No se si estara esta entrevista creo que no,me la he encontrado por twitter y la traslado al floro.
http://www.eldiariofenix.com/content/%E2%80%9Cal-real-madrid-le-tengo-mucho-cari%C3%B1o-pero-ojal%C3%A1-sea-el-futuro-entrenador-del-sevilla%E2%80%9D-2“Al Madrid le tengo cariño, pero ojalá mi futuro siga en el Sevilla”
09/04/12
ESPAÑA
José Manuel García-Otero
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Amigo de la alegría, muy por encima de murallas tristes; tipo que te mira a los ojos y aprieta tu mano; gente que habla y hace, pero que también sueña. Futbolista que llevó smoking y un corazón que en su juventud a veces se le desbocó, pero que ahora, justo en la madurez, lo tiene atado en corto. En su vida, Real Madrid es algo más que una palabra: es una vida. Ahora, de entrenador, anda demostrando muy buenas hechuras. Primero en Getafe y ahora en el Sevilla, un club que de su mano ha vuelto a sonreír. Se llama MICHEL y sus bolsillos y el alma los tiene llenos de fútbol.
Durante casi una hora, Michel (porque nadie lo conoce por José Miguel González Martín del Campo) nos ha hablado de fútbol y de vida, del balón y de los amigos, del pasado y de un presente, que quiere enlazar con el futuro. Michel habla sin rubor: “La vida me ha tratado muy bien; he disfrutado del fútbol, tanto como futbolista como de entrenador, que es lo que soy ahora, pero no la entiendo como una profesión, sino como una vocación, y a ella me dedico con intensidad, pero también me dedico a los amigos, a la familia. Mi casa siempre tiene las puertas abiertas”.
Un club como el Sevilla le dio las llaves de su casa a Michel, un personaje que andaba muy lejos de las devociones de los sevillistas. El madrileño, lejos de arredrarse, se echó los prejuicios al hombro y tiró para adelante: “Yo sólo pretendo que me conozcan y a partir de ahí que me valoren. Gordillo, amigo mío y antiguo compañero en el Real Madrid. Todo forma un poco parte de mí. Yo tengo una parte de la gente que me quiere mucho y otra parte de la gente que me quiere menos. Pero hace tiempo que aprendí a debatir: no voy a perder energías con los que no me aceptan, porque es del todo imposible convencerles. Intento meter esa energía positiva a mis amigos y a mi trabajo para reforzar lo que tengo”.
—Una vez salvados los recelos que entrañó su llegada al Sevilla, ahora queda reafirmar su trabajo.
—Yo era centrocampista, y en la vida también me gusta jugar en el centro. No me gusta la euforia; es cierto que estamos jugando bien. Punto. Tampoco estamos jugando como para tirar muchos cohetes; andamos en buen camino, pero todo será insuficiente si llegamos al final y no obtenemos nuestro objetivo. La euforia, lo justito, porque, entre otras cosas, yo me estoy jugando mi futuro.
EL SEVILLA
—Usted ha tomado el timón de un equipo ganador como el Sevilla, que se había metido en una espiral perdedora y, de momento, frenó la caída y le alzó la cresta.
—El Sevilla ha crecido tanto, que creo que muchos sevillistas no se han dado cuenta. Para mí mantenerse es progresar; el Sevilla tuvo un crecimiento impresionante y una consolidación grande, donde en un espacio de varias temporadas se ganó casi todo, competiciones europeas, nacionales… y, de repente, un año se le da medio regular; las cosas se le ponen algo cuesta arriba, no sólo la Champions, sino la Europa League, y todo parecía algo calamitoso. Otros clubes se pegaron el batacazo y descendieron. Pero el Sevilla, no. El Sevilla está ahí. Ese nivel de exigencia que hay aquí en este club me parece bueno. Y me gusta. Eso de que nunca hay que bajar la guardia, me viene muy bien, porque eso me ha pasado toda mi vida. Yo nunca he bajado la guardia; ni en el fútbol, ni en la vida.
—El Sevilla también comienza a jugar bien, a tocarla.
—Hemos invertido mucho tiempo para que los jugadores recobraran su confianza, porque calidad tienen, y mucha. Todo en la vida es igual: la confianza en uno mismo siempre es un elemento sólido para conseguir un objetivo. Hay están Navas, Reyes… pero también están Fazio o Escudé, puntales de una defensa que se decía que no era sólida, y han demostrado su fortaleza. O los porteros. Palop o Javi Varas. Está jugando Palop. Cualquiera que hubiera jugado y lo hubiera hecho muy bien; dejar al otro en el banquillo hace que parezca una injusticia.
—Si el carro anda, quien lleva las riendas se debe sentir más feliz que un bebé con un chupe.
—Imagínese. Pero todo se da porque hay materia prima. Si uno va a picar a una mina y no hay carbón, por mucho que piques… lo hace en balde. Y en el Sevilla hay muchas cosas, y muy buenas, además.
—Como que le gustaría echar raíces en Sevilla…
—Me gustaría mucho, mucho. Pero no puedo ilusionarme y he de centrarme en el trabajo y aparcar los sueños. Yo sé que los resultados son caprichosos, aunque normalmente obedecen. Vamos a ver si esa situación positiva y alza consigue tener un nexo y nosotros podemos seguir aquí. Por mí, encantado.
ENTRENADORES
—Usted ha contado con un ramillete de entrenadores, y todos con una seña de identidad muy distinta. Supongo que unos le habrán marcado más que otros. ¿Se queda con alguien en particular?
—Me quedo con unos cuantos. Por ejemplo, me quedo con Luis Molowny, que era un psicólogo espectacular. Ni él mismo lo sabía. O Antic, que defendía a los suyos como nadie y sabía muy bien manejar el grupo; o los entrenamientos con balón de Leo Beenhakker; o alguien tan cuidadoso con los aspectos tácticos, como lo era Benito Floro; pero también me quedo con alguien que no fue entrenador, pero sí periodista y sabía muchísimo de fútbol, y que a mí, particularmente, me enseñó mucho: José Ángel de la Casa. Sí, el narrador. Con él estuve ocho años en TVE y me enseñó muchas cosas de fútbol, posiblemente más que nadie.
—¿Se arrepiente de muchas cosas?
—Claro. Yo he cometido muchos errores en la vida, y que me han perjudicado mucho. Pero también puedo decirle que mis errores sólo me hicieron daño a mí; nadie más salió perjudicado. Mis fallos no han causado víctimas colaterales y, por el contrario, me han ayudado a crecer como persona.
—Futbolista de postín en un equipo de los grandes, internacional en numerosas ocasiones; imagen de triunfador. ¿Toco techo como persona?
—Una persona no tiene techo y yo soy de los que aprenden siempre algo. Soy un tío inquieto y me levanto todos los días de la cama con afán de aprender algo nuevo. Yo quiero ser cada día mejor; de lo contrario, no me siento bien conmigo. Soy un trabajador nato, que siempre trata de superarse; de esos que siempre se llevan el trabajo a casa y están convencidos de que el movimiento se demuestra andando.
—¿Cuándo dejó el Real Madrid, notó que se le acababa el mundo?
—No, fiché por el Celaya, en México. Fue un cambio muy grande, pero me sirvió de mucho. Jugué al fútbol en otro nivel, bajé unos cuantos escalones, pero aprendí mucho. Y crecí como persona. Antes, entre viajes y concentraciones, estaba muchos días alejado de casa y de la familia; en México fue diferente; estaba todo el día en casa, disfruté también de mi familia. Y logré hacer más goles que nunca: 14, nada menos. Sólo estuve un año, y decidí regresar y retirarme. El Celaya, club del que guardo un grato recuerdo, me propuso seguir como entrenador y jugador, pero ya queríamos regresar.
—¿Ya está harto de escuchar de que será el futuro entrenador del Real Madrid?
—Ante eso no puedo decir nada, sólo sonreír. Claro que le tengo cariño al Real Madrid, por favor. Pero soy el entrenador del Sevilla y ojalá sea el futuro entrenador de este equipo.
—Ahora hay dos Ligas: las de los Grandes y la de los Otros. ¿Ve esa diferencia?
—Por supuesto que la veo y a nosotros no nos queda más remedio que rebelarnos. Esa diferencia no es buena para nadie y a la larga resultará perjudicial.
—¿Cómo ve a José Mourinho?
—Como entrenador del Real Madrid. Él tiene cosas que me gustan, lo mismo que Pep Guardiola. Son dos grandes entrenadores. Pero me gustaría ver a ambos con plantillas de menos enjundia y nivel, como también me gustaría ver a otros buenos entrenadores que hay en España, manejando a grupos como el Real Madrid y Barcelona.
—¿Quién es la mejor selección del mundo?
—La española. El fútbol de España está viviendo sus mejores momentos y ahí están los resultados. A niveles de selección, pero también con clubes, y no sólo por el Real Madrid o el Barcelona; en la Europa League, de cuatro equipos en las semifinales, tres son españoles.
—¿Qué nos puede decir del fútbol en América?
—El chileno es el que más me ha sorprendido y el que más ha evolucionado. Tiene jugadores de un gran nivel y como selección me gusta. Luego está Uruguay, con una selección muy competitiva, como se vio en la última Copa América. Argentina se ha estancado; a Brasil no lo identifico.