club y exigente hasta el extremo que llega hasta nuestros días con sus señas de identidad intactas afortunadamente.

Es la misma que recibió con una ovación al equipo y a su entrenador tras el triste episodio de las semifinales en San Mamés del año pasado, dolorosa a todas luces por lo que suponía tras tener todo a favor y que daría continuidad a las magníficas temporadas llenas de títulos para no dar un ciclo por cerrado.

Veo con cierto desazón cómo desde determinados fortines internautas, lamentable y vergonzosamente algunos se permiten el lujo de insultar gravemente al mayor bien y tesoro con el que cuenta el Sevilla FC y esto es su afición. Su insustituible afición. Y esos pocos, son solo unos pocos, no se dan cuenta que los aborregados, conformistas,  los “digaustéquesí”, los amodorrados y anestesiados en que pretenden convertirnos son otros y así les va.

El pasado partido de semifinales del Campeonato de España el respetable –he dicho bien- silbó una decisión del técnico, como siempre hizo cuando algo no le gustó, yo diría que no tanto por el cambio, sino por la falta de previsión y planificación del partido ante un Getafe que ya nos jugó exactamente igual en el de liga, acumulando hombres en el centro del campo y que nos ganó. Afortunado fue el equipo que pudo haber encajado varios goles en los primeros 30 minutos para llevar al traste la eliminatoria.

Algo no gusta en el sevillismo a pesar de estar donde estamos. 18000 Gargantas no pueden estar equivocadas nunca y cierto malestar existe de forma generalizada que debe ser digno de analizar profundamente por nuestros directivos, para que encima tengamos que soportar a estos cuantos arremeter, salir de cacería y ejercer de francotiradores de la palabra hacia todo aquel que se mueva, sea uno o sean diez mil. No se dan cuenta, con ese mal ejemplo que nos ponen,  de que la afición del Valencia terminó  por “apizjuanarse”, aprendiendo que tan solo así es posible llevar a un equipo y a un club en volandas, exigiéndole el máximo.

Obviar la división existente en este sentido dentro de la masa social es de locos y posicionarse con la dureza con la que lo hacen debe ser cortada inmediatamente por sus autores. Tampoco se dan cuenta que esto es algo normal en otras aficiones, donde la protesta ante el entrenador es asunto común, pero solo en el sevillismo se da el raro caso de la estigmatización hacia los aficionados por parte de unos pocos.

Pite usted, sevillista, su afición es soberana.

[kalamar]

Corría el año 1948, un poderoso Sevilla FC estaba jugando sus últimas bazas para meterse en la pelea por el título liguero, mostrándose intratable en casa pero irregular a domicilio. Por contra, un desconocido y lamentable Real Madrid se arrastraba por la categoría no habiendo logrado ni una sola victoria fuera de su feudo. Iba camino de segunda sin remisión por primera vez en su historia.

Llegó el momento del enfrentamiento de ambos equipos en el viejo campo de Nervión y diversos hechos hicieron sospechar al sevillismo de que algo se cocía. Hubo algún buen jugador sevillista que en esa ocasión, tras muchos años haciéndolo no jugó,  la actitud del equipo hispalense no fue precisamente la demostrada en casa durante la temporada y los pitidos comenzaron a sonar cada vez con más fuerza. Hasta 14 balones fueron inutilizados, siendo pinchados conforme llegaban a la grada en los lances del juego. Para colmo el árbitro fue descaradamente afín al equipo madrileño, los pañuelos comenzaron a airearse y la bronca fue monumental porque el Sevilla FC perdió antes el Real Madrid que se salvó de bajar por este hecho.

Cuentan las malas lenguas que incluso hubo un asalto al palco y los paraguas en aquella lluviosa tarde de febrero volaban como lanzas y que algún coche acabó destrozado.

Cual abuelo Cebolleta podría pasar toda una tarde contando historias de los avatares de la afición sevillista a lo largo de más de cien años, terminando por el episodio de 1995 cuando se echó a la calle en defensa de su club al grito de “Hasta la muerte”. Una afición rebelde, inconformista, dura con su equipo, con su propio club y exigente hasta el extremo que llega hasta nuestros días con sus señas de identidad intactas afortunadamente.

Es la misma que recibió con una ovación al equipo y a su entrenador tras el triste episodio de las semifinales en San Mamés del año pasado, dolorosa a todas luces por lo que suponía tras tener todo a favor y que daría continuidad a las magníficas temporadas llenas de títulos para no dar un ciclo por cerrado.

Veo con cierto desazón cómo desde determinados fortines internautas, lamentable y vergonzosamente algunos se permiten el lujo de insultar gravemente al mayor bien y tesoro con el que cuenta el Sevilla FC y esto es su afición. Su insustituible afición. Y esos pocos, son solo unos pocos, no se dan cuenta que los aborregados, conformistas,  los “digaustéquesí”, los amodorrados y anestesiados en que pretenden convertirnos son otros y así les va.

El pasado partido de semifinales del Campeonato de España el respetable –he dicho bien- silbó una decisión del técnico, como siempre hizo cuando algo no le gustó, yo diría que no tanto por el cambio, sino por la falta de previsión y planificación del partido ante un Getafe que ya nos jugó exactamente igual en el de liga, acumulando hombres en el centro del campo y que nos ganó. Afortunado fue el equipo que pudo haber encajado varios goles en los primeros 30 minutos para llevar al traste la eliminatoria.

Algo no gusta en el sevillismo a pesar de estar donde estamos. 18000 Gargantas no pueden estar equivocadas nunca y cierto malestar existe de forma generalizada que debe ser digno de analizar profundamente por nuestros directivos, para que encima tengamos que soportar a estos cuantos arremeter, salir de cacería y ejercer de francotiradores de la palabra hacia todo aquel que se mueva, sea uno o sean diez mil. No se dan cuenta, con ese mal ejemplo que nos ponen,  de que la afición del Valencia terminó  por “apizjuanarse”, aprendiendo que tan solo así es posible llevar a un equipo y a un club en volandas, exigiéndole el máximo.

Obviar la división existente en este sentido dentro de la masa social es de locos y posicionarse con la dureza con la que lo hacen debe ser cortada inmediatamente por sus autores. Tampoco se dan cuenta que esto es algo normal en otras aficiones, donde la protesta ante el entrenador es asunto común, pero solo en el sevillismo se da el raro caso de la estigmatización hacia los aficionados por parte de unos pocos.

Pite usted, sevillista, su afición es soberana.

Perdona pero no encuentro el gifs ese de los aplausos.

Muy ilustrativo.

Gracias.

[Platon]

Ahora le ha dado por la mestallización de la afición.

Y eso es un insulto en toda regla a los que piensan. A los que piensan libremente sin ninguna influencia de los medios.
Acusa y actúa igual que sus queridos papafritas, no caen o no les interesa pensar que la mayoría de nosotros tenemos ideas y opiniones independientes a cualquier corriente de opinión.
Esta creando un caldo de cultivo difícil de superar.  Unos por un lado y otros por otro, nos quieren crear una atmósfera prebélica que haber por donde acaba.
Nada por su parte ayuda este tipo de comentarios, la noche de los cristales rotos se aproxima, esperemos que nos nos tengan que coser una estrella en el pecho cuando entremos por el RSP.
 


Yo también te escuche, Jesusito y se te noto que te comías el micrófono cuando salió Negredo.

Ya se sabe, cuando acabe, dime donde me pongo. 

¿que tiene que ver eso?

Mestallizacion no es un insulto, ahora mismo el paralelismo con la aficion del Valencia es brutal.

[NODO SFC 1905]

No he leído a Alvarado en toda la semana.

Pero al igual que defendí hará cuestión de dos años que la mestallización no existía en el sevillismo, mi opinión ha variado radicalmente.

Existe una mestallización creciente, una titulitis acendrada y es muy probable, que si por un muy significativo sector de la afición fuera, terminemos trayendo dos o tres entrenadores por temporada y echándolos aunque nos tuvieran como tercer o cuarto clasficados.

Perdón, a Alvarado no lo he leído esta semana ni he leído el periódico oficial desde hace más de dos, ni escucho la radio ni veo nuestra tele desde hace unas tres semanas.

Y mi opinión, por lo que veo y oigo en el estadio y por lo que leo aquí, es que avanzamos a pasos agigantados hacia la mestallización.

Tal como lo pienso lo digo.

Saludos

Pues a ver si nos mestallizamos pronto y nos traemos dos ligas y dos finales de Champions pronto.

jajajajaja.

No pidas ligas y finales de champions que te acusan de tener titulitis.

Si tienes ese virus, ya sabes, automedícate con la escucha durante 12 horas diaria de programas de Alvarado y un par de horas de Manolo Ruiz.

 

Yo a mi club sé lo que puedo exigirle, sé lo que puede darme. Precisamente por eso, intento no caer en la titulitis, en el pedir desesperadamente y enervado ser el mejor, el más grande y el más guapo ya, y hacerlo mejor que todos los demás, sin yerros.

No amigo, definitivamente ese virus no lo tengo y por lo tanto no me hace falta medicación ninguna

Un abrazo

Creo que el pensamiento de la afición en general no dista mucho del tuyo. No creo que nadie exija títulos. Las protestas del pasado miércoles estaba -a mi entender- motivado por un fútbol que no divierte, que no apasiona.

Sí es verdad que un título a todos nos ilusiona, no creo que tú o cualquier otro sevillista no esté ilusionado con la posibilidad de alcanzar una nueva copa. La afición del Sevilla es exigente, sí, pero como tú bien comentas sabiendo exigir, y entiende que este equipo puede jugar mejor.

El termino mestallización creo que no es acertado para definirla. No es muy común oír a un aficionado exigir que el club gaste 20 millones de euros en un jugador, es más, observo que muchos añoramos los fichajes "tipo Monchi" de antaño. Nadie se ha opuesto al "vender para crecer". Estoy convencido, amigo, que no es una cuestión de mestallización sino que el sevillismo tiene el convencimiento que por presupuesto e inversión nuestro equipo debería jugar mejor al fútbol porque piensa que puede más de si.

Un fuerte abrazo amigo.

Verás, amigo. He manifestado por activa y por pasiva que no creo que Manolo Jiménez sea la persona más idónea para dirigir al Sevilla por una serie de razones que me vas a permitir que omita en público, porque son razones que le he planteado directamente al presidente, al que para bien o para mal tengo acceso, y como me gusta ser leal con las personas, este asunto que atañe al club y en el cual no tengo absolutamente ningún poder de nada (faltaría más) lo llevo por otros cauces, digamos que como observador "neutro", como "testigo social" e intento que mi voz sea escuchada.

Y ello porque me gusta escuchar otras voces, leer otras cosas, pero claro, de parte y de parte, no sólo de un lado. Soy una persona siempre abierta al diálogo, no parto de posturas preestablecidas. Y eso sí es algo que desgraciadamente ocurre hoy en día en el seno del sevillismo.

Y por muy mal que siente a algunas personas, diré que en buena lógica, el querer llevar las propias posturas a un extremo es más comprensible en quien ejerce "el poder" (por llamarlo de alguna forma) ya que lo que intenta es ejecutar un programa en el que -así son las SAD- su definición y gestión no es cosa de todo el mundo.

Antes se pitaba a un entrenador, el presidente de turno se iba por las patas abajo y el entrenador se iba para la calle. Y hay gente que piensa -por la razón que sea- que eso sigue siendo así o que debería seguir siendo así. Y realmente, pues ni es así ni debe de ser así.

Hoy los objetivos se ciñen a un plan por objetivos que se marca quinquenalmente y se revisa y actualiza anualmente modificando a su vez los planes de negocio, las inversiones, las amortizaciones, el endeudamiento y un largo etcétera de complejos conceptos económicos estrechamente vinculados a los deportivos.

Y para planificarlos y ejecutarlos es necesario disponer de un volumen de información del que nosotros, como meros aficionados, no tenemos. Eso, afortunadamente no constituye óbice para que podamos posicionarnos, hablar, criticar, loar, o lo que nos apetezca.

Pero llega un momento en que no atendemos a razones, no nos interesa la explicación que pueda estar detrás y que, desgraciadamente, no está en nuestra mano conocer ni tampoco es lógico que la conozcamos. Y automáticamente nos convertimos en el niño alemán del teclado de la conocida viñeta animada y nos transformamos en la niña del Exorcista o de Poltergeist o en quien sea, en resumidas cuentas en unos "antitodo" porque todo está mal y todo nos rebela. Y cuando digo todo, me refiero a la inmensísima mayoría de las cosas.

Y cuando eso se extiende, compruebo anonadado como personas a las que tenía por sensatas, se ponen un turbante, cogen su gumía o teclado y se suman a la paranoia generalizada y, con muy pocas excepciones en su número y con escasa excepciones en los distintos asuntos, se convierten en uno más dentro de la turbamulta.

Y yo, para bien o para mal no soy así, siendo de sangre caliente, prefiero ser más frío a la hora de los análisis, de las proyecciones, de las evaluaciones, de lo que sea.

Fíjate el rollo, todo para decir que no gustándome en líneas generales Manolo Jiménez como nuestro entrenador, entiendo que viene cumpliendo los objetivos que se le han marcado dentro de unos parámetros aceptables, y que además -mirándolo fríamente- va creciendo.

El primer año por lo visto nos clasificamos primeros de grupo en la liguilla de Liga de Campeones por la inercia ganadora de unos jugadores que estaban últimos en el grupo y de los últimos en nuestra Liga, a trece puntos del objetivo que el entrenador cumplió. Lamentable la eliminación a manos del Fenherbaçe y triste ante el Barsa en Copa, donde no hicimos menos que ellos para pasar.

El segundo año, ridículo en Uefa y más que muy aceptable Copa hasta el capítulo de San Mamés, ya en semifinales y mejorando en Liga hasta la tercera plaza y la clasificación directa para Liga de Campeones, principal objetivo del Sevilla.

Este tercer año, ya hemos superado lo conseguido en UEFA el año pasado y el entrenador sabe que el objetivo europeo es clasificarnos para cuartos de final de Liga de Campeones, no superar sin más la liguilla.  Y en Copa vamos camino (hay que dar el último empujón) para superar lo conseguido el año pasado, con lo cual entraríamos en la séptima final de Copa de nuestra historia en una competición más antigua que nosotros mismos. Y en Liga estamos a tres puntos + el coeficiente particular del tercer clasificado, lo tenemos ahí a tiro.

Empresarialmente, el entrenador que no me gusta, está camino de cumplir. ¿Qué debo valorar? Ya sé lo que valoráis la mayoría, eso ya lo sé, lo leo, lo escucho, lo veo... pero ¿qué debo valorar yo?

Te lo diré, a mí, particularmente, como simple aficionado, me cuesta dejarme arrastrar por el ruido que formáis. Así de claro.

Luego no te quiero decir lo que pienso acerca de lo que me gustaría que hiciera el consejo ante el ruido porque te lo puedes imaginar.

Así, que sin hacer ruido, expongo por los cauces que estimo oportunos mi posición como he hecho actualmente.

Las protestas del pasado miércoles no sé si estarían provocadas por un fútbol que no apasiona... puede que sea cierto en su conjunto, aunque desde luego su estallido, de todos quienes estallásteis fue una -para mí- total cagada por vuestra parte, porque el acierto y la valentía del entrenador para comerse su orgullo y rectificar su error fue tremendo. Y aquí, literalmente, aquí, en este foro, han aparecido quienes han dicho tanto que se equivocó como que para qué cogno rectificó, o sea, perros del hortelano, que ni comen, ni dejan comer.

Y yo a eso no juego, no va conmigo.

Al margen de que creo que dentro de ese antitodismo en el que progresivamente se incurre y que a veces resulta tan patético, lleva a la obnubilación, a pensar que una semifinal de Copa en la que importa ganar y mantener tu portería a cero ante un rival de calidades un campo de pruebas para el llamado juego bonito que todavía estoy esperando a saber en qué consiste ¿Jugó bonito el Getafe? ¿Qué resultado le dio al Getafe su xogo bonito? Me parece que dentro de ese antitodismo, ponerse a abroncar en medio de una semifinal de Copa en la que tanto nos jugamos y sin ninguna razón para hacerlo porque el cambio era urgente (de hecho hizo efectos en menos de dos minutos) es algo patético.

Pero bueno, la gente lo hace, es muy libre, pero yo a eso no juego. Y al igual que leo a un amigo mío decir que a este foro se viene a hablar del Sevilla y de sus cosas pero no de lo que piensan y opinan los foreros sobre las cosas que atañen al Sevilla, tengo que decir que no. Que esto es un foro de debate donde a veces a lo que uno dice le aplauden y otras veces le berrean porque se ha equivocado. Yo me he equivocado mucho y me han dicho de todo menos bonito, es el juego, no hay más. Y si creo que si la mestallización o titulitis creciente, los foreracos, los aficionadacos y los antitodacos pululan libremente pontificando acerca de todo, también existe y nos asiste el derecho a decirles que están equivocados.

Aunque el equivocado sea yo, ésa es mi libertad, la que no le quito a nadie.

Un abrazo

[NODO SFC 1905]

Corría el año 1948, un poderoso Sevilla FC estaba jugando sus últimas bazas para meterse en la pelea por el título liguero, mostrándose intratable en casa pero irregular a domicilio. Por contra, un desconocido y lamentable Real Madrid se arrastraba por la categoría no habiendo logrado ni una sola victoria fuera de su feudo. Iba camino de segunda sin remisión por primera vez en su historia.

Llegó el momento del enfrentamiento de ambos equipos en el viejo campo de Nervión y diversos hechos hicieron sospechar al sevillismo de que algo se cocía. Hubo algún buen jugador sevillista que en esa ocasión, tras muchos años haciéndolo no jugó,  la actitud del equipo hispalense no fue precisamente la demostrada en casa durante la temporada y los pitidos comenzaron a sonar cada vez con más fuerza. Hasta 14 balones fueron inutilizados, siendo pinchados conforme llegaban a la grada en los lances del juego. Para colmo el árbitro fue descaradamente afín al equipo madrileño, los pañuelos comenzaron a airearse y la bronca fue monumental porque el Sevilla FC perdió antes el Real Madrid que se salvó de bajar por este hecho.

Cuentan las malas lenguas que incluso hubo un asalto al palco y los paraguas en aquella lluviosa tarde de febrero volaban como lanzas y que algún coche acabó destrozado.

Cual abuelo Cebolleta podría pasar toda una tarde contando historias de los avatares de la afición sevillista a lo largo de más de cien años, terminando por el episodio de 1995 cuando se echó a la calle en defensa de su club al grito de “Hasta la muerte”. Una afición rebelde, inconformista, dura con su equipo, con su propio club y exigente hasta el extremo que llega hasta nuestros días con sus señas de identidad intactas afortunadamente.

Es la misma que recibió con una ovación al equipo y a su entrenador tras el triste episodio de las semifinales en San Mamés del año pasado, dolorosa a todas luces por lo que suponía tras tener todo a favor y que daría continuidad a las magníficas temporadas llenas de títulos para no dar un ciclo por cerrado.

Veo con cierto desazón cómo desde determinados fortines internautas, lamentable y vergonzosamente algunos se permiten el lujo de insultar gravemente al mayor bien y tesoro con el que cuenta el Sevilla FC y esto es su afición. Su insustituible afición. Y esos pocos, son solo unos pocos, no se dan cuenta que los aborregados, conformistas,  los “digaustéquesí”, los amodorrados y anestesiados en que pretenden convertirnos son otros y así les va.

El pasado partido de semifinales del Campeonato de España el respetable –he dicho bien- silbó una decisión del técnico, como siempre hizo cuando algo no le gustó, yo diría que no tanto por el cambio, sino por la falta de previsión y planificación del partido ante un Getafe que ya nos jugó exactamente igual en el de liga, acumulando hombres en el centro del campo y que nos ganó. Afortunado fue el equipo que pudo haber encajado varios goles en los primeros 30 minutos para llevar al traste la eliminatoria.

Algo no gusta en el sevillismo a pesar de estar donde estamos. 18000 Gargantas no pueden estar equivocadas nunca y cierto malestar existe de forma generalizada que debe ser digno de analizar profundamente por nuestros directivos, para que encima tengamos que soportar a estos cuantos arremeter, salir de cacería y ejercer de francotiradores de la palabra hacia todo aquel que se mueva, sea uno o sean diez mil. No se dan cuenta, con ese mal ejemplo que nos ponen,  de que la afición del Valencia terminó  por “apizjuanarse”, aprendiendo que tan solo así es posible llevar a un equipo y a un club en volandas, exigiéndole el máximo.

Obviar la división existente en este sentido dentro de la masa social es de locos y posicionarse con la dureza con la que lo hacen debe ser cortada inmediatamente por sus autores. Tampoco se dan cuenta que esto es algo normal en otras aficiones, donde la protesta ante el entrenador es asunto común, pero solo en el sevillismo se da el raro caso de la estigmatización hacia los aficionados por parte de unos pocos.

Pite usted, sevillista, su afición es soberana.

Me ha gustado mucho tu reflexión, que no comparto en su totalidad por la sencilla razón de que es un ejemplo genérico para un caso particular, pero bueno, aún así es posible extraer de ella muchas enseñanzas y es con lo que me quedo.

Un abrazo

[kalamar]

Corría el año 1948, un poderoso Sevilla FC estaba jugando sus últimas bazas para meterse en la pelea por el título liguero, mostrándose intratable en casa pero irregular a domicilio. Por contra, un desconocido y lamentable Real Madrid se arrastraba por la categoría no habiendo logrado ni una sola victoria fuera de su feudo. Iba camino de segunda sin remisión por primera vez en su historia.

Llegó el momento del enfrentamiento de ambos equipos en el viejo campo de Nervión y diversos hechos hicieron sospechar al sevillismo de que algo se cocía. Hubo algún buen jugador sevillista que en esa ocasión, tras muchos años haciéndolo no jugó,  la actitud del equipo hispalense no fue precisamente la demostrada en casa durante la temporada y los pitidos comenzaron a sonar cada vez con más fuerza. Hasta 14 balones fueron inutilizados, siendo pinchados conforme llegaban a la grada en los lances del juego. Para colmo el árbitro fue descaradamente afín al equipo madrileño, los pañuelos comenzaron a airearse y la bronca fue monumental porque el Sevilla FC perdió antes el Real Madrid que se salvó de bajar por este hecho.

Cuentan las malas lenguas que incluso hubo un asalto al palco y los paraguas en aquella lluviosa tarde de febrero volaban como lanzas y que algún coche acabó destrozado.

Cual abuelo Cebolleta podría pasar toda una tarde contando historias de los avatares de la afición sevillista a lo largo de más de cien años, terminando por el episodio de 1995 cuando se echó a la calle en defensa de su club al grito de “Hasta la muerte”. Una afición rebelde, inconformista, dura con su equipo, con su propio club y exigente hasta el extremo que llega hasta nuestros días con sus señas de identidad intactas afortunadamente.

Es la misma que recibió con una ovación al equipo y a su entrenador tras el triste episodio de las semifinales en San Mamés del año pasado, dolorosa a todas luces por lo que suponía tras tener todo a favor y que daría continuidad a las magníficas temporadas llenas de títulos para no dar un ciclo por cerrado.

Veo con cierto desazón cómo desde determinados fortines internautas, lamentable y vergonzosamente algunos se permiten el lujo de insultar gravemente al mayor bien y tesoro con el que cuenta el Sevilla FC y esto es su afición. Su insustituible afición. Y esos pocos, son solo unos pocos, no se dan cuenta que los aborregados, conformistas,  los “digaustéquesí”, los amodorrados y anestesiados en que pretenden convertirnos son otros y así les va.

El pasado partido de semifinales del Campeonato de España el respetable –he dicho bien- silbó una decisión del técnico, como siempre hizo cuando algo no le gustó, yo diría que no tanto por el cambio, sino por la falta de previsión y planificación del partido ante un Getafe que ya nos jugó exactamente igual en el de liga, acumulando hombres en el centro del campo y que nos ganó. Afortunado fue el equipo que pudo haber encajado varios goles en los primeros 30 minutos para llevar al traste la eliminatoria.

Algo no gusta en el sevillismo a pesar de estar donde estamos. 18000 Gargantas no pueden estar equivocadas nunca y cierto malestar existe de forma generalizada que debe ser digno de analizar profundamente por nuestros directivos, para que encima tengamos que soportar a estos cuantos arremeter, salir de cacería y ejercer de francotiradores de la palabra hacia todo aquel que se mueva, sea uno o sean diez mil. No se dan cuenta, con ese mal ejemplo que nos ponen,  de que la afición del Valencia terminó  por “apizjuanarse”, aprendiendo que tan solo así es posible llevar a un equipo y a un club en volandas, exigiéndole el máximo.

Obviar la división existente en este sentido dentro de la masa social es de locos y posicionarse con la dureza con la que lo hacen debe ser cortada inmediatamente por sus autores. Tampoco se dan cuenta que esto es algo normal en otras aficiones, donde la protesta ante el entrenador es asunto común, pero solo en el sevillismo se da el raro caso de la estigmatización hacia los aficionados por parte de unos pocos.

Pite usted, sevillista, su afición es soberana.

Subo este post para ver si algunos lo leen y se enteran de una puñetera vez.

No se puede cambiar la indiosincracia de una afición por mucho que se empeñen.

[MASTERMIND MORTAJER]

Corría el año 1948, un poderoso Sevilla FC estaba jugando sus últimas bazas para meterse en la pelea por el título liguero, mostrándose intratable en casa pero irregular a domicilio. Por contra, un desconocido y lamentable Real Madrid se arrastraba por la categoría no habiendo logrado ni una sola victoria fuera de su feudo. Iba camino de segunda sin remisión por primera vez en su historia.

Llegó el momento del enfrentamiento de ambos equipos en el viejo campo de Nervión y diversos hechos hicieron sospechar al sevillismo de que algo se cocía. Hubo algún buen jugador sevillista que en esa ocasión, tras muchos años haciéndolo no jugó,  la actitud del equipo hispalense no fue precisamente la demostrada en casa durante la temporada y los pitidos comenzaron a sonar cada vez con más fuerza. Hasta 14 balones fueron inutilizados, siendo pinchados conforme llegaban a la grada en los lances del juego. Para colmo el árbitro fue descaradamente afín al equipo madrileño, los pañuelos comenzaron a airearse y la bronca fue monumental porque el Sevilla FC perdió antes el Real Madrid que se salvó de bajar por este hecho.

Cuentan las malas lenguas que incluso hubo un asalto al palco y los paraguas en aquella lluviosa tarde de febrero volaban como lanzas y que algún coche acabó destrozado.

Cual abuelo Cebolleta podría pasar toda una tarde contando historias de los avatares de la afición sevillista a lo largo de más de cien años, terminando por el episodio de 1995 cuando se echó a la calle en defensa de su club al grito de “Hasta la muerte”. Una afición rebelde, inconformista, dura con su equipo, con su propio club y exigente hasta el extremo que llega hasta nuestros días con sus señas de identidad intactas afortunadamente.

Es la misma que recibió con una ovación al equipo y a su entrenador tras el triste episodio de las semifinales en San Mamés del año pasado, dolorosa a todas luces por lo que suponía tras tener todo a favor y que daría continuidad a las magníficas temporadas llenas de títulos para no dar un ciclo por cerrado.

Veo con cierto desazón cómo desde determinados fortines internautas, lamentable y vergonzosamente algunos se permiten el lujo de insultar gravemente al mayor bien y tesoro con el que cuenta el Sevilla FC y esto es su afición. Su insustituible afición. Y esos pocos, son solo unos pocos, no se dan cuenta que los aborregados, conformistas,  los “digaustéquesí”, los amodorrados y anestesiados en que pretenden convertirnos son otros y así les va.

El pasado partido de semifinales del Campeonato de España el respetable –he dicho bien- silbó una decisión del técnico, como siempre hizo cuando algo no le gustó, yo diría que no tanto por el cambio, sino por la falta de previsión y planificación del partido ante un Getafe que ya nos jugó exactamente igual en el de liga, acumulando hombres en el centro del campo y que nos ganó. Afortunado fue el equipo que pudo haber encajado varios goles en los primeros 30 minutos para llevar al traste la eliminatoria.

Algo no gusta en el sevillismo a pesar de estar donde estamos. 18000 Gargantas no pueden estar equivocadas nunca y cierto malestar existe de forma generalizada que debe ser digno de analizar profundamente por nuestros directivos, para que encima tengamos que soportar a estos cuantos arremeter, salir de cacería y ejercer de francotiradores de la palabra hacia todo aquel que se mueva, sea uno o sean diez mil. No se dan cuenta, con ese mal ejemplo que nos ponen,  de que la afición del Valencia terminó  por “apizjuanarse”, aprendiendo que tan solo así es posible llevar a un equipo y a un club en volandas, exigiéndole el máximo.

Obviar la división existente en este sentido dentro de la masa social es de locos y posicionarse con la dureza con la que lo hacen debe ser cortada inmediatamente por sus autores. Tampoco se dan cuenta que esto es algo normal en otras aficiones, donde la protesta ante el entrenador es asunto común, pero solo en el sevillismo se da el raro caso de la estigmatización hacia los aficionados por parte de unos pocos.

Pite usted, sevillista, su afición es soberana.

Subo este post para ver si algunos lo leen y se enteran de una puñetera vez.

No se puede cambiar la indiosincracia de una afición por mucho que se empeñen.

Enorme Carlos, como siempre.

Y esta vez no sólo enseñándonos, además dándonos lecciones.

Gracias genio, por tu tiempo, tu esfuerzo y tu entrega a nuestro Sevilla.

[JAVIOUHYEAH]

Corría el año 1948, un poderoso Sevilla FC estaba jugando sus últimas bazas para meterse en la pelea por el título liguero, mostrándose intratable en casa pero irregular a domicilio. Por contra, un desconocido y lamentable Real Madrid se arrastraba por la categoría no habiendo logrado ni una sola victoria fuera de su feudo. Iba camino de segunda sin remisión por primera vez en su historia.

Llegó el momento del enfrentamiento de ambos equipos en el viejo campo de Nervión y diversos hechos hicieron sospechar al sevillismo de que algo se cocía. Hubo algún buen jugador sevillista que en esa ocasión, tras muchos años haciéndolo no jugó,  la actitud del equipo hispalense no fue precisamente la demostrada en casa durante la temporada y los pitidos comenzaron a sonar cada vez con más fuerza. Hasta 14 balones fueron inutilizados, siendo pinchados conforme llegaban a la grada en los lances del juego. Para colmo el árbitro fue descaradamente afín al equipo madrileño, los pañuelos comenzaron a airearse y la bronca fue monumental porque el Sevilla FC perdió antes el Real Madrid que se salvó de bajar por este hecho.

Cuentan las malas lenguas que incluso hubo un asalto al palco y los paraguas en aquella lluviosa tarde de febrero volaban como lanzas y que algún coche acabó destrozado.

Cual abuelo Cebolleta podría pasar toda una tarde contando historias de los avatares de la afición sevillista a lo largo de más de cien años, terminando por el episodio de 1995 cuando se echó a la calle en defensa de su club al grito de “Hasta la muerte”. Una afición rebelde, inconformista, dura con su equipo, con su propio club y exigente hasta el extremo que llega hasta nuestros días con sus señas de identidad intactas afortunadamente.

Es la misma que recibió con una ovación al equipo y a su entrenador tras el triste episodio de las semifinales en San Mamés del año pasado, dolorosa a todas luces por lo que suponía tras tener todo a favor y que daría continuidad a las magníficas temporadas llenas de títulos para no dar un ciclo por cerrado.

Veo con cierto desazón cómo desde determinados fortines internautas, lamentable y vergonzosamente algunos se permiten el lujo de insultar gravemente al mayor bien y tesoro con el que cuenta el Sevilla FC y esto es su afición. Su insustituible afición. Y esos pocos, son solo unos pocos, no se dan cuenta que los aborregados, conformistas,  los “digaustéquesí”, los amodorrados y anestesiados en que pretenden convertirnos son otros y así les va.

El pasado partido de semifinales del Campeonato de España el respetable –he dicho bien- silbó una decisión del técnico, como siempre hizo cuando algo no le gustó, yo diría que no tanto por el cambio, sino por la falta de previsión y planificación del partido ante un Getafe que ya nos jugó exactamente igual en el de liga, acumulando hombres en el centro del campo y que nos ganó. Afortunado fue el equipo que pudo haber encajado varios goles en los primeros 30 minutos para llevar al traste la eliminatoria.

Algo no gusta en el sevillismo a pesar de estar donde estamos. 18000 Gargantas no pueden estar equivocadas nunca y cierto malestar existe de forma generalizada que debe ser digno de analizar profundamente por nuestros directivos, para que encima tengamos que soportar a estos cuantos arremeter, salir de cacería y ejercer de francotiradores de la palabra hacia todo aquel que se mueva, sea uno o sean diez mil. No se dan cuenta, con ese mal ejemplo que nos ponen,  de que la afición del Valencia terminó  por “apizjuanarse”, aprendiendo que tan solo así es posible llevar a un equipo y a un club en volandas, exigiéndole el máximo.

Obviar la división existente en este sentido dentro de la masa social es de locos y posicionarse con la dureza con la que lo hacen debe ser cortada inmediatamente por sus autores. Tampoco se dan cuenta que esto es algo normal en otras aficiones, donde la protesta ante el entrenador es asunto común, pero solo en el sevillismo se da el raro caso de la estigmatización hacia los aficionados por parte de unos pocos.

Pite usted, sevillista, su afición es soberana.

Subo este post para ver si algunos lo leen y se enteran de una puñetera vez.

No se puede cambiar la indiosincracia de una afición por mucho que se empeñen.

Tú calla, manipulao.

Que bueno el comentario, no lo había leido.

[moncsevi_ikechi]

Debo estar equivocado entonces, soy un pensador único. Pensaba que los pitos no ayudaban a los jugadores y que las palmas sí.

Pero ahora me doy cuenta que puede que sea al reves. Si 18.000 sevillistas creen que pitar es la solución, deberé optar por ese pensamiento.

Dejando el sarcasmo de lado. Vayamos a lo práctico:

¿Qué nos da pitar a los jugadores durante el partido? (no me refiero al descanso o al final, sino durante el partido).

¿Qué nos da crear un murmullo por cada fallo de un defensor nuestro?

¿Que nuestros jugadores pidan el apoyo de la afición qué significará?


La verdad que es volver a lo mismo, los que están en contra de mi opinión de animar siempre, pues expondrán ese argumento de autoconformismo con el que estoy totalmente de acuerdo, ya que creo que hay que exigirle al equipo.

Sin embargo, desde un punto de vista práctico, creo que el público tamibién ayuda en las victorias. No estoy diciendo que el público del Sevilla FC no anime o no lo haga suficientemente. Solo estoy diciendo que desde un punto de vista práctico, será más positivo animar durante el partido que estar callados (ya no digo pitar).

Y entonces sale la pregunta, ¿por qué voy a animar cuando lo que veo no me gusta o creo que podría hacerse mejor?

(Y ahora hablo desde mi opinión que no es la que tiene que tener en absoluto el resto de sevillistas): pues por que vuelvo a lo de antes, yo quiero que mi equipo gane, y si pitar al arbitro, pitar al rival, y motivar a los míos va ayudar a que estos ganen, pues lo haré.

Con respecto a Jesús Alvarado, creo que se equivoca en algunas cosas, por ejemplo, a la hora de trasladar la guerra con los periodistas a la grada.

La afición es respetable ya que para eso paga un espectáculo. Por ello tiene todo el derecho del mundo a pitar, aplaudir o rascarse la nariz cuando vea necesario.

[Platon]

Yo pregunto


¿Llamar mestallizado a alguien es insultarlo?

Solo veo comparacion con la aficion del Valencia.

[kalamar]

Yo pregunto


¿Llamar mestallizado a alguien es insultarlo?

Solo veo comparacion con la aficion del Valencia.

Más bien la afición del Valencia se ha apizjuanado. Aunque tampoco es cierto, porque ellos están permitiendo que se cometan tropelías en su club que nosotros en su momento no permitimos.

Nosotros somos exigente, mucho, sí pero cuando el club necesita de la afición encabezamos la primera línea de fuego.

No creo que haga falta recordar tiempos pasados no muy lejanos.

Un saludo.

[sebastgc]

a mi este tipo me la repanflinfla desde hace muchisiiiimo tiempo, lo unico que se me viene a la cabeza sobre este nota, como habla el, es como sigue en la radio del sevilla siendo un llarriba de la vida pero peor, porque este no se atrecve ni a enseñar el careto

[psique]

Corría el año 1948, un poderoso Sevilla FC estaba jugando sus últimas bazas para meterse en la pelea por el título liguero, mostrándose intratable en casa pero irregular a domicilio. Por contra, un desconocido y lamentable Real Madrid se arrastraba por la categoría no habiendo logrado ni una sola victoria fuera de su feudo. Iba camino de segunda sin remisión por primera vez en su historia.

Llegó el momento del enfrentamiento de ambos equipos en el viejo campo de Nervión y diversos hechos hicieron sospechar al sevillismo de que algo se cocía. Hubo algún buen jugador sevillista que en esa ocasión, tras muchos años haciéndolo no jugó,  la actitud del equipo hispalense no fue precisamente la demostrada en casa durante la temporada y los pitidos comenzaron a sonar cada vez con más fuerza. Hasta 14 balones fueron inutilizados, siendo pinchados conforme llegaban a la grada en los lances del juego. Para colmo el árbitro fue descaradamente afín al equipo madrileño, los pañuelos comenzaron a airearse y la bronca fue monumental porque el Sevilla FC perdió antes el Real Madrid que se salvó de bajar por este hecho.

Cuentan las malas lenguas que incluso hubo un asalto al palco y los paraguas en aquella lluviosa tarde de febrero volaban como lanzas y que algún coche acabó destrozado.

Cual abuelo Cebolleta podría pasar toda una tarde contando historias de los avatares de la afición sevillista a lo largo de más de cien años, terminando por el episodio de 1995 cuando se echó a la calle en defensa de su club al grito de “Hasta la muerte”. Una afición rebelde, inconformista, dura con su equipo, con su propio club y exigente hasta el extremo que llega hasta nuestros días con sus señas de identidad intactas afortunadamente.

Es la misma que recibió con una ovación al equipo y a su entrenador tras el triste episodio de las semifinales en San Mamés del año pasado, dolorosa a todas luces por lo que suponía tras tener todo a favor y que daría continuidad a las magníficas temporadas llenas de títulos para no dar un ciclo por cerrado.

Veo con cierto desazón cómo desde determinados fortines internautas, lamentable y vergonzosamente algunos se permiten el lujo de insultar gravemente al mayor bien y tesoro con el que cuenta el Sevilla FC y esto es su afición. Su insustituible afición. Y esos pocos, son solo unos pocos, no se dan cuenta que los aborregados, conformistas,  los “digaustéquesí”, los amodorrados y anestesiados en que pretenden convertirnos son otros y así les va.

El pasado partido de semifinales del Campeonato de España el respetable –he dicho bien- silbó una decisión del técnico, como siempre hizo cuando algo no le gustó, yo diría que no tanto por el cambio, sino por la falta de previsión y planificación del partido ante un Getafe que ya nos jugó exactamente igual en el de liga, acumulando hombres en el centro del campo y que nos ganó. Afortunado fue el equipo que pudo haber encajado varios goles en los primeros 30 minutos para llevar al traste la eliminatoria.

Algo no gusta en el sevillismo a pesar de estar donde estamos. 18000 Gargantas no pueden estar equivocadas nunca y cierto malestar existe de forma generalizada que debe ser digno de analizar profundamente por nuestros directivos, para que encima tengamos que soportar a estos cuantos arremeter, salir de cacería y ejercer de francotiradores de la palabra hacia todo aquel que se mueva, sea uno o sean diez mil. No se dan cuenta, con ese mal ejemplo que nos ponen,  de que la afición del Valencia terminó  por “apizjuanarse”, aprendiendo que tan solo así es posible llevar a un equipo y a un club en volandas, exigiéndole el máximo.

Obviar la división existente en este sentido dentro de la masa social es de locos y posicionarse con la dureza con la que lo hacen debe ser cortada inmediatamente por sus autores. Tampoco se dan cuenta que esto es algo normal en otras aficiones, donde la protesta ante el entrenador es asunto común, pero solo en el sevillismo se da el raro caso de la estigmatización hacia los aficionados por parte de unos pocos.

Pite usted, sevillista, su afición es soberana.

 Ahí queda éso...