Va por él, compañero. Y por mi padre. Y por todos los sevillistas del tercer anillo.
La Peña Sevillista Celestial está de juerga. Pero de juerga de las buenas, ande se beben gratis las mejores maltas de 21 años y los mejores elixires de Baco que no dejan resaca sino que proporcionan más ganas de cachondeo.
Y eso que yo no creo que exista tal cielo, pero en alguna parte tienen que estar tantos sevillistas, mi padre y el gran Paliña entre ellos, celebrando nuestra III Copa de la UEFA.
Aunque a mí me queda poco en este perro mundo y dudo mucho que me vayan a dejar entrar en tal Peña, ----ya lo dijo Groucho, que nunca formaría parte de una peña en la que admitiesen a individuos zarrapastrosos como él mismo----, me dejaran al menos prepararles los pelotazos en los días de partidos tan señalados como el de anoche. Y aluego me iré con sumo gusto a las calderas de Pedro Botero pa hacer compañía a la Marilyn y otras macizoras como mi amiga (esto es cierto) Lola Gaos que no es que estuviera buena pero sí que los era y, además, una tía cojonuda.