Unai EMERY

[Corleone]

       Como lo prometido es deuda, ----mierda, según Don Marihuano Trajoy----, aquístoy dispuesto una vez más a darsus la tabarra.

       Hay locos geniales, locos estúpidos, locos mamarrachos, .../..., locos de atar y locos maniáticos del fúrgol. Pues bien, nuestro Unai, (tras la machada/machacada a las creaturitas y el churrazo a los cantamañanas de la desaprensiva prensa hispalense, el ondarribitarra es ya uno di noi)), decía yo que nuestro Unai podría encasillarse en cualquiera de las categorías de majaretas anteriormente enumeradas. Porque nuestro gesticulante y disléxico entrenata está como un esquilón al que, a veces, le falta el badajo.

       Una vez dejado claro este punto, hay que decir que la fortuna es parte no poco importante en éste bello ex-deporte devenido en espectáculo al que llamamos fúrgol. Y anoche la diosa Fortuna se abrió de piernas para Unai y, por tanto, para el Sevilla FC y para el sevillismo. Tal diosa es un putón desorejao (Zeus se la beneficiaba a destajo) que se ha meado sobre nuestras cabezas una y otra vez; ya iba siendo hora de que fuese propicia a quienes tanto hemos confiado en ella.

       Así, anoche asistimos a un indefinible espectáculo en el que confluyeron el acierto de nuestros chavalotes (¡coño, hasta el Cócker pareció bueno!) y la debàcle mandrilista que tanto gozo ha dejado en el espíritu sevillista. Hubo momentos en que, si se miraba a nuestro banquillo, se podía ver como una nubecilla incorpórea el espíritu de Don Joaquín Caparrós. Porque, no nos engañemos, anoche ganamos al 'caparrosiano' modo; nuestros chavales pegando bocaos a tó bicho viviente vestío de azul; con más huevos que la Granja 'Las Beatas' de Utrera; dando fuerte en los aparejos mandrilistas ca vez que podíamos o nos dejaban; con una defensa seria en la que los laterales se limitaron a ser laterales y que propició que los centrales no tuviesen que salir de su cueva para cubrir espacios; dos medios centro, ----aquí debo hacer un inciso; los tres primeros balones que tocó M'Bia se los entregó al contrario y a mí me entraron las siete cosas----, decía que dos medios centro que pelearon como jabatos; un Reyes que se meó en Marcelo ca vez que le salió de sus utreranos aparejos; un Marin que gastó casi todo su juego en fuegos artificiales y pasó olímpicamente de defender; y... algo indescriptible, mis queridos floreros. Algo indescriptible que intentaré describir aunque mis ojillos pirris estén aun deslumbrados. Ahí voy...

       El rubio croata pinomontanero que, literalmente, se jiñó encima del Mandril y dejó en ridículo al carnicero Pepe. Habrá que gastar mucho cuidao en el próximo partido contra los palurdos mesetarios pues este criminal con botas de tacos es muy capaz de vengarse por haberles casi echado de la lucha por la liga y, sobre todo, por haber dejado en evidencia que, si ése fulano no jugase en el Mandril, sería carne de presidio por tener las malas intenciones de un marrajo y los cuernos más reliaos que un carnero semental. Opino que no es a Iván al que hay que hacerle la rosca pa que se quede; yo iría a hacérsela a su parienta y a su suegra pa que le convenzan de que en ningún sitio se va a sentir tan a gusto como en Sevilla. Con su Sevilla y con el sevillismo.

       Y Bacca. ¡Qué manera de porculear a los centrales mandrilistas y buscarle las cosquillas a Xabi Alonso!. Hasta alcanzó a hacerle alguna de las suyas al feísimo (Don Caenas, aproveche usté y copie esa jeta pa mangos de sus paraguas) Modric. Dejó en evidencia a ambos centrales en el primer gol y en el segundo se meó y se jiñó directamente sobre las cachas de ambos recogiendo un sublime servicio del rubio. ¡Quién lo hubiera dicho cuando vino con esa cara de sicario del narco que se gasta el bueno de Carlitos, ¿verdá?!.

       Con toda esta tabarra he querido decir, a veces sin conseguirlo por mi atrabiliaria forma de redactar, que Emery ha tardado en darse cuenta (nunca es tarde si la picha es buena) de que la plantilla del Sevilla FC no está hecha para jugar llevando el peso del partido, uséase; Barça estáil, sino para un 1-4-2-3-1 con los laterales subiendo cuando puedan y no cuando quieran. Y mejor que mejor si no suben nunca. ¿Estamos?.

[chorrojumo]

Nadie es perfecto. Pero cuando se vive una racha como la que vivimos y disfrutamos nosotros ahora, las imperfecciones pasan a ser excentrícas irregularidades que realzan la belleza de lo que las rodea. Lo que, traducido al lenguaje guarro, golfo y tarado de éste mi floro, significa que a ninguno se nos ocurriría ponerle pegas a los dedos de los pies de ninguno de los pibones que el arcángel SNM nos trae cada día.

Felicidades a Don Unai. Felicidades a su equipo, nuestro equipo. Mil gracias. Y que dure. Que esto dure siglos, por favor.

Ole la sabiduria hecha prosa.

Carpe diem.

A joyas floreras ya.

[Corleone]

       Por favó, díganme vuecedes ande coños anda el hilo para criticá al cuerpo técnico y a la plantilla. Ando más perdío que ladilla en espejo.

[Davor Suker]

El tema Marin es más sencillo.

Si quieres a Marin enchufado de aquí a final de temporada tienes que hacerlo sentir importante. Y eso pasa por que jugase ayer.

Así lo veo yo también.

[Corleone]

        Don Chumbo y Don Davor; ¿quiere eso decir que, amén del sueldazo que debe cobrar el enanillo sietemesino, hay que hacerle la rosca y llamarle guaperas?.

        ¿O es que somos tan olvidadizos que ya no nos acordamos de sus 'burradas' y borradas de todo que le hemos aguantado?.

        Nadie duda aquí de su calidad; aquí, yo al menos, se duda de su profesionalidad y de su implicación para tratar de ayudar al equipo. Porque, en esto del fúrgol, la calidad no basta por si misma; hay otros componentes (la intensidad y la vergüenza torera, entre otras) que cuentan tanto o más que la pñretendida y algunas veces demostrada calidad del germano-croata. Sírvale de ejemplo el otro croata sublime que, para nuestro gozo, tenemos en el equipo.

       Porque si hablamos de calidad, nuestro gitanito utrerano tiene tanta o más que él y ayer nos dio un magnífico ejemplo de implicación mientras que le duró el combustible.

[Chumbaispil]

        Don Chumbo y Don Davor; ¿quiere eso decir que, amén del sueldazo que debe cobrar el enanillo sietemesino, hay que hacerle la rosca y llamarle guaperas?.

        ¿O es que somos tan olvidadizos que ya no nos acordamos de sus 'burradas' y borradas de todo que le hemos aguantado?.

        Nadie duda aquí de su calidad; aquí, yo al menos, se duda de su profesionalidad y de su implicación para tratar de ayudar al equipo. Porque, en esto del fúrgol, la calidad no basta por si misma; hay otros componentes (la intensidad y la vergüenza torera, entre otras) que cuentan tanto o más que la pñretendida y algunas veces demostrada calidad del germano-croata. Sírvale de ejemplo el otro croata sublime que, para nuestro gozo, tenemos en el equipo.

       Porque si hablamos de calidad, nuestro gitanito utrerano tiene tanta o más que él y ayer nos dio un magnífico ejemplo de implicación mientras que le duró el combustible.

Eso quiere decir que balones como el del segundo gol en Ca Benita en medio campo que acaban con un jugador como N'Diaye loco perdido y que te dan el empate en la eliminatoria cuando el equipo flaquea "sólo" hay tres en el equipo capaces de jugarlos así, Ivan, Jose Antonio y Marko. Y conviene tenerlos enchufados a los 3. Los dos primeros ya lo están.

Pues a tener al tercero. Porque eso, es un cheque al portador. Porque Marko Marin, como los otros dos, es un jugador estratosférico. Si quiere, claro.

[Davor Suker]

        Don Chumbo y Don Davor; ¿quiere eso decir que, amén del sueldazo que debe cobrar el enanillo sietemesino, hay que hacerle la rosca y llamarle guaperas?.

        ¿O es que somos tan olvidadizos que ya no nos acordamos de sus 'burradas' y borradas de todo que le hemos aguantado?.

        Nadie duda aquí de su calidad; aquí, yo al menos, se duda de su profesionalidad y de su implicación para tratar de ayudar al equipo. Porque, en esto del fúrgol, la calidad no basta por si misma; hay otros componentes (la intensidad y la vergüenza torera, entre otras) que cuentan tanto o más que la pñretendida y algunas veces demostrada calidad del germano-croata. Sírvale de ejemplo el otro croata sublime que, para nuestro gozo, tenemos en el equipo.

       Porque si hablamos de calidad, nuestro gitanito utrerano tiene tanta o más que él y ayer nos dio un magnífico ejemplo de implicación mientras que le duró el combustible.

Ayer mostró intensidad y trabajo defensivo. Y en ataque no aportó menos de lo que haría Vitolo.

Cada vez está trabajando más en general y eso yo se lo agradezco porque no es un jugador que se caracterice por eso. Lo que muestra su implicación con el equipo.

[Corleone]

Eso quiere decir que balones como el del segundo gol en Ca Benita en medio campo que acaban con un jugador como N'Diaye loco perdido y que te dan el empate en la eliminatoria cuando el equipo flaquea "sólo" hay tres en el equipo capaces de jugarlos así, Ivan, Jose Antonio y Marko. Y conviene tenerlos enchufados a los 3. Los dos primeros ya lo están.

Pues a tener al tercero. Porque eso, es un cheque al portador. Porque Marko Marin, como los otros dos, es un jugador estratosférico. Si quiere, claro.

     Claro Don Chumbo, claro.

     Pero debemos gastarnos cuidiao en no confundir deseo con realidad. Y la realidad es la que es; Rakitic siempre (o casi siempre) está enchufao y el gitanito cada día está más fino e implicado.

     Si Marko se comprometiese con el Sevilla como hacen los otros dos, tendríamos una tripleta de volantes medias puntas capaces de dar un disgusto al más pintao. Pero me da a mí que Marko es más proclive a acomodarse que Iván y José Antonio.

     La pregunta es; ¿merece la pena hacer un gran esfuerzo económico a riesgo de que Marko se 'nos tire a la Bartola' una vez conseguido un contrato por tres o más años?.

[Chumbaispil]

     Claro Don Chumbo, claro.

     Pero debemos gastarnos cuidiao en no confundir deseo con realidad. Y la realidad es la que es; Rakitic siempre (o casi siempre) está enchufao y el gitanito cada día está más fino e implicado.

     Si Marko se comprometiese con el Sevilla como hacen los otros dos, tendríamos una tripleta de volantes medias puntas capaces de dar un disgusto al más pintao. Pero me da a mí que Marko es más proclive a acomodarse que Iván y José Antonio.

     La pregunta es; ¿merece la pena hacer un gran esfuerzo económico a riesgo de que Marko se 'nos tire a la Bartola' una vez conseguido un contrato por tres o más años?.

Habrá que ver su rendimiento de aquí a final de temporada.

Ese riesgo lo tienes con casi cualquier jugador. El propio Reyes no es precisamente un ejemplo de profesionalidad. Se acomoda, y mucho.

No es fácil la decisión. Supongo que la continuidad de Unai e Ivan es la clave.

[sebastgc]

Pues yo no cambio mi opinión sobre Unai. No es cabezonería ni orgullo. Yo creo que Unai, y siempre lo he dicho, tiene cosas buenas en el sentido de que sabe controlar de fábula la presión, los entornos complicados, las críticas, sabe gestionar las plantillas y soportar la ida y venida de jugadores. Y eso para este Sevilla es fundamental, es cierto. Probablemente los anteriores entrenadores podrían ser mejores que él pero el equipo se les cayó sin poder levantarlo porque en lo comentado no valían.

Pero Unai se ha equivocado muchas veces, sobre todo, cambiando de tácticas, criterios, sistemas y jugadores a cada partido. No sabiendo leer muchos partidos ni manejar los cambios y empecinándose con meter a presión a algún que otro jugador.

No obstante, la realidad es que a día de hoy, no ayer y ojalá que si mañana, Emery ha enderezado el rumbo, está consiguiendo unos resultados excelentes y vivimos instalados en la ilusión.

No soy de la cuerda de Unai, creo que su papel es mejorable y no doy mi brazo a torcer, pero el mundo no se acaba en mi opinión y como está la cosa ahora, comprendo su renovación. Aunque bien haríamos en esperar a ver como acaba la película.

[Corleone]

Pues yo no cambio mi opinión sobre Unai. No es cabezonería ni orgullo. Yo creo que Unai, y siempre lo he dicho, tiene cosas buenas en el sentido de que sabe controlar de fábula la presión, los entornos complicados, las críticas, sabe gestionar las plantillas y soportar la ida y venida de jugadores. Y eso para este Sevilla es fundamental, es cierto. Probablemente los anteriores entrenadores podrían ser mejores que él pero el equipo se les cayó sin poder levantarlo porque en lo comentado no valían.

Pero Unai se ha equivocado muchas veces, sobre todo, cambiando de tácticas, criterios, sistemas y jugadores a cada partido. No sabiendo leer muchos partidos ni manejar los cambios y empecinándose con meter a presión a algún que otro jugador.

No obstante, la realidad es que a día de hoy, no ayer y ojalá que si mañana, Emery ha enderezado el rumbo, está consiguiendo unos resultados excelentes y vivimos instalados en la ilusión.

No soy de la cuerda de Unai, creo que su papel es mejorable y no doy mi brazo a torcer, pero el mundo no se acaba en mi opinión y como está la cosa ahora, comprendo su renovación. Aunque bien haríamos en esperar a ver como acaba la película.

       ¡Coño Don Sebas!. Pues menos mal que 'solo' se ha equivocado "cambiando de tácticas, criterios, sistemas y jugadores a cada partido", porque en caso contrario tendríamos que felicitarle por haber derribado todos los bolos excepto nueve.

       Me cae bien el ondarribitarra. Tiene su 'aquél' el muy joío porculo. Y encima parece que le ha cogío el tranquillo a la plantilla. Pero creo que en el banquillo debería tener a alguien sentao detrás que le diese de collejas cada vez que se da un garbeo por las ubetenses colinas, confunde el culo con las témporas y nos deja sin el santo y la limosna.

      Como usté bien dice, habrá que espera al final de la 'pinícula'. Si el muchacho se casa con la muchacha, muere el malo y el público queda contento habrá que decir que si non é vero, é ben trovato.

      ¡Undivé nos ilumine y ayude!.

[Keyfas]

Anoche, después del partido, estuve oyendo la SER para disfrutar de los comentarios del Floren y, sobretodo, de Manolo Aguilar.

Conectaron con la rueda de prensa que estaba dando el cuqui del Burrai, me tuve que reír por no llorar. A pregunta de Manolito sobre el cambio que había dado el equipo de principios de Liga al momento actual ¿ sabéis la respuesta del carajote este cual fue ? Que el equipo había aprendido a competir .

Es decir, según Burrai, los jugadores que tenemos no eran competitivos y gracias a él ahora lo son, tócate los guevos campeón.

¿ Y digo yo, no será que ahora el equipo defiende mejor y que no siempre se tiene que jugar de la manera tan alocada como él lo hacia, metiendo a los laterales tan arriba, acumulando cantidad de efectivos en zona de ataque y pocos a la hora de defender, al margen de los errores en los cambios que solía cometer ? No, ese no es el motivo de nuestra mejora por lo que se ve, es porque el equipo ha aprendido a competir

Después estuvo comentando con Florencio  esa respuesta y no se partió el nardo de risa por ser un profesional de la información. Pero pausa y por aquí te quiero ver si que la tuvo  

Si, Ángel, el equipo ha aprendido a competir. Muchos ya lo veníamos advirtiendo desde verano, que a este equipo le iba a costar algunos meses aprender algo tan aparentemente sencillo -y en la práctica tan complicado- como aprender a ganar partidos. Y si, en este punto la figura del entrenador cobra una importancia capital.

Muchos cambios en el equipo, la marcha de pesos pesados, muchos jugadores nuevos -y la mayoría de ellos muy jóvenes-, ¿no te parecen motivos suficientes para esperar cierta inmadurez en nuestro equipo? Partidos como el del Levante aquí, el de Málaga, el del Racing o incluso la ida con las vecinas tuvieron un denominador común: la falta de personalidad, la falta de competitividad.

Hacía falta dar un paso hacia delante, que los jugadores se lo creyeran, que fueran todos a una. Y eso se consigue con el tiempo y con el respaldo que te dan los resultados y ciertas situaciones concretas que marcan, en ocasiones, el devenir de una temporada e incluso de un proyecto deportivo completo.

Me viene inmediatamente a la cabeza el partido de vuelta contra el Lille, en octavos de final de la uefa de Eindhoven. Con resultado adverso en Francia, con un rival que fue bastante superior en la ida, y con el maldito mal endémico de que el Sevilla en las grandes citas se viene abajo y falla. La eliminación de los franceses nos hizo creer que esta vez si, que esta vez éramos capaces, que pese a que el equipo había ofrecido muchas dudas en Liga y en Copa del Rey ese año, esta vez no se nos escapaban. Los partidos siguientes de Liga los empatamos con el Mallorca, ganamos en el Calderón y volvimos a ganar contra el Valencia en casa. Y en la siguiente ronda, vapuleamos al Zenit en el partido de ida.

Quiero decir que el fútbol bebe mucho del estado de ánimo, y que los grupos deportivos necesitan cierto grado de compenetración, de afinidad, de ir a por un mismo objetivo, todos juntos y sin fisuras. ¿Alguien se imagina al grupo de estos últimos dos años en esta misma situación de euforia colectiva? No, no, claro que no. Y no digo que esto sea responsabilidad exclusiva de Emery, porque me da que muchos jugadores han dado un paso adelante en este sentido y se han decidido, por fin, a competir, pero creo que la figura del entrenador si que tiene un papel relevante en todo esto. Del mismo modo que tiene un papel relevante quiénes son los capitanes de este equipo y por qué.

El fútbol no es solo táctica, jugadores y pizarra. El fútbol implica aspectos emocionales, circunstancias y momentos. Me parece increíble que nosotros, precisamente nosotros, estemos olvidando esta componente tan importante. ¿Quién se olvida del final de temporada 2005/2006 o del comienzo de la 2006/2007? ¿Quién se olvida de la supercopa de España contra el Madrid o de la final de copa contra el Getafe? En aquel momento lo llamábamos inercia ganadora y recuerdo muchos debates en este mismo foro en el que muchos poníamos en duda la capacidad de Juande para repartir minutos por la acumulación de cansancio de cara a citas importantes. Pero es que luego llegaba el tío, se plantaba en el Bernabeu con un once súper desgastado, Palop paraba su mano a mano, Kanouté convertía el suyo y otra vez a la bendita puerta de Jerez a emborracharnos de éxito y gloria. O Palop marcaba en Doneskt, o Puerta bajaba un balón de ninguna parte y nos hacía tocar el cielo con los dedos. ¿De verdad no nos acordamos de esa sensación de superioridad moral, de fe absoluta en la victoria que se respiraba en las calles de Eindhoven? Aquel partido lo jugamos 100 veces y los vapuleamos todas. Todas sin excepción. Y aquello no consistió -exclusivamente- en la táctica, en el once inicial o en los cambios. Aquello era un estado de ánimo, una inercia, un maldito momento irrepetible de comunión perfecta con todo lo que nos rodeaba, y que nos siguió rodeando durante casi 3 años.

Competir, Ángel, competir. Aprender a ganar, saberse superior, esconder tus limitaciones, potenciar tus virtudes. Saber que a los cobardes capitalinos nos los pasamos por la piedra. Aunque marquen de robote. Aunque sean mejores. Aunque tengan al trío arbitral de su parte. Nos los pasamos por la piedra y se acabó.

Ganar, ganar y ganar, que diría alguno 

[Corleone]

Si, Ángel, el equipo ha aprendido a competir. Muchos ya lo veníamos advirtiendo desde verano, que a este equipo le iba a costar algunos meses aprender algo tan aparentemente sencillo -y en la práctica tan complicado- como aprender a ganar partidos. Y si, en este punto la figura del entrenador cobra una importancia capital.

Muchos cambios en el equipo, la marcha de pesos pesados, muchos jugadores nuevos -y la mayoría de ellos muy jóvenes-, ¿no te parecen motivos suficientes para esperar cierta inmadurez en nuestro equipo? Partidos como el del Levante aquí, el de Málaga, el del Racing o incluso la ida con las vecinas tuvieron un denominador común: la falta de personalidad, la falta de competitividad.

Hacía falta dar un paso hacia delante, que los jugadores se lo creyeran, que fueran todos a una. Y eso se consigue con el tiempo y con el respaldo que te dan los resultados y ciertas situaciones concretas que marcan, en ocasiones, el devenir de una temporada e incluso de un proyecto deportivo completo.

Me viene inmediatamente a la cabeza el partido de vuelta contra el Lille, en octavos de final de la uefa de Eindhoven. Con resultado adverso en Francia, con un rival que fue bastante superior en la ida, y con el maldito mal endémico de que el Sevilla en las grandes citas se viene abajo y falla. La eliminación de los franceses nos hizo creer que esta vez si, que esta vez éramos capaces, que pese a que el equipo había ofrecido muchas dudas en Liga y en Copa del Rey ese año, esta vez no se nos escapaban. Los partidos siguientes de Liga los empatamos con el Mallorca, ganamos en el Calderón y volvimos a ganar contra el Valencia en casa. Y en la siguiente ronda, vapuleamos al Zenit en el partido de ida.

Quiero decir que el fútbol bebe mucho del estado de ánimo, y que los grupos deportivos necesitan cierto grado de compenetración, de afinidad, de ir a por un mismo objetivo, todos juntos y sin fisuras. ¿Alguien se imagina al grupo de estos últimos dos años en esta misma situación de euforia colectiva? No, no, claro que no. Y no digo que esto sea responsabilidad exclusiva de Emery, porque me da que muchos jugadores han dado un paso adelante en este sentido y se han decidido, por fin, a competir, pero creo que la figura del entrenador si que tiene un papel relevante en todo esto. Del mismo modo que tiene un papel relevante quiénes son los capitanes de este equipo y por qué.

El fútbol no es solo táctica, jugadores y pizarra. El fútbol implica aspectos emocionales, circunstancias y momentos. Me parece increíble que nosotros, precisamente nosotros, estemos olvidando esta componente tan importante. ¿Quién se olvida del final de temporada 2005/2006 o del comienzo de la 2006/2007? ¿Quién se olvida de la supercopa de España contra el Madrid o de la final de copa contra el Getafe? En aquel momento lo llamábamos inercia ganadora y recuerdo muchos debates en este mismo foro en el que muchos poníamos en duda la capacidad de Juande para repartir minutos por la acumulación de cansancio de cara a citas importantes. Pero es que luego llegaba el tío, se plantaba en el Bernabeu con un once súper desgastado, Palop paraba su mano a mano, Kanouté convertía el suyo y otra vez a la bendita puerta de Jerez a emborracharnos de éxito y gloria. O Palop marcaba en Doneskt, o Puerta bajaba un balón de ninguna parte y nos hacía tocar el cielo con los dedos. ¿De verdad no nos acordamos de esa sensación de superioridad moral, de fe absoluta en la victoria que se respiraba en las calles de Eindhoven? Aquel partido lo jugamos 100 veces y los vapuleamos todas. Todas sin excepción. Y aquello no consistió -exclusivamente- en la táctica, en el once inicial o en los cambios. Aquello era un estado de ánimo, una inercia, un maldito momento irrepetible de comunión perfecta con todo lo que nos rodeaba, y que nos siguió rodeando durante casi 3 años.

Competir, Ángel, competir. Aprender a ganar, saberse superior, esconder tus limitaciones, potenciar tus virtudes. Saber que a los cobardes capitalinos nos los pasamos por la piedra. Aunque marquen de robote. Aunque sean mejores. Aunque tengan al trío arbitral de su parte. Nos los pasamos por la piedra y se acabó.

Ganar, ganar y ganar, que diría alguno 

         

         Plas, plas, plas, plas, plas..., y miles de aplausos más, Don Keyfas.

        ¡Pero qué requetebién escribe usté, coño!.

[Davor Suker]

Si, Ángel, el equipo ha aprendido a competir. Muchos ya lo veníamos advirtiendo desde verano, que a este equipo le iba a costar algunos meses aprender algo tan aparentemente sencillo -y en la práctica tan complicado- como aprender a ganar partidos. Y si, en este punto la figura del entrenador cobra una importancia capital.

Muchos cambios en el equipo, la marcha de pesos pesados, muchos jugadores nuevos -y la mayoría de ellos muy jóvenes-, ¿no te parecen motivos suficientes para esperar cierta inmadurez en nuestro equipo? Partidos como el del Levante aquí, el de Málaga, el del Racing o incluso la ida con las vecinas tuvieron un denominador común: la falta de personalidad, la falta de competitividad.

Hacía falta dar un paso hacia delante, que los jugadores se lo creyeran, que fueran todos a una. Y eso se consigue con el tiempo y con el respaldo que te dan los resultados y ciertas situaciones concretas que marcan, en ocasiones, el devenir de una temporada e incluso de un proyecto deportivo completo.

Me viene inmediatamente a la cabeza el partido de vuelta contra el Lille, en octavos de final de la uefa de Eindhoven. Con resultado adverso en Francia, con un rival que fue bastante superior en la ida, y con el maldito mal endémico de que el Sevilla en las grandes citas se viene abajo y falla. La eliminación de los franceses nos hizo creer que esta vez si, que esta vez éramos capaces, que pese a que el equipo había ofrecido muchas dudas en Liga y en Copa del Rey ese año, esta vez no se nos escapaban. Los partidos siguientes de Liga los empatamos con el Mallorca, ganamos en el Calderón y volvimos a ganar contra el Valencia en casa. Y en la siguiente ronda, vapuleamos al Zenit en el partido de ida.

Quiero decir que el fútbol bebe mucho del estado de ánimo, y que los grupos deportivos necesitan cierto grado de compenetración, de afinidad, de ir a por un mismo objetivo, todos juntos y sin fisuras. ¿Alguien se imagina al grupo de estos últimos dos años en esta misma situación de euforia colectiva? No, no, claro que no. Y no digo que esto sea responsabilidad exclusiva de Emery, porque me da que muchos jugadores han dado un paso adelante en este sentido y se han decidido, por fin, a competir, pero creo que la figura del entrenador si que tiene un papel relevante en todo esto. Del mismo modo que tiene un papel relevante quiénes son los capitanes de este equipo y por qué.

El fútbol no es solo táctica, jugadores y pizarra. El fútbol implica aspectos emocionales, circunstancias y momentos. Me parece increíble que nosotros, precisamente nosotros, estemos olvidando esta componente tan importante. ¿Quién se olvida del final de temporada 2005/2006 o del comienzo de la 2006/2007? ¿Quién se olvida de la supercopa de España contra el Madrid o de la final de copa contra el Getafe? En aquel momento lo llamábamos inercia ganadora y recuerdo muchos debates en este mismo foro en el que muchos poníamos en duda la capacidad de Juande para repartir minutos por la acumulación de cansancio de cara a citas importantes. Pero es que luego llegaba el tío, se plantaba en el Bernabeu con un once súper desgastado, Palop paraba su mano a mano, Kanouté convertía el suyo y otra vez a la bendita puerta de Jerez a emborracharnos de éxito y gloria. O Palop marcaba en Doneskt, o Puerta bajaba un balón de ninguna parte y nos hacía tocar el cielo con los dedos. ¿De verdad no nos acordamos de esa sensación de superioridad moral, de fe absoluta en la victoria que se respiraba en las calles de Eindhoven? Aquel partido lo jugamos 100 veces y los vapuleamos todas. Todas sin excepción. Y aquello no consistió -exclusivamente- en la táctica, en el once inicial o en los cambios. Aquello era un estado de ánimo, una inercia, un maldito momento irrepetible de comunión perfecta con todo lo que nos rodeaba, y que nos siguió rodeando durante casi 3 años.

Competir, Ángel, competir. Aprender a ganar, saberse superior, esconder tus limitaciones, potenciar tus virtudes. Saber que a los cobardes capitalinos nos los pasamos por la piedra. Aunque marquen de robote. Aunque sean mejores. Aunque tengan al trío arbitral de su parte. Nos los pasamos por la piedra y se acabó.

Ganar, ganar y ganar, que diría alguno 

Me adhiero completamente a tu mensaje.

[angel diaz]

Si, Ángel, el equipo ha aprendido a competir. Muchos ya lo veníamos advirtiendo desde verano, que a este equipo le iba a costar algunos meses aprender algo tan aparentemente sencillo -y en la práctica tan complicado- como aprender a ganar partidos. Y si, en este punto la figura del entrenador cobra una importancia capital.

Muchos cambios en el equipo, la marcha de pesos pesados, muchos jugadores nuevos -y la mayoría de ellos muy jóvenes-, ¿no te parecen motivos suficientes para esperar cierta inmadurez en nuestro equipo? Partidos como el del Levante aquí, el de Málaga, el del Racing o incluso la ida con las vecinas tuvieron un denominador común: la falta de personalidad, la falta de competitividad.

Hacía falta dar un paso hacia delante, que los jugadores se lo creyeran, que fueran todos a una. Y eso se consigue con el tiempo y con el respaldo que te dan los resultados y ciertas situaciones concretas que marcan, en ocasiones, el devenir de una temporada e incluso de un proyecto deportivo completo.

Me viene inmediatamente a la cabeza el partido de vuelta contra el Lille, en octavos de final de la uefa de Eindhoven. Con resultado adverso en Francia, con un rival que fue bastante superior en la ida, y con el maldito mal endémico de que el Sevilla en las grandes citas se viene abajo y falla. La eliminación de los franceses nos hizo creer que esta vez si, que esta vez éramos capaces, que pese a que el equipo había ofrecido muchas dudas en Liga y en Copa del Rey ese año, esta vez no se nos escapaban. Los partidos siguientes de Liga los empatamos con el Mallorca, ganamos en el Calderón y volvimos a ganar contra el Valencia en casa. Y en la siguiente ronda, vapuleamos al Zenit en el partido de ida.

Quiero decir que el fútbol bebe mucho del estado de ánimo, y que los grupos deportivos necesitan cierto grado de compenetración, de afinidad, de ir a por un mismo objetivo, todos juntos y sin fisuras. ¿Alguien se imagina al grupo de estos últimos dos años en esta misma situación de euforia colectiva? No, no, claro que no. Y no digo que esto sea responsabilidad exclusiva de Emery, porque me da que muchos jugadores han dado un paso adelante en este sentido y se han decidido, por fin, a competir, pero creo que la figura del entrenador si que tiene un papel relevante en todo esto. Del mismo modo que tiene un papel relevante quiénes son los capitanes de este equipo y por qué.

El fútbol no es solo táctica, jugadores y pizarra. El fútbol implica aspectos emocionales, circunstancias y momentos. Me parece increíble que nosotros, precisamente nosotros, estemos olvidando esta componente tan importante. ¿Quién se olvida del final de temporada 2005/2006 o del comienzo de la 2006/2007? ¿Quién se olvida de la supercopa de España contra el Madrid o de la final de copa contra el Getafe? En aquel momento lo llamábamos inercia ganadora y recuerdo muchos debates en este mismo foro en el que muchos poníamos en duda la capacidad de Juande para repartir minutos por la acumulación de cansancio de cara a citas importantes. Pero es que luego llegaba el tío, se plantaba en el Bernabeu con un once súper desgastado, Palop paraba su mano a mano, Kanouté convertía el suyo y otra vez a la bendita puerta de Jerez a emborracharnos de éxito y gloria. O Palop marcaba en Doneskt, o Puerta bajaba un balón de ninguna parte y nos hacía tocar el cielo con los dedos. ¿De verdad no nos acordamos de esa sensación de superioridad moral, de fe absoluta en la victoria que se respiraba en las calles de Eindhoven? Aquel partido lo jugamos 100 veces y los vapuleamos todas. Todas sin excepción. Y aquello no consistió -exclusivamente- en la táctica, en el once inicial o en los cambios. Aquello era un estado de ánimo, una inercia, un maldito momento irrepetible de comunión perfecta con todo lo que nos rodeaba, y que nos siguió rodeando durante casi 3 años.

Competir, Ángel, competir. Aprender a ganar, saberse superior, esconder tus limitaciones, potenciar tus virtudes. Saber que a los cobardes capitalinos nos los pasamos por la piedra. Aunque marquen de robote. Aunque sean mejores. Aunque tengan al trío arbitral de su parte. Nos los pasamos por la piedra y se acabó.

Ganar, ganar y ganar, que diría alguno 

El equipo lo que ha aprendido es a no hacer el canelo jugando de manera suicida queriendo hacer lo que ni puede ni sabe, eso no es algo tan etéreo como saber competir, eso es sentido común. Cuando se le ha puesto sentido común, saber que es lo que hay que hacer en base a lo que tenemos y, rectificar errores anteriores, han llegado los resultados positivos.

Si un entrenador dice que el cambio en positivo es gracias a que el equipo ha aprendido a competir y no a la realidad de lo que ha pasado, jugar mas arropados atrás para no sufrir la sangría de goles que estábamos recibiendo por el sistema de juego que utilizaba, es sencillamente querer engañar al personal.

Si algunos se lo han tragado allá ellos, pero a mi no me engaña

[Corleone]

El equipo lo que ha aprendido es a no hacer el canelo jugando de manera suicida queriendo hacer lo que ni puede ni sabe, eso no es algo tan etéreo como saber competir, eso es sentido común. Cuando se le ha puesto sentido común, saber que es lo que hay que hacer en base a lo que tenemos y, rectificar errores anteriores, han llegado los resultados positivos.

Si un entrenador dice que el cambio en positivo es gracias a que el equipo ha aprendido a competir y no a la realidad de lo que ha pasado, jugar mas arropados atrás para no sufrir la sangría de goles que estábamos recibiendo por el sistema de juego que utilizaba, es sencillamente querer engañar al personal.

Si algunos se lo han tragado allá ellos, pero a mi no me engaña

      ¡Coño Don Angelito, qué tiquismiquis nos ha salío usté!.

      A mí me suena que dejar de hacer el canelo en defensa, jugar más arropaditos, poner más intensidad y, en definitiva, echarle güevos (muchos güevos) al asunto es lo mismo que saber competir.

      'Sosasín' o yo mestoy perdiendo algo. ¿No le 'paice' a usté?.

[anonimo_sevillista]

Si, Ángel, el equipo ha aprendido a competir. Muchos ya lo veníamos advirtiendo desde verano, que a este equipo le iba a costar algunos meses aprender algo tan aparentemente sencillo -y en la práctica tan complicado- como aprender a ganar partidos. Y si, en este punto la figura del entrenador cobra una importancia capital.

Muchos cambios en el equipo, la marcha de pesos pesados, muchos jugadores nuevos -y la mayoría de ellos muy jóvenes-, ¿no te parecen motivos suficientes para esperar cierta inmadurez en nuestro equipo? Partidos como el del Levante aquí, el de Málaga, el del Racing o incluso la ida con las vecinas tuvieron un denominador común: la falta de personalidad, la falta de competitividad.

Hacía falta dar un paso hacia delante, que los jugadores se lo creyeran, que fueran todos a una. Y eso se consigue con el tiempo y con el respaldo que te dan los resultados y ciertas situaciones concretas que marcan, en ocasiones, el devenir de una temporada e incluso de un proyecto deportivo completo.

Me viene inmediatamente a la cabeza el partido de vuelta contra el Lille, en octavos de final de la uefa de Eindhoven. Con resultado adverso en Francia, con un rival que fue bastante superior en la ida, y con el maldito mal endémico de que el Sevilla en las grandes citas se viene abajo y falla. La eliminación de los franceses nos hizo creer que esta vez si, que esta vez éramos capaces, que pese a que el equipo había ofrecido muchas dudas en Liga y en Copa del Rey ese año, esta vez no se nos escapaban. Los partidos siguientes de Liga los empatamos con el Mallorca, ganamos en el Calderón y volvimos a ganar contra el Valencia en casa. Y en la siguiente ronda, vapuleamos al Zenit en el partido de ida.

Quiero decir que el fútbol bebe mucho del estado de ánimo, y que los grupos deportivos necesitan cierto grado de compenetración, de afinidad, de ir a por un mismo objetivo, todos juntos y sin fisuras. ¿Alguien se imagina al grupo de estos últimos dos años en esta misma situación de euforia colectiva? No, no, claro que no. Y no digo que esto sea responsabilidad exclusiva de Emery, porque me da que muchos jugadores han dado un paso adelante en este sentido y se han decidido, por fin, a competir, pero creo que la figura del entrenador si que tiene un papel relevante en todo esto. Del mismo modo que tiene un papel relevante quiénes son los capitanes de este equipo y por qué.

El fútbol no es solo táctica, jugadores y pizarra. El fútbol implica aspectos emocionales, circunstancias y momentos. Me parece increíble que nosotros, precisamente nosotros, estemos olvidando esta componente tan importante. ¿Quién se olvida del final de temporada 2005/2006 o del comienzo de la 2006/2007? ¿Quién se olvida de la supercopa de España contra el Madrid o de la final de copa contra el Getafe? En aquel momento lo llamábamos inercia ganadora y recuerdo muchos debates en este mismo foro en el que muchos poníamos en duda la capacidad de Juande para repartir minutos por la acumulación de cansancio de cara a citas importantes. Pero es que luego llegaba el tío, se plantaba en el Bernabeu con un once súper desgastado, Palop paraba su mano a mano, Kanouté convertía el suyo y otra vez a la bendita puerta de Jerez a emborracharnos de éxito y gloria. O Palop marcaba en Doneskt, o Puerta bajaba un balón de ninguna parte y nos hacía tocar el cielo con los dedos. ¿De verdad no nos acordamos de esa sensación de superioridad moral, de fe absoluta en la victoria que se respiraba en las calles de Eindhoven? Aquel partido lo jugamos 100 veces y los vapuleamos todas. Todas sin excepción. Y aquello no consistió -exclusivamente- en la táctica, en el once inicial o en los cambios. Aquello era un estado de ánimo, una inercia, un maldito momento irrepetible de comunión perfecta con todo lo que nos rodeaba, y que nos siguió rodeando durante casi 3 años.

Competir, Ángel, competir. Aprender a ganar, saberse superior, esconder tus limitaciones, potenciar tus virtudes. Saber que a los cobardes capitalinos nos los pasamos por la piedra. Aunque marquen de robote. Aunque sean mejores. Aunque tengan al trío arbitral de su parte. Nos los pasamos por la piedra y se acabó.

Ganar, ganar y ganar, que diría alguno 

Yo estoy de acuerdo con muchas de las cosas que dices, incluso con lo que dice Emery, pero solo en parte.

Es cierto como dices que dada las características de la plantilla que se confeccionó en verano, con muchas incorporaciones y jóvenes, el acoplamiento de la plantilla y la capacidad de competir de la misma iban a ser tarea de meses. Eso es cierto, pero hace escasos mes y pico, el equipo adolecía de una falta de competitividad brutal en partidos como el de Málaga. No creo que el equipo haya hecho por sí solo o no solamente, un curso intensivo de ello.

Además, si no recuerdo mal, en la primera vuelta el equipo también disfruto de una buena racha de buenos resultados, tomó un cariz de equipo serio y con empaque y todos pensabamos que por fin Unai había dado con la tecla y los jugadores competían. Creo, si no recuerdo mal, que se dió en el mismo tramo de partidos, a excepción del Bernabeu. Hablo de memoria, no con datos exactos. Y después llegaron malos resultados y el equipo pareció olvidar todo lo aprendido. Y Unai pareció olvidar el lugar donde estaba la tecla.

También, Unai está procediendo con planteamientos más lógicos, con mayor equilibrio. No se trata de que los laterales suban o no, sino de que lo hagan alocadamente. Tampoco de que Rakitic tenga que jugar más adelante o más atrás, sino de que tenga alternativas según una opción u otra. Por tanto, si el equipo ha aprendido a competir, deberíamos asumir o debería asumir Unai que él mismo lo habrá aprendido también. O a competir con este equipo si se quiere y que creo que es la opción más correcta.

Por último, estoy totalmente de acuerdo en los componentes anímicos de todo esto y desde luego creo que la heroica europea puede significar muchísimo en el devenir de este equipo (he de decir que también pensé lo mismo del partido en la otra pocilga, la del Manzanares). Creo que la forma en que ganamos a las vecinas fue mucho más productiva y significativa para todos que si hubieramos rematado la eliminatoria 4-0 en la ida. El equipo parece haber ganado en competitividad, en unión entre ellos, con el técnico y con la afición. Si esa comunión sigue cimentándose este equipo puede crecer y competir por encima de sus propias posibilidades. Vamos, que quizás podríamos liar el taco gordo.

En fin, esto es fútbol y en el fútbol todo es debatible y nada definitivo, ni nadie tiene la última palabra. Algunos defendían que la culpa de los malos resultados no era de Unai sino de la plantilla. Y ahora creerán que los resultados refrendan su opinión. Yo personalmente defendí que la plantilla no era tan mala, que tenía muchos recursos y podía competir muchísimo más y que el trabajo erroneo de Unai lo lastraba. Supongo que en el punto medio estará lo más cercano a la verdad.

[juanfra]

Creo que hay que ser justos, trabajar lo que se dice trabajar, lo hace Emery, y lógicamente tiene que dar alguna vez sus frutos, y creo que ahora lo dá.

[Itoferiche]

Hay que tener bien las cosas claras con este tio.
Al final de la temporada, cerrar a la plantilla sin EMery. Y preguntarles a ellos si confian y van con todas con Unai, que si, se le renueva, que no, se busca otro.

El partido de ayer, salio a lo que tenia que salir y le salio bien
Enhorabuena

[MASTERMIND MORTAJER]

Andaba yo hace un rato en mis menesteres del hogar -en una de esas faenas que mi padre resume y aglutina en la expresión "hacer el cabrón"- cuando se me ha venido un pensamiento loco a la cabeza, una ocurrencia inusual. Al menos loco e inusual en mí, claro.

Y lo que se me ha venido a la cabeza es que igual era buena idea, justa idea, el reconocer a los emeristas veteranos y viejos -no de edad, sino de raíces, como los cristianos viejos del XV español- del floro su fe, su confianza y su apoyo al míster. Porque igual dentro de dos semanas toca volver a (intentar) atizarles por su ortodoxia extrema; igual sí, aunque ojalá que no.

Eso será (o no, claro) dentro de dos semanas. Pero hoy toca felicitar a los evangelistas -no voy a dar nombres porque seguro me dejaría a la mayoría fuera- del míster vasco, por los motivos más evidentes, disfrutables y conocidos del mundo.

Felicidades, chavales. Y que Zeus os conserve la vista y los argumentos pa siempre.