Llegó en el mercado de invierno procedente del Glasgow Rangers
Enero de 1.987
El entonces técnico sevillista, el también escocés Jock Wallace, que lo conocía de su etapa en el Queens of the South, requirió su fichaje
En su corta, pero dilatada etapa como sevillista, apenas jugó una veintena de partidos, McMinn no pasó desapercibido.
Su figura desgarbada, piernas largas, medias caídas, cachetes colorados, ese ir y venir continuo, enorme zancada, echandole casta y fuerza a cada lance, llegó a conectar con la afición ganándose la simpatía del respetable.
Aún permanecen en mis retinas un partido jugado en el estadio Ramón de Carranza frente al Cádiz CF donde lo sacaron del campo, literalmente, cosido a patadas.
Su caracter, áspero y agrio, y las continuas lesiones, no le permitieron tener continuidad en el equipo sevillista. Además, una lesión producida practicando
squash y viejas rencillas con la justicia escocesa, hicieron efímera la carrera como sevillista del carismático Ted McMinn
En 1.988 regresa a las islas y ficha por el Derby County donde cosecha quizás su mejor temporada.
Pero a McMinn las lesiones le azotaron.
Una rotura de ligamentos cruzados de la rodilla izquierda le mantuvo apartado de los terrenos de juegos catorce meses y, aunque volviera a jugar, ya no sería lo mismo. Aún así, ya en equipos menores, McMinn colgaría las botas a los 36 años.
Pero la historia de McMinn no termina aquí
En el año 2.005, retirado de toda práctica deportiva, a McMinn le vovlería a dar la cara la mala fortuna.
Una extraña infección incesante derivó en la amputación de su pierna derecha
A los que vimos galopar con la camiseta sevillista a este peculiar futbolista nos impactó la noticia
Mucha suerte Ted
PD Aún conservo una foto que tengo con él siendo el escocés jugador sevillista
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