Las tres patas de laDemocracia.

[Infantedemarina]

Hace casi cuarenta años que murió Franco, y con el la historia cerró el capitulo de la Dictadura para empezar a escribir el capitulo de la Democracia.
 
Los jóvenes de hoy en día, los que no conocen mas que la democracia, parece que no valoran suficientemente el régimen de libertad y democracia que tenemos. Parece que la Democracia, es el régimen natural, que es el único régimen posible, que es el régimen que como ciudadanos, por el solo hecho de serlo, nos merecemos. vamos que la Democracia, como el aire que respiramos es un derecho natural, sin mas.

Nada mas lejos de la realidad. Le democracia es un régimen que ha que conquistar, que hay que cuidar, que hay que defender. y que hay que enseñar. Y todo eso, para una juventud que desconoce la historia de la Democracia en España,  que no conoce otro régimen político, mas que la democracia, que no valora la democracia en lo que realmente significa, nos coloca en una situación de riesgo.

La ignorancia es osada, la ignorancia es atrevida, y la osadía y el atrevimiento suelen ser el camino del error y del fracaso.

Los jóvenes españoles, a los que se les ha hurtado el conocimiento de un capitulo de la historia de  España, a los que no se les ha explicado las dificultades del periodo que ha recibido el nombre de "La Transición". desconocen el papel jugado por los políticos del franquismo, los políticos del "Movimiento", los conocidos como los inmovilistas, entre los que figuraban la mayoría de los militares de la época

Los jóvenes españoles, desconocen el papel de los políticos del franquismo, que comprendían que para la España del futuro, era necesaria la apertura del Movimiento hacia un cambio a la democracia, Eran los "Aperturistas" del franquismo.

Los jóvenes españoles, desconocen el papel de la oposición, que jugo un papel decisivo, en la Transición, facilitando el camino de la reconciliación de las dos Españas, sin cuyo requisito era imposible una Transición tranquila, una Transición incruenta, una Transición ejemplar, como la que se realizo tras la muerte de Franco.

Los jóvenes españoles desconoce que la Transición, la implantación de la Democracia, se hizo sobre tres columnas básicas, representadas por tres personajes fundamentales, a los que nombraré por el orden en que han pasado a la historia:

El primero Santiago Carrillo, el líder del Partido Comunista, que asumió el cambio de los Estatutos del Partido Comunista, para hacer posible la legalización del Partido, al reconocer los principios de la España Democrática: El Régimen de una Estado de derecho basado en una Monarquía Parlamentaria, y la bandera roja y gualda,  como la bandera que históricamente ha representado a España, y no como la bandera del Franquismo.

El segundo Adolfo Suárez, que lidero el cambio político, que hizo cambiar el régimen del Movimiento, haciendo que los políticos del franquismo, dieran un paso atrás, permitiendo el nuevo Régimen democrático.

El tercero el Rey Juan Carlos I, que nacido bajo la tutela de Franco, propició y pilotó, desde el trono, el cambio político.

Hoy, muerto el segundo de los personajes, el Presidente Adolfo Suárez, quiero rendir desde las paginas del Foro, mi reconocimiento a su labor, y a su gesta.

Descanse en paz este gran hombre, cuya figura política desconocida para la juventud, se agranda comparada con la talla política de los actuales dirigentes que medran en los partidos, anteponiendo intereses personales y/o de partidos a los intereses nacionales,  permitiendo la corrupción que amenaza con destruir la Democracia.

[Corleone]

       Don Infante; con su permiso y contando con su benevolencia me voy a permitir matizar un poquillo sus atinadas apreciaciones.

       Titula usted su reflexión como "las tres patas de la democracia" y, hasta ahí, estoy de acuerdo con usted porque ésa democracia no está bien asentada. No puede estarlo si solo se sustenta en tres patas, pues haría falta una cuarta pata, la de la participación ciudadana, para equilibrar el conjunto.

       Nuestra, gozosa para unos y perniciosa para los más, democracia adolece desde sus inicios de un desequilibrio que la lastra impidiendo con ello mantener un rumbo en el que todos, ----aquí se debería leer la gran mayoría----, estemos cómodos, salvo los anti-demócratas (que haberlos haylos y bien enquistados dentro del sistema), y disfrutemos de los beneficios de un justo reparto de los bienes que tal democracia apareja.

       En mi opinión no es así. Y no es así porque no se puede llamar democracia a lo que es, en el más estricto sentido de la palabra, una plutocracia manipulada por personas a las que nadie ha votado. Éstos individuos (e individuas) son los que, en realidad, deciden quienes se beneficiarán de la democracia y quienes quedarán privados de lo que se ha venido a llamar el estado del bienestar. Juegan con ventaja, Don Infante. Y cuando se entra en una partida de póquer, lo mínimo que se debe pedir es que sea el azar o el bien jugar y no las cartas marcadas, lo que dicte quienes serán los que salgan ganadores de tan importante partida. Porque ahí no se juega con dinero sino con vidas humanas, por lo que, supongo, que convendrá usted conmigo que cuando entran en juego la vida y la miseria de los seres humanos hay que estar ojo avizor con las trampas y, en su caso, acabar con la partida de una buena patada en la mesa.

      En ésas estamos, mi querido Don Infante. Usted y yo habremos tenido diferentes experiencias en lo tocante a cómo le ha ido la feria de la Transición (si le quitamos la ene y la ese, es otro muy distinto su significado) y la posterior democracia. Pero eso es muy natural; no es lo mismo ver los toros desde la barrera que ponerse ante los cuernos de un morlaco que viene a por uno como si fuese de la familia. No quiero decir con esto que usted o yo hayamos estado en la barrera o en la arena sino que es cuestión de perspectiva; de la perspectiva que cada cual tenga desde los diferentes puntos en que se mira el asunto.

      Las tres patas de la democracia a las que usted se refiere, Carrillo, Suárez y el Rey, tienen en común una sola cosa; su diversa longitud y, sobre todo, su fortaleza. ¿Hizo bien Carrillo renunciando a sus convicciones en aras a la convivencia?; eso sería demasiado largo de apreciar para mis cortas entendederas. Habría que tener en cuenta tantas condicionantes que nos llevaría otra vida entera dilucidarlo. Si algo hay que reconocerle a Carrilo es su tino para navegar en aguas borrascosas y capear el temporal en espera de que amaine. ¿Se acuerda usted de Enrico Berlinguer y el Eurocomunismo?. Yo sí. Y digo que no les quedaba otro remedio si pretendían seguir en su puestos. Nadar y guardar la ropa, se llama a esta figura.

      Lo de Suárez fue otra cosa aunque muy parecida. No quiero ni creo ofender a nadie si digo que el llamado "Chuletón de Ávila" timoneó acertadamente (o no) la dichosa transición. Solo que no se me quita de la memoria su juramento de los Principios del Movimiento arrodillado ante un crucifijo. ¿Hizo bien Suárez jurando, para luego traicionar, tales principios?. No lo sé, pero me huele a que hizo exactamente lo mismo que Carrillo; tragarse todos los sapos habidos y por haber con tal de estar en el lugar exacto en el momento propicio. Cosas de la real politik, supongo.

      Ahora vamos con el Rey. Debemos partir desde la base que nuestro actual monarca es genéticamente y para bien o para mal un Borbón. Doblemente Borbón, que no se nos olvide. Por lo que, si me lo permite, pondré en serias dudas eso de que propició y pilotó desde el trono el cambio político. No es precisamente una virtud muy acrisolada por los ascendientes de Don Juan Carlos la fidelidad a unos principios que no sean los de su propia supervivencia. Desde Felipe V, pasando por Carlos IV y su amarrajado (dicho por él mismo) vástago Fernando VII, motejado por la historia como "El Rey Felón", que no me diga usted si no tiene su aquél tratándose de un Borbón, la trayectoria borbónica en España no ha sido muy ejemplar que digamos. Así como tampoco deja de ser sorprendente que un general monárquico hasta las cachas y preceptor de Juan Carlos en su entrenamiento para ser rey de España, encabezase un golpe de estado contra su propio pupilo. Pero, claro, sorpresas te da la vida según Rubén Blades.

      En fin, mi querido Don Infante, que digo yo que debería haber trigo pa todiós y que, si no es así, nada pierden los que no alcanzan ese trigo si arde el trigal.

[Infantedemarina]

Don Corleone, como usted atinadamente advierte, el tirulo del tema, no lo puse por casualidad. Un trípode es estable, si las tres patas están equidistantes, y están separadas por  ángulos iguales.

Lo que esta claro es que con cuatro patas, la democracia, como si fuese un banco,( de los de sentarse, no de los que nos estafan), es mucho mas estable. Y como usted mismo reconoce, la cuarta pata, es la ciudadanía, los ciudadanos, y su representación parlamentaria.

Las apreciaciones de la historia que ambos hemos vivido, son eso apreciaciones, y como tales pueden, y tienen que tener matices diferenciadores. Aún así, es seguro que en nuestras apreciaciones hay muchas  mas coincidencias que diferencias, y que estas, en caso de haberlas nunca serán problemas para entendernos, tolerarnos y convivir en democracia.       

Pero lo que está claro es que en la Democracia que estamos disfrutando, falta la cuarta pata, la de la ciudadanía y su representación parlamentaria.

Lastima que a Suarez, con todo lo que hizo, le faltó tiempo para terminar de asentar la democracia en las cuatro patas que le dieran la estabilidad definitiva, y le faltó, porque los políticos de la época, los propios de la UCD, y los de la oposición, no se lo permitieron.

[Corleone]

       Por supuesto que sí, mi querido Don Infante, por supuestísimo que sí.

       Usted y yo podremos tener todas las diferencias de criterio que queramos, pero siempre coincidiremos en el respeto a las personas. Y, como seres racionales que somos, siempre atenderemos más a las razones que a los empujones.

       Un fuerte abrazo y a ver si jodemos un poco más al Mandril.