Hermanos sevillistas todos, se os saluda. Así como también a nuestros 'primos' verderones tan persistentes en el error que con tanta asiduidad nos visitan. Benditos seáis tós.
Como decía, hoy celebramos el trigésimo quinto aniversario de esta Santa que, a fuer de santa es también Virgen (por delante) y Mártir (por detrás).
La vida de esta otrora lozana moza no ha sido fácil pues sus progenitores, San Franquismo Nostálgico y Santa Libertad Prostituida ha mucho tiempo andan a la greña con frecuentes lanzamientos mutuos de los entresijos de la propia Santa Constitución, como lo son sus artículos, y se ha llegado al punto en el que es inevitable el divorcio. O el 'cese temporal de la convivencia', figura más apetecible para los que piensan que lo que Dios ha unido en el cielo ni Dios lo desune en la tierra merced al golpe de estado celestial perpetrado por los intérpretes de Su Santa Voluntad, también llamadas Santas Escrituras.
Santa Constitución Virgen y Mártir se halla hogaño prostrada en su lecho de muerte por mor del SIDA que le han contagiado sus múltiples macarras, que no otra cosa son el Moncarca Bobón, un Jodierno Cruel, una Justicia Prostituida y una Ciudadanía Ausente.
Ahí está la pobre; exánime y con más arrugas que el pijama de una loca pidiendo que le hagan la caridad de rematarla de una vez o de ingresarla en el SPA de una Consulta al Pueblo Soberano del que, no cabe duda, saldría remozada y luciendo palmito de mozuela en flor.
En nuestras manos está la solución a sus males. Pero debemos tener en cuenta que precisamente los que pretendían, hace hoy treinta y cinco años, que su madre Santa Libertad Prostituida la abortase, son los que hogaño la prefieren como está; enferma y sin poder alimentar a
sus hijos y con riesgo de ser desahuciada del corazón de los españoles que es su verdadero hogar.
Lo dicho; en nuestras manos está.
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Cinco de Mayo