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#Alavés vs. S.F.C.
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No es un título pretencioso, no es un título vanidoso.Todo lo contrario, refleja una realidad irrefutable. Somos el Sevilla Fútbol Club, ni más ni menos.Que no es poco, sino mucho.Soy sevillista inconscientemente desde que nací y conscientemente desde 1994. Con este dato se puede deducir que he vivido mi sevillismo a lo largo de los años viendo a un equipo que se arrastraba por campos de la división de plata, que descendió de la máxima categoría mereciéndolo una vez y sin merecerlo la otra, que ascendió a última hora en promoción y también liderando con holgura y tranquilidad.He vivido viendo cómo mi equipo luchaba por mantener la categoria, he vivido cómo mi equipo se metía en puestos UEFA de manera épica con un solitario tanto en la última jornada.Sólo quedaba lo más grande.Y lo viví.No mencionaré la larga y conocida por todos lista de títulos, sólo diré que viví viendo a mi equipo luchar por todo. Por lo máximo.Y de eso hace ahora cuatro años.Entonces mi equipo se subió al carro de los tiunfos, saboreó la miel de los éxitos.Quizá alguien no entienda lo que es el Sevilla Fútbol CLub. Quizá no se lo han explicado o quizá no son capaces de asimilarlo.Que se enteren.Porque yo y miles de sevillistas más no nos hemos cansado, no nos hemos acomodado. Hemos conocido la gloria y no nos da la gana de dejarla atrás. No nos bajaremos del carro, no queremos dejar de saborear exquisitos manjares.Tampoco somos ilusos, no vivimos en ninguna burbuja. Aquí nadie pide cinco títulos en quince meses ni un juego que enamore al mundo. Pedimos lo factible.Desde el atracón de títulos luchamos por un nuevo reto: Mantener un status quo bastante lujoso para lo tiempos que corren. Y exigimos la victoria en esa lucha.Ayer, 20 de septiembre de 2011, escuché palabras de nuestros guerreros que me dolieron. Hasta hace bien poco, para congratularse de obtener un punto en la competición doméstica, tenían que expulsarnos de manera injusta a un par de futbolistas y pese a ello dar una imagen ambiciosa, ganadora.Jamás comulgaré con esa positiva idea después de ofrecer un espectáculo como el último Osasuna - Sevilla.Trabajo, implicación y actitud. Después de aplicar todo eso, valoramos la cosecha. Sin haber aportado esas virtudes, el discurso parece ser el de un Sevilla que no quiero volver a vivir.Aún estoy convencido de que podemos mantenernos, que es más complicado que llegar. Y mientras siga pensando así me hervirá la sangre cuando vea palmaditas en el hombro tras ofrecer una imagen tan mala como la de ayer.El Sevilla jamás fue un equipo pequeño, pero hubo momentos en su historia en los que actuó como tal.Y no quiero que se vuelva a repetir.No me da la gana.Que sepa todo el mundo que somos el Sevilla Fútbol Club.
Mi escrito no va dirigido a una corriente crítica concreta, al contrario.Hay aficionados sevillistas descontentos con Marcelino, con Monchi, con del Nido, con los jugadores o con varios de los mencionados o todos a la vez. No pretendo machacar a ninguno de ellos, para eso están el resto de hilos.Lo que intento es unificar el sentimiento que tenemos muchos sevillistas. Los que vemos a un club que parece perder algo de fuelle en la batalla que llevamos manteniendo desde 2007: Mantenernos.Sin señalar, sin mencionar. Porque si lo hiciera volveríamos a la espiral de siempre.Lo único que pido es que el mensaje de que somos el Sevilla Fútbol Club y tenemos que demostrarlo en el campo, requiere de un muy buen emisor principal y de otros receptores que a su vez tendrán quue emitirlo tal y como les ha llegado.Si el presidente transmite un mensaje de ambición a Monchi, este debe interpretarlo a la perfección y transmitirlo nítidamente al entrenador, que también debe hacer lo mismo con los jugadores.El mensaje ha de ser claro y la comunicación ha de ser óptima.Por una razón principal: El aficionado del Sevilla no se ha cansado, no se ha acomodado.Espero que nadie del club lo haya hecho.Sólo espero eso.
Es que hay que ser de aquí, o haber vivido mucho aquí, para comprender que este equipo de "provincia" no es un equipo de provincia.Aquí, nos importa menos que un pimiento el Mandril y el Farsa. Vomitamos cada telediario cuando asistimos al espectáculo del babeo de los periodistas con las estrellistas y los estrellados, queriendo imponer su marketing lamentable.Y además, en esta acera, no nos hacen gracia las mediocridades. Para mediocridades y payasadas ya están los "manquepierda".El sevillista tiene orgullo. No se deja pisar. Quiere identificarse con su equipo y por eso quiere un equipo "que nunca se rinda" y "que el arte de su fútbol no tenga rival".
Escudé: “Me conformo con lo que estamos viendo”Otra perlita más.
No es un título pretencioso, no es un título vanidoso.Todo lo contrario, refleja una realidad irrefutable. Somos el Sevilla Fútbol Club, ni más ni menos.Que no es poco, sino mucho.Soy sevillista inconscientemente desde que nací y conscientemente desde 1994. Con este dato se puede deducir que he vivido mi sevillismo a lo largo de los años viendo a un equipo que se arrastraba por campos de la división de plata, que descendió de la máxima categoría mereciéndolo una vez y sin merecerlo la otra, que ascendió a última hora en promoción y también liderando con holgura y tranquilidad.He vivido viendo cómo mi equipo luchaba por mantener la categoria, he vivido cómo mi equipo se metía en puestos UEFA de manera épica con un solitario tanto en la última jornada.Sólo quedaba lo más grande.Y lo viví.No mencionaré la larga y conocida por todos lista de títulos, sólo diré que viví viendo a mi equipo luchar por todo. Por lo máximo.Y de eso hace ahora cuatro años.Entonces mi equipo se subió al carro de los triunfos, saboreó la miel de los éxitos.Quizá alguien no entienda lo que es el Sevilla Fútbol Club. Quizá no se lo han explicado o quizá no son capaces de asimilarlo.Que se enteren.Porque yo y miles de sevillistas más no nos hemos cansado, no nos hemos acomodado. Hemos conocido la gloria y no nos da la gana de dejarla atrás. No nos bajaremos del carro, no queremos dejar de saborear exquisitos manjares.Tampoco somos ilusos, no vivimos en ninguna burbuja. Aquí nadie pide cinco títulos en quince meses ni un juego que enamore al mundo. Pedimos lo factible.Desde el atracón de títulos luchamos por un nuevo reto: Mantener un status quo bastante lujoso para lo tiempos que corren. Y exigimos la victoria en esa lucha.Ayer, 20 de septiembre de 2011, escuché palabras de nuestros guerreros que me dolieron. Hasta hace bien poco, para congratularse de obtener un punto en la competición doméstica, tenían que expulsarnos de manera injusta a un par de futbolistas y pese a ello dar una imagen ambiciosa, ganadora.Jamás comulgaré con esa positiva idea después de ofrecer un espectáculo como el último Osasuna - Sevilla.Trabajo, implicación y actitud. Después de aplicar todo eso, valoramos la cosecha. Sin haber aportado esas virtudes, el discurso parece ser el de un Sevilla que no quiero volver a vivir.Aún estoy convencido de que podemos mantenernos, que es más complicado que llegar. Y mientras siga pensando así, me hervirá la sangre cuando vea palmaditas en el hombro tras ofrecer una imagen tan mala como la de ayer.El Sevilla jamás fue un equipo pequeño, pero hubo momentos en su historia en los que actuó como tal.Y no quiero que se vuelva a repetir.No me da la gana.Que sepa todo el mundo que somos el Sevilla Fútbol Club.