Joder la primera vez que tengo noticias de la mujer de Kanoute, bonita entrevista.
FÁTIMA KAMISSOKO KANOUTÉ: "CUANDO LLEGA A CASA, YA NO ES KANOUTÉ, ES FREDDY. A ÉL LE HACE FALTA... Y A NOSOTROS TAMBIÉN"Nombre Completo
Fátima Kamissoko Kanouté. He decidido mantener mi apellido.
¿Novia o esposa?
Esposa de Frederic Kanouté
¿Estudios y/o profesión?
Soy técnico superior en Comercio Internacional, especializada en Márketing. Pero actualmente centro mi trabajo en ‘SABA Belleza Natural’ (
www.sababellezanatural.com), un centro integral de salud y belleza del que soy administradora y que abrió el pasado mes de mayo.
Hábleme algo más de este proyecto. ¿A qué se dedica?
Es un centro dedicado al bienestar en el que tenemos multitud de actividades y tratamientos faciales y corporales, además de clases de yoga, taichi, concina sana… En definitiva, ofrecemos multitud de servicios, incluidos todos aquellos relacionados con la estética, como manicura, pedicura, peluquería… Pero todo de forma y con productos naturales, sin conservantes, colorantes ni nada de eso. Es un centro que invita a la relajación, enfocado hacia la salud, en el que se trata cuerpo y mente. No es un centro de belleza más.
¿Le ha inspirado Sevilla para ponerlo en marcha?
La idea de ponerlo aquí en Sevilla fue, primero, porque en esta ciudad nos sentimos como en casa. De hecho, el último de mis hijos nació aquí y los otros dos tenían 2 y 3 años cuando llegamos, por lo que ahora tienen 8 y 9 y no conocen otro sitio que no sea Sevilla. Es más, hablan con el acento andaluz y han hecho muchísimos amigos aquí. Así que vi natural comenzar un proyecto así en Sevilla, buscando después multiplicarlo en otras ciudades. Pero, por el cariño que le tenemos a esta ciudad, quise que aquí naciese esta idea y el primer centro.
¿Es éste el rincón de Sevilla que más le gusta? ¿O tiene otros favoritos?
El sitio que más me gusta de Sevilla es la Plaza de España. Recuerdo la primera vez que vine para buscar aquí casa desde Londres, Freddy ya estaba viviendo aquí, y me dijo: “te voy a llevar a un sitio impresionante”. Y me llevó a la Plaza de España. Cuando lo vi, me quedé con la aboca abierta. Y cada vez que vienen amigos de fuera, les llevo. También me encanta La Campana, en pleno centro de la ciudad, por el movimiento y la energía que hay. La verdad es que tengo suerte porque, como casi nadie me conoce, me puedo mover por Sevilla como quiero y la conozco bastante bien. No como mi marido.
De hecho, tengo entendido que incluso ha salido a conocer y ver la Semana Santa sevillana…
Sí, el año pasado me invitaron a una oficina desde la que pude ver algunos pasos y también tenía invitaciones para ver la salida de la Virgen de la Macarena, pero no salió porque llovió. De todas formas, tuve la oportunidad de verla de cerca e impresiona. Da igual la religión que practiques, esto está por encima de todo y, la verdad, es que me impresionó mucho.
Una costumbre del Sur que haya adoptado
No es costumbre en sí, pero sí que se me ha pegado el acento. Aunque también me gusta mucho la comida. En cuanto a las fiestas tradicionales, no soy una persona que salga mucho, pero sí que he estado en Feria y Semana Santa sólo por curiosidad. Y otra cosa que me encanta, pero que también la viví en mi país, Mali, es que la gente está en la calle, que te habla, no hace falta que se conozcan. He vivido en Francia, hasta donde me trasladé desde Mali con 9 años, y Londres y eso no lo he vivido allí. Lo he recuperado aquí en Sevilla. La costumbre esa del cariño hacia la gente, la he recuperado aquí porque en Francia y Londres la gente es mucho más fría.
Un hobby al que dedique parte de su tiempo libre
De momento hago yoga y meditación, aunque realmente no tengo mucho tiempo, tengo tres niños también…(ríe)
¿Su mayor virtud?
Pienso que soy bastante compasiva.
¿Y un defecto?
(Ríe) A veces puedo ser muy impulsiva. Estoy tratando de rectificar eso pero… ¡hay momentos en los que me sale sin más!
Un consejo que nunca olvidó
Sí, siempre intento hacerlo y es tratar a los demás como tú quieres que ellos te traten.
¿Algún sueño por cumplir?
Lo he pensado, pero como siempre he estado, primero a expensas de mi padre y, después, de mi marido… Nunca me había planteado nada a largo plazo. Siempre he dependido del trabajo de mi padre o mi esposo. Así que el sueño que tenía es éste, Saba. Tuve que dejar mi vida profesional por mi marido. Su trabajo como futbolista así lo requería. Es más, abrí el negocio pensando que podíamos irnos. Pero llevaba ya diez años atrasándolo, hasta que dije que ni un minuto más. Y lo hice. Lo llevé a cabo. Necesitaba realizarme profesionalmente después de dejar mi trabajo cuando nos mudamos a Londres. Allí, al poco tiempo, tuve mi primer hijo y no tenía a nadie, ni amigos ni familia… Y Londres no es Sevilla. Aquí haces amigos fácilmente y allí te puedes tirar tres años sin conocer a nadie.
El mejor libro que ha leído
Me gustó mucho El Alquimista y este verano leí El Extranjero, de Albert Camus, que me encantó.
¿Es asidua a los gimnasios? Aunque en este caso diríamos que a Saba…
Sí, porque los gimnasios me aburren. Necesito hacer actividades en grupo. He ido sola y me he dicho…”¿qué hago aquí?”. No están hechos para mí.
¿Comer fuera en restaurantes o en casa?
En casa, sin duda. Soy muy hogareña.
Un plato
Arroz.
Una bebida
Agua.
Facebook, Tuenti o Twitter.
Facebook.
¿Una serie de tv?
La verdad es que tengo poco tiempo para ver la televisión, pero reconozco que me enganché a Águila Roja, aunque después dejé de verla por falta de tiempo.
El viaje de sus sueños
Me encantaría ir a China y Australia. He viajado mucho, pero estos dos sitios me parecen fascinantes. Y, por el contrario, he ido a Estados Unidos, de los que todo el mundo habla maravillas, y a mí no me llamó la atención, no me convenció.
¿Es madre?
Sí, dos chicos y una chica. El mayor tiene nueve años, la mediana ocho y el último, que nació aquí, tiene dos.
¿Le gustaría que alguno fuese futbolista?
No tengo preferencia. Si a alguno le gusta, lo apoyaríamos.
¿Lo mejor de la profesión de su pareja?
Viajar, sin duda.
¿Y lo peor?
Que no está mucho en casa. Hay veces que parecemos que estamos solteras, sobre todo en la época fuerte que ha tenido el Sevilla FC y que Freddy compaginaba con la selección de Mali.
Los traslados… ¿enriquecen o dan pereza?
La verdad es que hemos tenido mucha suerte en este aspecto porque sólo nos trasladamos a Londres y, luego, aquí a Sevilla. Él tenía amigos que cada seis meses o cada año iban cambiando. Nosotros estuvimos cinco años en Londres y seis llevamos aquí, por lo que hemos tenido suerte.
¿Ya le gustaba el fútbol antes de conocer a su pareja?
Antes de conocer a mi marido, de fútbol… nada (ríe). Sí que me acuerdo de haber celebrado el triunfo de Francia en la Copa del Mundo. Me dejé llevar. Pero después de aquello, no sigo el fútbol. Es más, nunca había visto jugar a mi marido antes de conocerle. Mis amigos le conocían más que yo. ¡Y todavía ahora me pasa! (ríe). ¡Soy yo la que tiene que preguntar a los amigos dónde juega el fin de semana! Es que, cuando llega a casa, ya no es Kanouté, es Freddy. A él le hace falta y a nosotros, también. Hablamos poco de fútbol en casa, la verdad. Aunque ahora mis hijos son más mayores y ya ven fútbol con él, el pequeño lo practica en el cole… Y yo, a veces, lo veo por televisión cuando juega fuera. Lo que sí vi fueron todas las finales. Eso sí porque han sido partidos muy importantes. Aunque reconozco que soy muy atípica como mujer de futbolista.
¿Suele acudir al estadio cuando se juega en casa?
No, suelo quedarme en casa porque los horarios son muy tardíos y tengo tres hijos a los que levantar temprano para el colegio. Así que prefiero quedarme en casa con ellos.
¿Qué le dice siempre antes de jugar un partido?
Siempre le pregunto… “¿A qué hora vuelves?” (Ríe).
¿El fútbol le ha hecho llorar o emocionarse?
Sí, me emocionaron mucho las copas que se ganaron. Viví aquello en Francia, la Copa del Mundo, pero esto es diferente. Es tu marido y es emocionante verle conseguir cosas en su carrera, cómo lo vivía él y, sobre todo, cómo lo vivía toda Sevilla. Nunca había visto cosa igual. Ha sido aquí donde me he dado cuenta de lo que podía mover el fútbol. Y eso me emociona.
¿Hay amigos dentro del mundo del fútbol?
Sí, sí que los hay. Freddy, por ejemplo, conserva amigos que comenzaron juntos en el fútbol y que luego acabaron jugando en equipos distintos. Existe el mundo del fútbol que la gente piensa, el estilo de mujer de futbolista que se imaginan tipo Victoria Beckham, porque existe, pero después muchas de nosotras somos muy normales. Hasta aburridas, diría yo. Con hijos, trabajo…
¿Un amigo fuera de este mundo?
Muchísimos. Aquí en Sevilla y fuera. De hecho, la mayoría de mis amigos son de fuera del mundo del fútbol, un mundo en el que no estoy muy metida. Es verdad que aparezco poco en público con Freddy, pero porque los actos son normalmente muy tarde y un día sí se puede llamar a una canguro, pero todos no.
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