Lo único bueno que tenía Toño era que iba a aceptar el papel de suplente sin rechistar. En cambio, al Graná va de figura. Ahí está la diferencia.
Eso nos deja a dos gallitos peleando por estar bajo los palos. Y, hablando de gallitos, ¿soportará uno de ellos la tortura del banquillo?. ¿Habrá aprendido Palop las mañas que en su día le hizo Cañizares?. Ojalá me equivoque, pero preveo un problema y de los gordos. Como si ya no tuvieramos bastantes con los pitracos y adiposos que vuelven a nuestra disciplina.
En fin, que éramos pocos en casa y parió la agüela.