A mí me parece de cajón pero, ey, quien paga una entrada tiene todo el derecho a vivir el partido como le dé la gana. Faltaría más.
Indiscutiblemente la gente todavía tiene en la retina fútbol de muchos kilates y eso ha elevado el listón. Lo entiendo. Personalmente, prefiero volver a sentir las cosas al estilo de cuando pasamos contra el PAOK en los 80, o el Olimpiakos en los 90 o el Panathinaikos con Caparrós, que es lo que he vivido toda mi vida como sevillista: pasar una ronda contra un equipo normalito estaba rodeado de épica. Nada se daba por sentado. Y eso no es ser mediocre, eso es adecuar las expectativas al momento en el que estamos. Hay que morder para ganar a cualquier rival, cualquiera. El Rayo, el Maribor o el que sea. Y el que quiera a Caparrós que se vaya acostumbrando porque ése va a ser su mensaje.
Está claro, pero cualquier sevillista debe de pensar en los intereses generales del Sevilla y no en un partido.