Como cualquier aficionado de esta bendita ciudad, cada vez que se aproxima un derby, me corre por las venas una sangre algo especial. Además, los recuerdos imborrables que retiene mi memoria sevillista son numerosos y alguno de ellos quiero compartirlos con vosotros en un día como hoy en el que a las 21:30 h se va a disputar un nuevo Sevilla-Betis en el Ramón Sánchez Pizjuán. Además, creo que hay que saber diferenciar entre los localismos, la liga particular y lo que es un partido de derby.
Así pues, estoy convencido de que recordaréis con nostalgia muchas vivencias como las que os voy a narrar aquí. Algunos, seguros que tenéis más y que os agradecería que me las dejárais en el apartado de "escribe tu comentario" que se encuentra al final de este post.
Recuerdo como algo especial los trofeos ciudad de Sevilla que se disputaban en el mes de agosto allá por los años 80. Cada pretemporada veraniega se celebraba en un estadio y al año siguiente en el otro. Sigue siendo una verdadera pena que se haya perdido una preciosa costumbre.
Recuerdo imborrable siempre será aquel 30 de enero de 1988 en el que fue el primer derby televisado y que ofreció Canal Sur. Se disputaba en el Benito Villamarín y roba el Sevilla una pelota en el centro del campo. Ramón Vázquez (ahora en la secretaría técnica del club) centra para que el balón llegue a Francisco López Alfaro y con un simple amago imita al coronel Tejero con aquello de "todos al suelo", cayendo rotos portero y defensores béticos. Glorioso 0-1 que jamás olvidaré.
Tampoco se puede olvidar en días como el de hoy aquel 2 de marzo de 1991. Pepe Mel, ahora entrenador del Betis, consiguió el gol más rápido de la historia de un derby. En el primer minuto hacía el 0-1 en el marcador y lo celebraba como un poseso. En la primera mitad, el equipo entrenado por Vicente Cantatore y que atacaba con Nacho Conte, Kiki Carvajal y Toni Polster volteó el marcador hasta un 3-2 definitivo en el que el uruguayo Perdomo (jugador bético recién aterrizado en Sevilla), anotó un buen gol de libre directo y no se le recuerda nada más en esta ciudad.
Nunca puedes dar un derby por ganado o por perdido, ni tan siquiera si vas venciendo por 3-1 en el minuto 90. Temporada 1996-1997. Que se lo recuerden a algunos si es verdad o no. El triste año que Camacho coge las riendas del club y que termina entrenándolo Julián Rubio y que descendería a segunda división tras haber logrado el año anterior evitar el descenso administrativo. Algunas criaturitas ya celebraban el triunfo en el minuto 90 cuando primero Salva Ballesta y luego Jesús Galván (ahora ayudante y mano derecha de Ramón Tejada en el Sevilla Atlético), hacían en el descuento que el "electrónico" pasara de un 3-1 a un 3-3.
No se puede olvidar lo que es un derby y menos aún subestimar al rival. En la temporada 1999-2000 el Sevilla FC con Marcos Alonso como entrenador marchaba último clasificado en la séptima u octava jornada. Al Betis lo entrenaba un tal Carlos Timoteo Griguol, maestro y no sé cuantas cosas más en Argentina. El Sevilla FC terminó descendiendo ese mismo año, pero ese encuentro lo ganó por 3-0 en el Sánchez Pizjuán comandados por el gran Vassilis Tsartas y escoltado por Loren y Juan Carlos.
Un derby siempre es inolvidable, sea en primera o en segunda división. Corría la temporada 2000-2001, primera de Joaquín Caparrós al frente del Sevilla como entrenador. Eran las doce de la mañana y Canal Plus retransmitía el encuentro. Expulsan a Pablo Alfaro en la segunda mitad. A continuación marca el Betis, y aparece un tal Nico Olivera para certificar un apoteósico 1-3, en el que también le lanzaron una vara que se encargó de recoger y correr varios metros con ella por el césped.
Con Joaquín Caparrós en el banquillo, he disfrutado en los partidos de rivalidad tanto o más que un niño con zapatos nuevos. El entonces dueño del Betis y que ahora aún tiene recurridas las acciones, negó la entrada a la afición sevillista como tal. Su objetivo, sin mala leche ni nada por el estilo, es que no hubiese un solo sevillista en el estadio. Muchos entraron como "infiltrados" en diversas partes del estadio, pero nunca como grupo. Por contra, la grada de Preferencia del Sánchez Pizjuán se llenó para presenciar el partido con pantallas gigantes. Y apareció Antoñito en la segunda mitad para "repartir el bacalao" en el área bética y ceder a Marcos Vales el 0-1 definitivo del partido. De apoteósico a orgásmico, por el simple hecho del odio y la rabia contenida que teníamos todos los sevillistas.
También con Joaquín Caparrós y Antoñito (vaya célebre pareja para un derby), hay que recordar el empate a dos goles logrado en casa. EL Betis llevaba una larga racha sin ganar un derby en Nervión. Cuando parecía que lo iba a conseguir, apareció Antoñito con un giro de su "esbelta" cintura para poner el balón imposible a Contreras. En ese mismo encuentro, José Antonio Reyes, cuando desbordaba y tenía velocidad y muchas ganas de comerse el mundo, logró el tanto que habría el marcador.
Al Betis le hemos ganado hasta con nueve futbolistas y con Juande Ramos como entrenador en el banquillo sevillista si no recuerdo mal. Aquel tipo que decía ser delantero (Dani), cuyo hito más importante fue hacerle un gol "ar Cherzi" y que negó su palabra a Javi Navarro hasta que ganase un título (la que habrá tragado el muchacho viéndolo levantar uno, dos, tres, cuatro, cinco y hasta seis entorchados, tanto nacionales como europeos, "poresito er chaval"), como os decía, aquel "shico" provocó la expulsión de Javi Navarro, pero no se acordó que el Sevilla es muy grande y que hasta Pep Martí (ahora en el Mallorca) es capaz de lanzar una falta y provocar el penalty de Joaquín (ahora en el Málaga). Lo anotó Enzo Maresca. Celebró ingenuamente el 1-0, lo expulsaron y el Sevilla terminó el partido con nueve futbolistas pero lo ganó. Casta, orgullo, jugadores que lo vivían y que estaban bien dirigidos desde la parcela técnica.
Hasta perdiendo un derby ha sido grande el Sevilla, representado en la figura del siempre añorado Frederic Kanouté. Le daba exactamente igual que le pegaran un botellazo a su entrenador o que su Sevilla perdiera un derby. Era tan grande que perdiendo en el Sánchez Pizjuán por 0-2, le dio al mejor futbolista de la historia del Sevilla por anotar el 1-2, a falta de cuatro jornadas para que terminase el campeonato. Pues bien, ese gol hizo a la postre que el Betis bajase a segunda división pues le fue insuficiente el empata a uno en la jornada final ante el Valladolid. Frederic Kanouté fue grande hasta para eso. Nos dio seis títulos como parte muy activa. Disputó ocho finales. Fue, es y será una persona muy comprometida en obras sociales. Pero fue tan grande que tuvo la facultad de hacer felices a muchos sevillistas incluso perdiendo un derby.
Esto es una parte de mis recuerdos cada vez que se aproxima un derby. No hemos hablado de la victoria por 1-3 cuando Job (antes en el Español) adelantaba a los verdiblancos y Ramón Vázquez y Choya hacían el 1-3 definitivo. Tampoco he hecho referencia a aquel derby televisado por Canal Plus con 0-3 en el marcador en el que Juan Martagón (actual delegado del primer equipo) metió un zambobazo por la escuadra que aún no se lo cree ni él y endulzaba una victoria que se habían encargado de preparar anteriormente Iván Zamorano y Davor Suker. Ni tan siquiera he citado al exquisito delantero croata en aquel derby celebrado en el Sánchez Pizjuán en los años 90 y que venció el Sevilla por uno a cero con gol de Suker CON LA DERECHA.
Pues si tienes algún recuerdo más o alguna vivencia, te agradecería que la dejases en el apartado de comentarios.
Mucha suerte para esta noche. Que gane el Sevilla FC y que no haya incidentes y que los padres puedan disfrutar con sus hijos, que al fin y al cabo, serán los que a la postre sigan relatando estas vivencias en un futuro.
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