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#Alavés vs. S.F.C.
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Partido clásico del Sevilla fuera de casa contra equipos menores. Feo, un aburrimiento. Lo vimos contra el Maribor, casi todos los de la liguilla del año pasado, con Kanouté y compañía... Son partidos que pocos cogen con ganas, incluso los aficionados. Y más cuando empiezas y ves que el rival entra fuerte. En ese momento intentas evitar golpes que te pueden dejar fuera algunos meses por arriesgar en un partido en el que no te juegas tanto. Porque actitud ha habido. Más allá de las limitaciones de cada jugador, se ha visto un Reyes implicado, un Aspas con mucha movilidad, un Vidal incluso acelerado, unos Iborra y Krychowiak bastante participativos... Luego Reyes, con más experiencia que nadie, ve como le meten un par de viajes que le dejan tocado, y es normal que baje la marcha. No sé si soy el único, pero a Kolo sigo viéndole mucha proyección. Incluso para jugar de central. Tiene buen toque de balón y es muy rápido, además, parece que va bien de cabeza. Fallos va a tener, pero por lo general, rendirá a un buen nivel. Lo que no veo es lo de Banega. Tan adelantado como lo ha hecho hoy, se pierde y en realidad juegas con un tío menos. No por falta de actitud, sino porque está perdido. Esto era un trámite. Seguro que en Lieja y Rótterdam, con campos más vistosos y equipos menos pegajosos, se ve un mejor Sevilla.
Unai lleva tiempo de sobra en el Sevilla para que conozcamos perfectamente sus -muchas- virtudes y sus -algunos- defectos.Su fe en que las rotaciones en el once son vitales para mantener al vestuario entero enchufado y rindiendo al 100% hasta el final es -así lo creo yo- una de sus grandes virtudes.Pero igual que lo de que no hay mal que por bien no venga es una mentira piadosa como un piano, decir que el rotar del plantel es una virtud gorda así sin más también lo es. Porque para afirmar categóricamente que las rotaciones en el once son mano de santo habría que añadir tantas cláusulas y tanta letra pequeña a la aseveración que lo de rotar apenas seguiría siendo una herramienta indiscutiblemente rentable y poderosa en una docena de clubes en Europa.¿Por qué? Pues por la perogrullada de que cambiar a Vitolo por Reyes, a Aléix por Deulo o a Banega por Denís no es una rotación de futbolistas, es un cambio de futbolistas. Para que una rotación de jugadores sólo sume en positivo al rendimiento de un equipo -sin cambiar nada en el plano táctico- deberíamos cambiar a un jugador por su clon sustituto. Todo lo que no sea eso es cambiar los ingredientes de la Coca Cola por los de la Casera de limón.Y éste es, en mi humilde opinión, uno de los defectos más sonoros de Unai. Para Unai es tan innegociable y tan evidentemente imprescindible el rotar al equipo que se pasa por los cojones en demasiadas ocasiones el riesgo -o la locura- que entrañan sus rotaciones. Y al jugar con fuego te puedes escapar de las quemaduras hasta siete, ocho o nueve veces de cada diez que juegues; pero que te vas a quemar es matemático.El primer tercio de campeonato del año pasado fue para mí paradigmático como ejemplo de la obsesión de Unai por los cambios locos y frontalmente en contra de la máxima de "lo que funciona no se toca". Esta temporada ya hemos asistido a dos esperpentos muy directamente relacionados con los peligros de valorar las virtudes del rotar por encima de los riesgos que la rotación lleva.Para mí, en mi humilde y niputaideística opinión, aún a pesar de que el año pasado terminó de una manera tan feliz y exitosa -con lo que eso dice a favor de todo el trabajo de Unai, rotaciones incluidas-, a Unai se le va bastante la pinza en este plano. Pero hay que asumir que nadie ni nada es perfecto, empezando por Unai y terminando por el plantel que han puesto a sus órdenes. Y sobre todo no hay que olvidar que el cómputo general del rendimiento del trabajo de Unai es sobresaliente, a día de hoy. Así que tampoco creo que debamos sacar los cuchillos por los dos últimos partidos, ni muchísimo menos.En resumen, por mi parte y a día de hoy, por sus demostrados grandísimas virtudes y pequeños defectos, confianza y apoyo al 150% para Unai Emery. Sin que eso signifique que considere al vasco un dios que nunca se equivoca y que es capaz de convertir al Cóker en Alves.
`¡Joé, qué tío!. ¿Qué ha desayunao usté, Don Morty?. Porque me gustaría probarlo, pero por lo visto solo lo comparte usté con Don Masala y a los demás que nos vayan dando. Carbonazos y abusones; eso es lo que seis ustedes-vosotros dos.
Me parece que demasiado hace Unai con el equipo que tenemos. A ver si ahora Banega de mediocentro hubiera partido la pana, defendido como Iborra y dado 5 asistencias. Si no las da de medapunta, ya me dirás si las va a dar de mediocentro. El problema de Banega no es la posición, el problema es que no da un pase bien, que no elije las mejores opciones para dar fluidez al juego y no está para nada.Está claro que no es su posición la medapunta, pero algo se le tendría que ver cuando baja un poco a recibir. Y nada de nada.
El año pasado se criticaba que fuera tan ofensivo y que no usara un doble pivote defensivo. Este año se le critica que es defensivo y que siempre usa un doble pivote defensivo. La vida sigue igual.
Con Emegui, a guierro.